Chad me miraba por el rabillo del ojo mientras me llevaba de vuelta a casa aquel primer día después de todo lo ocurrido, aunque se pensaba que yo no me daba cuenta de que lo hacía. Jared y Jacob habían vuelto juntos a casa con Zoey, Jake decía que tenía que ir a comprar un libro al centro comercial y que Zoey se había ofrecido para aconsejarle, pero yo sospecha que se estaban liando, tenía que preguntárselo a Jake más tarde.
-¿Así que ahora somos pareja oficial o algo así?-le pregunté mientras me hacía la distraída tratando que la pregunta resultara de lo más espontánea.
-Eres mi novia, ¿no?, me dijiste que querías serlo la última vez que estuvimos en el club.
Asentí y le miré por fin en todo el viaje de vuelta.
-Sí, lo que pasa que con todo lo que ha pasado después apenas he tenido tiempo de pensar en..., esto.
-No creo que haya nada que pensar, ¿o sí?-el chico aparcó en la acera de enfrente de casa y me miró.- ¿Te arrepientes de haberme dicho que sí?
-No-me acerqué hasta él y le di un cándido beso en los labios.-Quiero estar contigo, sexy capitán del equipo de baloncesto.
-A si que sexy, ¿he?-me dijo devolviéndome el beso, esta vez más apasionado.
-Muy sexy-dije entre sus labios.
-Es usted una señorita muy, muy traviesa y muy, muy sexy también-dijo mientras me acariciaba la cara.
-Lo sé-dije con falsa modestia. En aquel momento me giré y la vi en la entrada de casa, paseándose por el césped de un lado a otro. Savannah.
-¿Quieres que hagamos algo esta tarde?-me preguntó mi novio. Estuve tentada de decirle que sí. Me apetecía mucho estar acompañada de él, pero tenía otro asunto del que ocuparme.
-Hoy no-le dije señalando en la dirección de la chica. Chad y yo habíamos estado hablando durante los últimos días de lo ocurrido con Thomas, lo de Savannah él ya lo sabía, me había visto llorar por ella como una magdalena.-Tengo que solucionar lo de ella y quiero hacerlo hoy.
-Entiendo-me dio otro beso en los labios y yo salí del coche.-Te llamó luego-asentí y cerré tras de mí, segundos después Chad arrancó y se marchó.
Caminé muy despacio hasta la entrada de casa, intentando juntar en mi cabeza las palabras que quería dedicarle a aquella mujer. Al parecer no había nadie en casa, pero Jared y Jake no tardarían en llegar. Por suerte para mí fue ella la que rompió el hielo.
-¿Estás bien?, me enteré de lo que ha ocurrido-me dijo nada más verme.
-Estoy bien-dije ladeando la cabeza hacia un lado sin saber como me tenía que sentir.
-Siento presentarme de esta manera-dijo la mujer que mentía como una bellaca, no lo sentía para nada.
-No es cierto, usted quiere estar aquí-suspiré.
-Lo siento-dijo de nuevo.-Yo solo quiero...
-Sé lo que quiere-le corté.- Sabe, yo ya tengo una madre...-la mujer puso mala cara y encogió los hombros abatida-...pero, puede que hacer un esfuerzo por ser su amiga no me cueste tanto como pensaba.
-Eso quiere decir...
-Que la escucharé-me dirigí hacia la puerta para entrar en casa a la misma vez que Jake y Jota aparcaban en la entrada.-Pase, tomemos un café.
La mujer me siguió y yo la acomodé en el sillón. Lo del café fue pura formalidad, ya que eran las tres de la tarde, por lo que le serví un refresco de cola sin preguntar primero y me senté frente ella en el sofá. Les pedí a mis hermanos que me dejaran a solas con ella y lo hicieron sin preguntar, sabían que luego les contaría todo.
-Parece que te quieren mucho-dijo la mujer.
-Como yo a ellos-hice en énfasis para que quedara claro.-Bien usted dirá.
