Esme:
Esa noche hacían la fiesta de la primavera.
Me puse unos vaqueros claros largos, una camisa de flores y unas sandalias blancas con plataforma.
Todas mis amigas y yo nos pusimos una diadema de flores en la cabeza.
Estábamos bailando todas al ritmo de la música.
Mario:
—¿Ya te has acostado con la piva?—me preguntó Hugo nada más llegar a su casa.
—No, paso de ella—dije.
En realidad no me la quitaba de la cabeza y quería hacerlo porque solo perdería el tiempo.
—Te lo dije, además Sonia me ha dicho que volverá con su ex—contó Germán.
Escuchar otra vez eso me cabreaba pero no tanto como cuando lo escuché de su propia boca en su fiesta de cumpleaños.
¿Cómo podía volver con él?
No se la merece.
—Pues hermano estás de suerte, Ana lo ha dejado con su novio, me la ha contado Mónica, que por cierto, muy buena en la cama—dijo Germán.
—Tío, ¿todo eso para esta noche?—pregunté a Kike.
Sergi y Dani eran buenos amigos pero no necesitaba amigos.
Solo quería acompañantes de fiesta.
Kike, Hugo y Germán eran amigos de mi hermano.
De vez en cuando iba con ellos porque compartían cosas con ellos, como el fumar y beber y a veces me contaban anécdotas de mi hermano.
—Claro, tío, va que tú eres como tu hermano, un campeón—me dijo Hugo.
Kike y Germán se miraron sin decir nada.
Hugo era el que mandaba en ese grupo antes de que mi hermano falleciera y todo era lo que el decía.
Empezamos a las once a beber y perdí la cuenta de los cubatas en el séptimo.
Esme:
No me cansaba de bailar con Sandra y Cristina.
Movíamos las caderas al ritmo de 'Baila Conmigo'.
Veía a Mónica y Ana, bailando muy sensualmente como siempre y chicos al rededor de ellas babeando.
De repente apareció Mario con los que eran amigos de su hermano.
No me gustaban nada esos chicos.
Germán cogió de las caderas a Mónica y se empezaron a besar bruscamente.
Ana se acercó al oído de Mario y le susurró algo, este le devolvió el gesto y ella río.
Entonces ella le rodeo el cuello con sus brazos, él le cogió del trasero y se besaron ferozmente.
Sin darme cuenta, estaba mirándolos con los ojos llenos de lágrimas.
No tenía ni idea el porque lo hacía y me sorprendía.
Él es así, ese tipo de chico que trata a las mujeres como si fuéramos basura.
Me había ilusionado, me había utilizado.