Nunca olvidaré, esa mañana, era lunes y hacía bastante aire.
Odio los lunes, ese me encantó.
Como siempre me coloqué mi moño de rutina, tenía gimnasia, me puse mis mayas, una sudadera, una chaqueta de chandal y mis deportivas negras.
Salía de casa a las ocho menos diez y entraba a las ocho, siempre llegaba pronto, nunca había llegado tarde, salvo esa mañana.
Al salir vi a Pablo apoyado en su coche, con cara de recién levantado, estaba adorable.
Me sonrió y no le devolví la sonrisa.
Pase de largo en dirección al instituto, antes de girar a la calle me cogió del brazo.
Y yo ni me giré.
—¿No saludas a tu princesita?—me preguntó haciéndose el gracioso.
—Buenos días, vecino—dije borde sin mirarle a la cara e intentando avanzar, me tenía sujetada del brazo.—¿Me sueltas?
—No, si no sales un día de esta semana conmigo—me dijo mientras me cogía de la barbilla para que le mirase a la cara.
Estuvimos un rato así, mirándonos a los ojos.
Él pensaba que le iba a decir que sí, que inocente.
Vale que me pusiera nerviosa y que me volví loca, pero no, yo no, yo no soy como las demás.
—Lo siento mucho, princesita, pero yo no soy una de tus novias, si quieres salir conmigo tienes que currártelo—le dije ahora sí, sonriendo.
—No sé a que te refieres con mis novias.Solo quiero salir contigo una tarde, conocerte, me pareces tan interesante y me caes muy bien—me dijo.Noté en sus ojos sinceridad pero aún así no iba a caer.
—Pablo, guárdate esos discursitos a quienes se los crean, a mí se me demuestra con hechos, no con palabras.Te guste o no.—le dije seriamente.Por un momento temí y pensé que se iba a girar e irse, que me iba a mandar a la mierda, pero no, no lo hizo.
—No es ningún discurso.Voy a hacer lo que sea por conocerte, lo que sea—me dijo acercándose a mi oído con una sonrisa.—Me gustan las chicas difíciles, pero creo que tú más—me susurró y se fue.
Podía sentir un cosquilleo en la barriga y mi corazón latiendo
.Me quedé un minuto ahí parada, ese chico me volvía loca.
Llegué tarde y no me dejaron entrar a primera hora.
Cuando entré a segunda les dije a todos que había ido al médico y se lo creyeron.
En el patio cogí a Ángela y fuimos a dar una vuelta por el patio solas.Se lo conté todo detalle a detalle.
—Que envidia me das guarri—fue lo único que me dijo.
Como siempre las clases se me hacían eternas.
Por fin eran las dos.
Salí del instituto como siempre con todas mis Serdis menos Sandra y Rocío, que me habían perdonado, y con Santi.
No podía ser, ¿estaba soñando?
—¡Es él!—me gritó Ángela señalándolo.
—¿Quién, quién?—preguntaron las demás Serdis.
—Chicas, es el vecino de Esme.Adivinar alto, moreno, ojazos azules, sonrisa perfecta, ropa impecable y buenorro.
Todas miraron al mismo lado.
Qué vergüenza, lo iba a matar.
—Dios como esta, si que es guapo si...—escuché decir por detrás a mis amigas.
Noté miradas de gente en mí y en él.
Iba directa a él, me puse delante de él y le cogí del brazo para llevármelo a otra parte.
Pero él delicadamente me soltó mi brazo del suyo y se giró hacia mis amigas, que las tontas lo miraban con los ojos como platos.
—¿No me presentas a tus amigas?—me preguntó.
Ellas sonrieron como tontas y antes de decirle nada se presentaron ellas.
—Yo soy María.
—Yo Laura.
—Yo Irene.
—Yo Ángela, su mejor amiga, he oído mucho hablar de ti.
La mataba.
—¿Enserio?Pues no me lo esperaba—dijo Pablo, mirándome con una sonrisa.—Encantado, yo soy Pablo y vuestro futuro cuñado.
Me quedé flipada, se había atrevido.
¿Vuestro futuro cuñado?
¿Que se creía que era?
¿Mi futuro novio?
Ellas al escucharlo me miraron atónitas.
—Es una broma—dijimos los dos a la vez.
Nos miramos y esta vez sí que le sonreí.
—Eh tío yo a ti te conozco.¿Juegas en el club de aquí?—se acercó Pablo a hablar con Santi.
Mientras hablaban, mis amigas me susurraban.
—Queda con él, le gustas, que simpático, queda con él...
Cuando paró de hablar con Santi se acercó.
—Bueno chicas, ¿qué tengo que hacer para convencer a vuestra amiga para que quede una tarde conmigo?Solo pido una tarde—preguntó con esa sonrisilla.
—Ya has hecho bastante, le has hecho pasar vergüenza para ella eso ya es algo...—le confesó Ángela.
—Ya hemos hablado con ella va a quedar una tarde contigo–dijo María.
—¿Enserio?—me preguntó Pablo mirándome a los ojos y con una media sonrisa.
Como decirle que no.
—Que sí pesado...—antes de acabar la frase me cogió del brazo, iba a cogerme de la mano pero yo la aparte y nos fuimos para nuestras casas.
No hay mucho camino de nuestras casas al instituto, pero nos dio tiempo a elegir el día, al final al día siguiente, martes.
Ya tardaron en hablar por el grupo de Whatsapp de las Serdis, Laura les contó por audio a Rocío y Sandra lo se habían perdido:
Las Serdis🐷💞
María🐷:
14:05 Me encanta para ti, Esme.Laura🐷:
14:05 Es súper majo.Sandru🐼:
14:06 Me lo tienes que presentar, Esme!Ángeluki💞:
14:06 Si no lo quieres para mí.Irene🐷:
14:06 Chicas jajja no esta bueno, esta buenísimo.Esme Pérez:
14:07 Ya os contaré detalle a detalle, mañana.María a mí también me encanta, Sandra cuándo quieras, Ángela calla jajja, Irene jajjaja.