Conseguí hablar con Sandra y quedamos en la misma fuente en la que me encontraba.
La podía ver.
Con su castaño pelo liso por debajo de los hombros, su naricita redonda y sus labios gruesos.
Guapísima.
Llevaba puesto unos vaqueros rotos y una sudadera.Antes tenía un tipazo pero cada día lo tenía mejor.
Nada más ver su cara, supe que algo pasaba, estaba llorando.
Vino corriendo hacía mí y yo hacia ella y nos abrazamos.
Mi relación con Sandra es especial.
Mis padres y sus padres son mejores amigos.
Su familia es mi familia y la suya la mía.
Pasábamos una semana de vacaciones juntas de viaje todos los años.
Es como una hermana para mí.—Siéntate.Tranquilízate.Y me cuentas—le dije tranquilizándola.
Cuando se relajó y se secó la lágrimas empezó a relatarme.
—Me da mucha pena, solo lloro por él, ya tiene bastante con lo de la muerte de su abuelo para que ahora su novia le deje.Ya no lo quiero como antes, me estoy agobiando, con los estudios, con los problemas de mi casa...—¿Problemas en tu casa?No me ha contado nada, pensé—Quiero que nos demos un tiempo, me esta empezando a atraer otro chico y bueno si lo quisiera a él...no me fijaría en otros.
Sí, así de breve fue.
—Bueno Sandra, yo te voy apoyar en tu decisión.No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.Estás agobiada pues nada déjalo un tiempo, te vendrá bien.Hoy no lo hagas, esta ya muy mal.Te aconsejo que hoy le digas que te encontrabas mal y que por eso no has ido.Ya se lo dices otro día—le aconsejé.
—Tienes razón, como siempre.Eso voy a hacer.Tranquila que no iba a ir de todas formas, ¡mira mis pintas!Me encantas, que guapas vas—me dijo mirándome de arriba abajo con mejor ánimo.
–¡Pero mírate a ti si hasta recién llorada estás guapa!Y dime, ¿qué chico te está empezando a atraer, pillina?—le dije haciéndole reír.
—Tía, no me mates, Sebas.Me encanta como es por fuera y por dentro.Me hace reír mucho y tontea conmigo—me confesó.
Me quedé flipada.
—Tía, Sebas tontea con todo lo que tenga dos tetas y un culo.Por favor, dime que es una broma—le dije sincera.
—No lo es—me contestó riéndose.
Y así se quedo la conversación.
Le di dos abrazos y un beso y se fue.