—¿Qué, qué?¿Enserio?!Que fuerteee!—gritó Ángela al contárselo a todas ese mismo día en el patio.
—A verle mandado a la mierda—dijo Irene con un tono brusco.
—Ese no se merece ni que le miraras a la cara—dijo María alzando la voz.
—Jo, tía a mí ya ni me habla que yo también era su admiradora—dijo Sandra en tono tristona para hacer la gracia.
—Haberle dicho que sí—me dijo Laura.
–Es bastante guapo y sexy—dijo Rocío.
—¡A que se lo digo a tu novio, Rodrigo!—le gritó María.—Pero tienes razón ese chico tiene una mirada tan intimidante, sexy y es tan malote.
—Ya ves, pero como mi Rodri ninguno—acabó de decir Rocío.
—No le iba a decir que sí cuando no me gusta ya—expliqué.
—Que se fastidie, el nene—dijo María con una sonrisa.
—Esme esta muy ligona últimamente, esta cuando nos demos cuenta se nos hecha novio—dijo Irene.
—Normal, con lo guapa que es mi niña.Pero no quiero que nos deje solas a las solteras, bueno, este Viernes tiene permiso, que se va de fiesta, de acompañante de Álvaro—dijo Ángela guiñándome un ojo.
—Uuhhh—dijeron todas al unísono.
Me ponen nerviosas cuándo hacen eso.
—Solo vamos como amigos—repliqué.
—Si, si como amigos—asintieron todas otra vez al unísono.
—¿Sabes qué ponerte?—me preguntó Ángela.
—Ni idea—le contesté.
—Bueno ya te ayudaré yo—me dijo.
—Yo sí lo sé.Una falda de tubo negra, una camisa blanca y mis taconazos negros.He oído que va a ir Pedro con su novia.Pienso darle mil vueltas a ella y voy a utilizar a Sebas para ponerle celoso, espero que no se vaya esa noche con ninguna, que lo conozco—dijo María.
—¿Tú con tacones?Y será verdad—le dijo Irene riéndose.
—Pues sí, dicen que en esa fiesta va la gente muy elegante y tendré que estrenar mis nuevos tacones—contestó María.
—Yo me pondré mi vestido de flores y unas sandalias—dijo Laura.
—Yo ni idea—dije.
Era verdad, no sabía que ponerme.