-Tutéame, por favor-pidió, yo sonreí.- No te podía haber dado la vida que tienes ahora, el señor Murray, tú padre te daría una mejor vida de la que yo podría ofrecerte, yo era...
La mujer me contó la historia de su vida. Como llegó a ser prostituta, como conoció a mi padre y como se quedó embarazada. Parecía que en realidad la decisión de dejarme con él le había costado mucho, pero yo apenas conocía a aquella mujer, por lo que no supe su creerla o no. Al parecer siempre había estado viéndome de lejos cuando vivíamos en San Diego.
-Jamás te perdí la pista, siempre estuve ahí en la distancia-me había dicho.
Al parecer había cambiado de vida y ya no ejercía su antigua profesión, ahora era asistenta de secretaría de una empresa de telefonía. Había pedido unas vacaciones para poder dar con mi paradero de nuevo, eso fue lo que la impulsó a venir a buscarme, el que yo hubiera desaparecido sin dar pistas.
-Bueno mis padres no tenían ni idea de que usted, perdón, de que tú me espiabas, ¿Cómo iban a poder decirte ellos que nos mudábamos?
-Jamás reprocharía nada a tus padres-se defendió.-Solo intento explicarte como sucedieron las cosas.
-Entiendo.
La mujer se terminó el refresco de cola justo cuando mi madre entró a toda prisa de la calle con dos grandes bolsas de la compra. Jared y Jota bajaron corriendo para no perderse detalle de lo que iba a ocurrir, por suerte nada demasiado malo.
-Los siento mucho chicos, pero había una tremenda cola en el supermercado, enseguida preparo la...-se detuvo en cuanto Savannah se levantó del sillón y yo la seguí.-...Comida.
-Mamá ya llevo yo esto a la cocina-dijo Jake arrebatándole una bolsa de las manos, Jota cogió la otra y desaparecieron.
-Yo ya me iba-dijo Savannah caminando rápidamente hacia la puerta.-Holly-saludó.-Aria, ¿quedamos para tomar un café antes de que me marche a San Diego?
-Si-dije rápidamente. Savannah tenía que volver al trabajo pero habíamos decidido volver a vernos nuevamente antes de que se fuera y así poder seguir en contacto.
-Savannah-saludó mi madre. La mujer se escabulló fuera de casa y cerró después, mi madre se giró para mirarme a la cara, no estaba enfadada, si no que parecía confusa.- ¿Aria?
Me abalancé hacia ella y le di un fuerte abrazo que ella me correspondió.
-Tú eres mi madre-le susurré.- Siempre lo has sido y lo vas a ser siempre, pero he decidido darle a esa mujer el beneficio de la duda, ¿lo entiendes?
Mi madre me alejó de ella y me cogió la cara para poder mirarme de nuevo, luego me besó en la frente.
-Claro que sí mi niña-me dijo.-Ya eres una mujer, puedes tomar tus propias decisiones.
Con aquello pareció cambiarle el humor. El que yo la quisiera a ella por encima de Savannah era suficiente para su seguridad.
-¿Te parece bien entonces que la vea de vez en cuando?-le pregunté.
-Lo que tú decidas estará bien-guiñó un ojo y me dio una palmada en el trasero.-Ve a poner la mesa que hoy te toca a ti, voy a prepara la comida.
Luego se dirigió hacia la cocina a toda prisa y yo sonreí por dentro y por fuera, luego antes de poner la mesa cogí el móvil y llamé a mi novio.
-¿Qué hay princesa?-contestó. Umm, princesa, parece que esto va viento en popa, ahora tengo un novio y muchas cosas en las que pensar.
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The Brothers
Teen FictionTres hermanos, un nuevo destino, un nuevo comienzo. Nada más lejos de la realidad. Los hermanos Murray llegan hasta Redmond (Washington) para comenzar una nueva vida. El popular Jared, la rarita Aria y el empollón de Jared creen que podrán empezar d...