Capitulo 23. Un pequeño regalo

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Laia

Que gusto da despertarte a las 12 de a mañana un sábado. Sin alarmas, sin gritos. Solo el canto de los pájaros. Me levanto y me voy a la cocina a por unas oreo y un batido, y me lo como en mi habitación. Hoy tengo la casa para mi sola, a si que pongo en los altavoces de mi cuarto y pongo una de mis mil canciones favoritas, Points of Authority, de Linkin Park.

Cuando termino de desayunar, me pongo a dibujar hasta que termino de completar el dibujo. Después me pongo a sopear un poco por las redes sociales.

Cuando miro el reloj marca las tres menos cuarto, a si que voy ha preparar la comida.


Después de comer, me pongo a jugar un rato a la play, ya que no la cojo mucho por los exámenes y por un fin de semana que tengo libre, la aprovecho. No suelo jugar mucho, pero cuando me aburro es una buena idea.

Son las 4.30, y decido ponerme a ver a tele, hasta que me quedo dormida. Mi móvil empieza a vibrar y me despierto. Lo cojo sin saber quien es, ya que voy con un suelo importante. Esto de quedarse hablando por Hang Out hasta las 7 de la mañana, no mola.

-¿Si?- digo mientras me aclaro la voz-

-¿Laia? ¿Donde estas?- creo que es Joel.

-En mi casa,¿por?

-Pues porque te he reventado el timbre.

-Ostras pues no me he enterado, estaba durmiendo,¿sigues ahí?

-Si jajaja, estaba apunto de marcharme pero he pensado que mejor seria llamarte y haber si me abres, ¿no?- dice mientras se ríe.

-Anda espera, que te abro.- Cuelgo y me dirijo al telefonillo para abrir.

Pero a los dos segundos me doy cuenta de que.. ¡VOY EN PIJAMA! NO ME DA TIEMPO HA CAMBIARME.

-¿Hola?

-Em.. Hola..- digo meintras intento esconderme en algo para que no me vea en pijama.

-¿Porque te escondes? Jajajaja por cierto, muy bonito ese pijama, tendrás que dejármelo alguna vez.

-Ja ja ja, que gracioso. No me ha dado tiempo a cambiarme, estaba durmiendo y he ido ha abrirte, y me acabo de dar cuenta.

-No te preocupes, jajajaja ami no me molesta.

¿Pero que? 

-Oye, ¿que es esa caja?- pregunto.

-Un regalo.

-¿Como?

-Un regalo, para ti.- dice mientras sonríe y deja la caja en el salón.

-¿Enserio? 

- Que si jajajajaja.

Me quedo mirando la caja y pensado el porque, y que es el regalo. Que llevara ahí dentro.

-Pero no te quedes embobada que me he roto la espalda subiéndolo,¿tu sabes lo que pesa eso? jajajajaja.- dice mientras se ríe.

-Vale, voy.- Avanzo hacia la caja y la abro.

-No. No me lo puedo creer,¿de verdad Joel?

-SI, si se te lo puedes creer, y si, es para ti.

-¡Oh dios mio! ¡Es supe mono! ¡Me acabo de enamorar!

-Oh muchas gracias.

-De ti no, del perro.

Bueno, de ti también, pero no lo voy a decir.

-Joder, ¿de donde lo has sacado?

-Trabajo en una campaña de perros abandonados, y hace menos de dos meses recogieron a una Husky siberiana preñada, y los cachorros nacieron hace un mes, a si que me espere a que dejaran de amamantarse de su madre para traerte uno.- dice con una sonrisa en la boca.

-Joder yo.. yo no se que decir.- Digo con el cachorro en los brazos. Siempre había querido un perro.

Dejo al cachorro en el sofá alrededor de cojines para que no se caiga.-Joder, muchísimas gracias enserio, eres el mejor Joel.- le digo mientra le doy un abrazo tan tan tan fuerte que no se como no se esta quedando sin respiración. Pero el me lo devuelve.

Joel se queda jugando con el cachorro mientras yo me cambio y me pongo algo mas decente. Ahora que lo recuerdo ¿Ariadna? Aun no ha llamado.

-¡Laia!

-¿¡Tia tan rápido te has olvidado de nosotros que ni siquiera nos llamas!?- digo con una carcajada.

-Ups, perdón, pero se me echo el tiempo encima y no me acorde. Tengo que contarte varias cosas tia.

-¡Tia tengo un perro! ¡Un Husky siberiano!

-¿Y NO ESTOY YO AHI PARA MIMARLO? ¿Quien te lo ha comprado?

-Joel.- digo y se me escapa una sonrisa.

-Tía, yo no se que haces que no le pides salir ya. Es un buenorro y encima te regala un Husky, ¡Tia un Husky! 

-Nose, me lo tengo que pensar, bueno te dejo, ya hablaremos por Hang Out.

Después de eso cuelgo, y me dirijo al salón a jugar con el perrillo. Cuando llego veo a Joel tumbado en el suelo y el perro mordiéndole el pelo.

-¿Le das de comer al pobre tu pelo canoso?

-¡Eh! Que me ducho todos los días, y mi pelo es una preciosidad.- dice mientras se pasa la mano por el pelo.

-Si, seguro. Oye,¿que hacemos? El perro tiene hambre.

-Le he puesto comida en un cacharro y un poco de agua. ¿Has pensado el nombre?

-Aun no, ya pensare alguno.

Nos quedamos la tarde hablando hasta las 9. Hemos hablado de todo lo que se pueda hablar en este mundo. Con tal de mirarlo, me da igual

-¿Oye te apetece cenar? Voy ha hacer macarrones con queso.

-¿Me estas invitando a cenar?- dice mientras alza una ceja.

-Eh, yo, osea, no, solo te he preguntado, osea, si no quieres, no pasa nada.- me estoy empezando a poner nerviosa.

-No digas que no, que me acabas de invitar a cenar.- dice .

-¡Que no! Solo te he preguntado si te apetece, pero perfectamente te puedo decir que aquí no cenas.

Me levanto porque lo veo levantarse, y me toma en brazos, me tira al sofá y empieza ha hacerme cosquillas.

-¡Para!- digo riéndome.

-No hasta que no admitas que me estas invitando a cenar.

-¡Y dale!- intento sujetarle las manos, pero es imposible, es mas fuerte que yo.

Estoy empezando a tener agujetas ya y falta de oxigeno.

-¡Vale! ¡Vale! ¡Te he invitado a cebar! ¡Ahora para porfavor!

-Así me gusta, bueno que, los macarrones no se van a preparar solos.

Este chico de verdad..


¿Problemática? [ACABADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora