Capítulo 40-Despierta Jared, te está chantajeando

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-Esto no me gusta nada-dijo Aria volviéndose y restregándose, tenía gran parte de la manga y de la espalada llena de aquella sangre, estaba claro que se había arrimado a donde no debía.-Cuando tuve la idea de buscar alguna prueba no me refería a esto. Esto da mal rollo.

-Chicos ahora estoy preocupado por Jess-dijo Jake.

-¿Después de todo lo que te ha hecho?, te acusó a la policía-le regañó mi hermana en susurros, ya que todavía estábamos en el jardín trasero de los Perkins.

-Estoy empezando a creer que no fue ella, y con esa sangre es posible incluso que le haya pasado algo malo-rebatió mi hermano.

-Deberíamos llamar a Ethan y darle parte de esto-propuse.

-¡Estás loco!-Aria tiró de mí fuertemente para llevarme hasta la acera, me paré en seco e hice fuerza para que no pudiera lograrlo.-Si hacemos eso nos meteremos en problemas, hemos entrado en una casa ilegalmente, piensa en Jake, ya tiene bastantes problemas.

-Le diré que he sido yo-contravine de inmediato.-Le diré que pretendía entrar, pero que no lo he hecho porque encontré la sangre.

-¿Y si en verdad le ha pasado algo malo?, podría culparte a ti por estar aquí-se quejó de nuevo mientras se pasaba las manos por la cabeza con desesperación.

-Yo creo que es una buena idea para saber si la sangre es de Jess y saber si le ha pasado algo malo-me apoyó mi hermano.- ¿Estás seguro de que quieres hacer esto?, como dice Aria, puede ser arriesgado.

-Estoy seguro, tenemos que saber de una vez por todas que es lo que pasa y necesitamos ayuda.

-Como quieras-Aria se volvió y se dirigió a toda prisa a la carretera que separaba las dos aceras y luego hacia casa. Jake me dio un abrazo mientras yo sacaba mi móvil y luego se alejó tras mi hermana. Como había dispuesto llamé a Ethan y llegó en quince minutos. Se me quedó mirando cuando lo conduje a hurtadillas a aquella zona del patio de los Perkins y le conté una pequeña mentira y mis sospechas. Me había untado con un poco de aquella sangre reseca para apoyar mi historia.

-¿Sabes en el lió en que has estado apunto de meterte?-me cogió del brazo y tiró de mí hasta la acera, fuera de aquella casa.

-Ya te lo he dicho, solo quería buscar alguna pista del paradero de Jess para ayudar a Jake-concluí sin hacer el menor esfuerzo en que Ethan me soltara. Era fuerte y me agarraba con precisión pero sin hacerme daño, por un momento me perdí en sus ojos castaños y me gustó. Deseché la idea de inmediato.

-Ojala estuviéramos en otra época, por que te habría llevado a algún calabozo y te habría soltado unos buenos azotes-se puso furioso.-Me cago en mi estampa, no entiendo como tienes la capacidad de sacarme de quicio.

-Oye se que soy muy impulsivo...

-E imprudente, mal hablado, grosero, impertinente...-siguió él.

-Ya lo pillo-quería gritarle y abofetearle por insultarme tanto, pero sabía que si quería su ayuda, tenía que controlarme y tragarme mi orgullo.- ¿Vas a ayudarme a saber si le ha pasado algo a Jess o vas a seguir insultándome?

-Ya registramos su casa y no encontramos nada, ¿acaso te crees que soy un inepto que no sabe hacer su trabajo?-me preguntó gritando. Por suerte nadie había en la calle que nos pudiera escuchar.

-Me refiero a la sangre seca que hay en los arbustos-le dije.

-Vete a tu casa, yo me encargo de saber de quien es esa sangre-me dijo.-No vuelvas a hacer algo como esto, es la segunda vez que me salto el protocolo por ti.

