Capítulo 18-El intento de homicidio no es tan sexy como tú querido Jake

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-¡Jake!-el gritó de mi hermana me hizo pararme en medio de la calle y girarme de nuevo. Me temblaban las piernas y el estomago me daba grandes sacudidas. Di media vuela y volví a donde mi hermana se había quedado como petrificada.

-¿Ha muerto?-le pregunté sin esperar ni un segundo más.

Mi hermana se acercó un poco más a mí y me tocó el brazo con desconcierto. Se debía de estar preguntando por que después de lo que me había contado, no era yo el que la consolaba a ella y era ella la que tenía que consolarme a mí.

-¿Qué ocurre?-inquirió aún sin comprender.- ¿Jacob que te sucede?, ¿Qué pasa?

Cambié mi postura y mi peso de un pie a otro e intenté que no se me notara tanto lo nervioso que estaba.

-Respóndeme, por favor, ¿ese tal Jackson ha muerto?

-No-dijo tajante.

Pese a que no era el alivio que me esperaba, tenía que agradecer que al menos no lo hubiéramos matado. Suspiré con un poco de alivio y me doblé sobre mi mismo para no caer redondo al suelo.

-Pero está muy mal, temen que quede paralítico o parapléjico-anunció dándome con ello una bofetada de realidad.-Eso si se llega a despertar.

-Tengo que ir a casa de Jess.

En aquel instante Aria me levantó la cabeza con las manos y tuve que ponerme rígido en aquel momento. Luego me miró con sus ojos azules y algo dentro de mí estalló e cuanto comprendí en sus ojos llorosos que había resuelto ella sola aquella insólita ecuación.

-Dime que no-habló tajante y fríamente mientras me encaraba con lágrimas en los ojos.

-Aria...-comencé.

-Oh, Dios mío.

-Fue un accidente, te lo juro, nos despistamos y se cruzó en medio de la carretera, fue como si saliera de la nada, no le vimos.

-Y le dejasteis tirado allí, sin hacer nada, como unos delincuentes-me acusó llena de ira.

-Shhhhh, baja la voz por favor-le pedí, ella se relajó un poco y se alejó otro poco de mí.-Creímos que era un simple animal, ¿Qué persona en su sano juicio se cruzaría así en una carretera oscura?, no tenía sentido, por eso creímos que era un animal y seguimos nuestro camino.

-Creísteis-me reprochó.-Vosotros creísteis, Jake si no llegamos a estar nosotros ahí ese chico estaría muerto, es más, puede que aún muera por vuestra imprudencia, ¿en que estabas pensando?

-No pensamos ¿vale?-me exalté.-No fue a propósito, fue un accidente.

-Vale-Aria levantó los brazos y se deshizo la coleta para volver a hacérsela del mismo modo. Era una señal de que ahora ella también estaba nerviosa.- ¿Y ahora que?

-Nada-zanjé.-Ya has oído a esas dos cotorras, creen que lo del auto fue contra una farola.

Aria puso mala cara.

-Por favor, no digas nada, lo del chico ya no puedo cambiarlo, pero podría ir a la cárcel si esto se sabe, Aria, Oh Dios-empezaron a formarse surcos en mis ojos.- Déjalo estar, te lo pido por favor, no digas nada.

-Espero que tengas razón-añadió ella.-Te quiero y espero que todo se solucione de la mejor manera posible para todos. No te preocupes que yo no voy a decir nada, pero yo que vosotros no estaría tan seguro de vuestra coartada.

-¿Por que lo dices?-pregunté inquieto.

-Por que hay un chico en coma-habló ella acercándose un poco más a mí.-Y la poli va a investigar, y la poli no son un par de viejas cotorras a las que se las pueda engañar tan fácil, espero que lo tengáis todo bien atado.

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