CAPITULO TREINTA Y NUEVE

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( punto de vista de Ignacio)

Sigo el coche que maneja Nicole, llegamos al lugar donde pensaba no volver a pisar por el resto de mi vida. Mi casa. Suspiro al estacionar y miro la puerta con desconfianza. Bajan todos y yo me quedo en el auto indeciso de bajar. Finalmente me convenzo que esto es para recastar a mi mujer no para volver a sufrir maltrato. Nicole nos guía hasta una puerta trampa ubicada detras de una gran biblioteca que hay en el living. hace balance con un libro y la biblioteca se corre. Estoy al lado de ella asique puedo apreciar su seguridad al hacer las cosas como si lo conociera de hace mucho. Esa puerta nos guía atravez de un pasillo. Se para en seco y nos mira.
- el interruptor- murmura. Entiendo a lo que va asique retrocedo y lo busco, una vez lo haya desactivado vuelvo a mi posicion tanteando las paredes.
- ¿como sabes todos los mecanismos?- pregunto.
- la puerta trampa la encontré hace años- me susurra de vuelta.- el resto es por deduccion y por el echo de tenerme prisionera por tanto tiempo- dice orgullosa. Asiento pero no contesto. Termina el tunel que nos deja frente a una puerta cerrada. Ella nos obliga a detenernos y hacer silencio. Saca una linterna y alumbra la cerradura, me pide que la sostenga luego ella se agacha y con un alambre falsea la llave y abre la puerta. Se abre con un chillido ensordecedor de puerta oxidada. Una luz potente nos enceguece. Cuando me acostumbro distingo a unos pasos de donde estoy un gran pozo. Miro a Nicole que me asiente con la cabeza.
- este pozo lleva al sótano donde comienza el lugar de los narco- dice como para todos.- pero antes tienen que cerrar los ojos, los mareará sino- nos adivierte como si fuera una guía experta. No me hago esperar, me siento en el piso, respiro hondo y cierro los ojos. Me impulso hacia abajo. La sensacion es de estar cayendo a un agujero sin fondo, donde nunca encontrarás el fin. Se genera un nudo en el estómago. De golpe mis pies tocan algo duro pero por el impulso sigo de largo y ruedo unos metros. Cuando me recupero me siento aliviando mi respiracion y espero a los demas. Los niños gritan mientras bajan. No puedo evitar reir. Algunos llegan con caras de descompuestos. Nicole parece no haber hecho nada. Cuando prenden las linternas de los celulates me doy cuenta que estamos en una habitacion de cuatro paredes sin nada que lo adorne.Por la pocauz que hay imagino que estan todos, pero lo dudo, Mario le tiene miedo a las profundidades.
- ¿y ahora que?- pregunto con el ceño fruncido. Es muy extraño el comportamiento de Nicole, pero no digo nada, ella siempre fue misteriosa y sin hablar de lo que hace.
- esperen- dice y se cruza de brazos. Luego de un rato de esperar en silencio se produce un pitido agudo, todos nos tapamos las orejas. Cuando termina una voz de mujer nos habla.
- la esfinge- susurro.
- diga la contraseña- dice-sino morirá de manera lenta y dolorosa- sigue hablando como si dijera un comercial de television.
- uno, dos, tres, en cuatro idiomas- recita Nicole como si lo hiciera siempre. Miro a los de atras para comprobar que no estoy soñando y es ella la que está aqui hablando. Frunzo el ceño en cuanto me doy cuenta que no hay nadie conmigo.
- Nicole- la llamo tratando de ocultar lo asustado que estoy- Nicole- la vuelvo a llamar. Ella se gira sin ninguna expresion.- desaparecieron - digo señalando atras mío.
- me debe una disculpa- dice sonriente, frunzo los labios de la furia que me genera su nueva actitud- son buenos los espejos- dice. Una puerta inexistente se abre dejandome ver un living.- bienvenido a prision, hermanito- habla con sarcasmo y una sonrisa ladeada. Me deja estático, abro los ojos enormes, abro la boca y luego entrecierro los ojos al entender la situación.
- ¿Nicole?- pregunto. No me deja terminar, me empuja hacia el interior. Me giro violentamente y la tomo la de la campera.
- ¿donde está isabel?- pregunto con los dientes apretados y los labios fruncidos. Mi mirada está fría, ella ya no es mi hermana, no me importaría matarla si ella le hizo algo a mi mujer y mis hijos.
- ay cariño, eso no te lo voy a decir- dice fingiendo pena- ahora, si quieres que ella no muera, sueltame- ordena con asco. La suelto casi empujandola. Se me acerca meneando las caderas y de la nada saca un revolver y me apunta en la frente. La miro esperando a que apriete el gatillo y me mate pero eso nunca pasa, un grito la distrae y aprovecho a quitarselo y apuntarla.
- ¡no!- grita la voz de Izzy, por un momento me paralizo al saberla viva, nunca creí volverla a ver con vida y sin un rasguño. Corre hacia mi y me baja el revolver.- no lo hagas,- me susurra para luego abrazarme, no había notado que su panza ya es visible, sonrío por eso pero luego recuerdo donde estamos y me pongo serio.- ella no es ella- me dice en un intento apurado de que entienda
- ¿como?- pregunto aún apuntandola.
- ella es...- no logra terminar la frase, se le adelanta la que ahora me confunde si es o no mi hermana.
- yo- dice esa voz que reconocería en todas partes, esa voz que añoré por años desde que se fue a America del Norte. Mi tía.
- ¿tú?- pregunto sin entender. De modo instintivo escondo a izzy en mi espalda.-¿desde cuando finges ser mi hermana? ¿donde estan los demas?- pregunto todo junto.
- ¿los demas?- me pregunta izzy.
- todos vinieron - digo medio girando la cabeza.- ahora contesta- le ordeno mientras cargo el revolver y la apunto. Se le va la sonrisa y traga fuerte.
- ¿tu como es que estas aqui?- pregunta ignorandome- si a ti Isabel- aclara.- hasta donde se estabas dormida en una habitacion con máxima seguridad- dice incrédula.
- tu nunca viste peliculas de accion, ¿cierto?- pregunta ella saliendo de su escondite.- tu eres espia, pues yo tambien tengo una infiltrada que conoce muy bien este lugar- dice cruzandose de brazos triunfante.
- ¿quien?- preguntamos los dos al mismo tiempo.
-ella-dice señalando algo entre las sombras. La aludida comienza a caminar lentamente hasta hacerse visible. Mientras Izzy sonríe nosotros nos quedamos petrificados. Es la empleada que defendimos hace como tres meses.- no pregunten, estuvimos hablando hace como un mes y ella se ofreció a ayudarme, pero como no tenía trabajo decidió infiltrarse con una máscara, como tenías tu recien- dice y levanta una ceja.
- digamos que tú sabías que esto ocurriría, ¿cierto?- pregunta mi tía cuando sale del shock.
- no todo- dice- sabía que Nicole no estaba bien, me explico, que la Nicole que apareciera hoy no era ella sino una impostora y tambien me ayudó a salir- dice natural. No puedo evitar besarla rápido de la emoción.
- inteligente- dice bajando los hombros vecida.
De la nada se escucha un disparo y mi tía cae hacia atras, Izzy me mira alarmada pero le muestro que yo no fui, entonces se alarma más.
- ya no me sirves- se escucha la voz de mi padre. Aparece tambien de entre las sombras.- sabía que tu eras una traidora- dice dirigiendose a la empleada. La apunta a ella pero Izzy se interpone.- no me importas tu tampoco, solo me eras util para atraer a mi hijo, asique, adios- dice pero no logra apretar el gatillo, alguien lo detiene apuntandolo en la nuca.
- suelta el arma- esa voz de mujer se me hace familiar pero no logro reconocerla, miro a Izzy que tiene cara de haber visto un fantasma. Logro reconocer esa voz, Sandra Collins.- a mi hija no - dice con evidente expresion de furia- acepté abandonarla para que no nos mataras a los tres, pero no voy a aceptar que la mates- dice mirándolo a los ojos- yo pensé que te quería, pero me di cuenta que era joven y lo único que quería era un buen estatus social, que me alardearan, que se inclinaran ante mi, pero acabo de entender que lo único que logré es perder a mis hijos para siempre, que me odien- dice mientras una lágrima cae por sus ojos- asique ve despidiendote de tu hijo- dice y aprieta el gatillo pero no logra llegar al objetivo, se deavía debido a que un disparo le llega al pecho proveniente de mi padre. Todo se torna confuso, escucho el alarido desgarrado de Izzy mientras que corre hacia su madre, Gustavo que se gira para acabar con lo que le habían imterrumpido y yo impidiendoselo con un golpe en la cara que lo distrae y logro sacarle el arma y mantenerlo en el piso.
Esta sala se ha tornado en un campo de batalla con una muerta y una gravemente herida.

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