-¿Me dirás si es de Jess?-le pregunté a continuación con las manos temblequeando. Él me miró aún enfadado y negando con la cabeza.-Por favor.

-Te lo diré-accedió al final.-Vete ya.

Me aparté de él y me di la vuelta para marcharme, luego cuando aún supe que seguía mirándome en la distancia me giré y sintiéndome ya un poco más a salvo le grite.

-Ethan, ni en esta, ni en ninguna otra época habría permitido por nada del mundo que nadie, incluido tú, me azotara-dije con sorna. El sonrió dándome la razón y yo me giré de nuevo y comencé a correr hacia mi casa. Ya estaba apunto de llegar cuando un coche se paró frente a mi acera y me impidió el paso. Casi me atropella y me hizo dar un salto, me giré para ver si Ethan seguía mirando, pero ya se había marchado, seguramente a recoger alguna muestra de sangre para realizar las comprobaciones pertinentes. Miré por la luna delantera y me entró un escalofrío, estaba claro que hoy no era mi día. Thomas me sonrió desde dentro del coche, luego rápidamente salió y me agarró de un brazo.

-Entra en el coche, tenemos que hablar-me dijo.

-¡Suéltame!-le grité. Él me obedeció de inmediato.

-¿Creía que ayer habíamos llegado a un trato?, me dejaste esperando como un idiota-me reprochó.

-Lo siento, me olvidé, pasó algo con Jake y se sintió mal, nos tuvimos que ir-me excusé.

-Creía que tú vendrías conmigo, con tu novio, me lo habías prometido-insistió.

-No, que va, yo no te había prometido nada-repuse.-Y tú y yo no somos nada tampoco.

-Por eso quiero que hablemos, para solucionar las cosas-habló.-Al fin y al cabo tú has hecho con Scott lo mismo que yo hice.

-No es lo mismo para nada-contradije de nuevo.-Tú y yo ya no estábamos juntos. Tú me pusiste los cuernos con una tía, por Dios, con una tía.

-Y te pedí perdón y estoy arrepentido-se acercó a mí y yo me alejé.

-Sí, tan arrepentido estás, que para conseguir que te perdone vienes amenazando a todos-le solté de sopetón. Él se quedó blanco. Me habían dicho que no le provocara, pero me salió del alma, estaba tan enfadado aquel día que no lo había podido evitar.

-No sé de que hablas.

-Scott me dijo que tienes un video y que le amenazaste para que se alejara de mí-le conté.

-Miente- le acusó levantando los brazos.-Él lo que quiere es que no vuelvas conmigo por que se ha encaprichado enfermizamente de ti, pero sabes que se avergüenza de lo que siente, él no te quiere como yo.

-También se que amenazaste a Aria y Jake, ¿ellos también mienten?-pregunté entonces.

Él se quedó blanco, estaba tan seguro de que sus amenazas a mis hermanos surtirían efecto que en ningún momento pensó en que ellos se pudieran chivar conmigo. Aquello le había pillado por sorpresa.

-Márchate, es mejor que vuelvas a San Diego, yo no quiero arreglar las cosas contigo, ya no te quiero-solté despiadadamente.-Ahora tengo otras cosas en la que pensar, déjame en paz y no me busques más.

-¿Otras cosas como buscar a Jess?-preguntó inquietándome. ¿Cómo sabía él que estábamos buscando a Jess?

-¿Qué sabes tú de eso?-pregunté.

-Yo se donde está-aseguró dejándome a mí con la boca abierta.- ¿Quieres que sea el malo?, pues entonces seré el malo. Si quieres que te diga donde la puedes encontrar, quiero que te acuestes conmigo, si no puedo hacer que vuelvas conmigo, por lo menos me voy a dar el lujo de follarte.

Me miró con tiranía y luego se montó en el coche que se alejó de allí a toda prisa, dejándome a mí allí parado como un bloque de hielo.



The BrothersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora