Sergio y Miquel estuvieron juntos desaparecidos toda la noche.
Yo estaba bailando con Ángela, Eva, Rocío y María.
Hasta que alguien me tapó los ojos.
—¿Quién soy?—me dijo la persona que me tapaba los ojos.
Enseguida reconocí esa voz, Pablo.
Me quité suavemente sus grandes manos de mis ojos y me aferré a su cuello.
Nos besamos durante un largo rato, lo había echado tanto de menos esa noche.
Iba guapísimo con una camisa azul y unos negros pantalones de vestir.
Luego saludó a mis amigas a las que ya conocía y le presenté a Eva.
—¿Dónde te habías metido?Te he echado de menos, idiota—le dije pegándole un manotazo en su duro pecho.
—¿Idiota?Encima que no me voy a la discoteca y me quedo en esta mierda de discomóvil para estar contigo.Estaba en mi casa...—me dijo nervioso y miró hacía abajo.Notaba algo raro en él, no le creí, pero no quise preguntar.
—Pero si te encanta estar conmigo, anda baila.
Nos pusimos a bailar muy pegados el uno al otro como lo hacíamos en su casa.
Alguien me tocó el hombro, mi prima.
—¿No me presentas a mi nuevo primo o qué?—me preguntó esta con un sonrisa.
—Ah sí, Pablo, esta es mi prima, Alba—le dije señalando a mi prima y mirándola con desprecio.
Se dieron dos besos, y la verdad me puse algo celosa.
Pegaban más que Pablo y yo, se llevaban solo dos años, ambos eran muy guapos y altos.
—Bueno, Pablo, ya nos conoceremos otro día, mi prima y yo nos vamos ya a dormir—dijo mi prima con esa odiosa voz de hermana mayor.
—¿Ya?—Le pregunté.
—Son las cuatro, tus padres no nos dejan más tarde.
—Jo, vale.
–Os acompaño—nos sugirió Pablo.
—No hace falta, adiós—le dije dándole un soso beso en los labios a Pablo y no siendo muy cariñosa.
Aún no se me había quitado la cabeza cuando me había dicho que había estado en su casa, no lo creí y también pudo ser parte porque había visto muchas miraditas hacia mi prima por parte de él y no quería que pasaran más tiempo juntos.
Se dio cuenta de mi reacción por la cara de confuso que puso, confieso que me dio lástima.
Nos despedimos de las demás y nos fuimos hacía mi casa.
Cuando viene mi prima a mi casa, dormimos en una especie de litera que tengo en mi habitación, nos pasamos un buen rato hablando.
–Prima, ¿a qué a venido esa despedida con tu churri?—me preguntó.
—Me ha dicho que ha estado toda la noche en su casa, y cuando lo ha hecho se ha puesto nervioso y mirando para abajo, eso lo hace cuando miente.Además te ha mirado demasiado.
—Que celosa, pero si se nota que lo tienes muy enamorado, te mira con unos ojos.Tengo que confesarte que me he llevado una buena impresión de él, me encanta, pero para ti, eh.Es de los chicos más guapos que he visto en mi vida.¿Qué crees que estaba haciendo en vez de estar en su casa?