PARTE CINCO

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—Aquí dice que se llama Jung Taek Woon y que tuvo un desmayo ocasionado por la deshidratación y el poco descanso.

Miró lo papeles que le señalaba y leyó junto a ella. No era la primera vez que estaba ahí por lo mismo y que sería dado de alta pasado mañana.

—Ese joven lo recuerdo, muy guapo así como tú. Alto, pero no tanto como tú, super delgado, menos que tú y más blanco que tú. Su familia es muy adinerada y siempre andan apurados, no sé, como si se les hiciera tarde.

La enfermera se rió por su último comentario. Ambos siguieron leyendo.

—Mira, su cuarto esta justo a un lado del tuyo, deberías ir a regañarlo porque ya se va en unos días y no te ha dado las gracias de evitarle las heridas que tu tienes.

Visto de esa manera ella tenía razón, prácticamente le salvó la vida, su prepotencia no lo llevó a dar las gracias de frente. Pensó que su familia estaría enterada de que es un joven que vive en las calles y dada su postura, su forma de dar las gracias sin tocarlo es pagando sus gastos médicos. Se sintió mal, pero no era la primera vez que lo rechazaban.

—No tiene importancia, van a pagar mi estancia y mi curación, para mi es suficiente.

La enfermera se le quedó viendo con escepticismo y añadió.

—Serán muy ricos y lo que quieras, pero les falta corazón, ese que puedo ver a través de esa mirada, a ti te sobra. No te hagas menos Won Sik, soy una mujer que puede descubrir los sentimientos de alguien viendo sólo a través de los ojos y los tuyos galán, me muestran un dolor terrible. Deja de sentirte inferior a los demás.

Esas duras palabras lo regresaron a la realidad.

—No es necesario, lo juro. No me interesa que vayan a decirme gracias por obligación. Mejor así.

—¿Eres un poco terco verdad hijo?

Ravi se rió del comentario de la enfermera y trató de cambiarle el tema, en verdad no se preocupaba si estaban agradecidos o no, para él fue mala suerte, de esa que lo ha seguido toda su vida.

Cuando dieron las 5 de la mañana y era el cambio de turno, la enfermera se despidió diciéndole que lo vería en la noche. Ravi regresó totalmente agotado a su cuarto, quería tanto dormir y no sabía cuánto debía permanecer despierto.
Entró a la cálida habitación y se recostó en la cama, prendió la televisión y le subió el volumen lo más alto que soportó y trató de descansar al menos el cuerpo. Pasaron 10 minutos para que una doctora entrara y le hiciera pequeñas pruebas, se le pidió que durmiera un poco y que sería despertado cada dos o tres horas para evaluarlo, posteriormente se le haría un nuevo electroencefalograma y dependiendo los resultados podría ser dado de alta en la semana.
Se sintió más tranquilo y aprovechando lo de dormir, apagó la televisión y se recostó en la cómoda cama perdiéndose al instante. A las 3 horas entró una enfermera a revisarlo por escasos 10 minutos y dejó que volviera a dormir, así hasta que se hizo de tarde y era la hora de la comida, pero no entró una enfermera con el carrito con platos para escoger, si no un hombre con traje de mesero y varias bolsas de comida de un restaurante cercano. Ravi creyó que era equivocado pero la tarjeta que venía con el pedido decía lo contrario:

Sr. Kim Won Sik

Reciba ésta comida como un pequeño agradecimiento a su valerosa acción conmigo y aprovechando la ocasión, me gustaría tener con usted una reunión el día de hoy en la noche, le haré llegar el lugar y la hora en cuanto pueda quitarme la mascara de oxígeno.

Espero y sea de su agrado.

Provecho.

Jung Taek Woon

Leyó varias veces para caer en cuenta de que el delicioso filete, las papas al horno, el espagueti con hongos y la botella de agua mineral sí eran para él.
Se sintió feliz y muy hambriento al ver todo, se lo comió despacio saboreando cada uno de los platillos, jamás le habían comprado de éste tipo de comida ya que no sabia que existía. En un momento de debilidad, se le escaparon unas cuantas lágrimas mientras cortaba la carne.

Cuando se llevaron la basura de su rica comida, se recostó en la cama para descansar, le costaba trabajo moverse libremente con el brazo vendado y eso hacia que hiciera el doble del esfuerzo. Agarró su celular, estaba a punto de quedarse sin batería y aún así marcó el mismo número, pero nada, desistió con eso.

Cerró los ojos y dejó que el ruido del televisor lo arrullara. Volvió a soñar, tan real como los otros sueños a lo largo de su vida, corría con mucha fuerza a través de una avenida desierta, nada mas.

Tocaron a la puerta y al ser de sueño muy pesado no se dio cuenta cuando Hong Bin entró con unas bolsas de ropa. Se acercó a Ravi que permanecía boca abajo para evitar el dolor de cabeza, dejando expuesta su espalda y parte de su trasero, esa bata aún no se la podia cambiar.
Hong Bin se quedó un rato viendo la enorme venda que cubría la herida en la cabeza y el enorme cardenal que había en su espalda. Le dieron escalofríos.

Se acercó y lo tocó suavemente para despertarlo, aunque tuvo que zarandearlo más fuerte ya que seguía roncando. Ravi se levantó sentándose en la cama, creía que era un doctor.

—Lo siento, me dijeron que podía dormir lo que quisiera. ¿Viene a revisarme?

El apuesto chico se rió de tan tonto hombre, no traía bata y era demasiado joven para ser un doctor.

—No Won Sik, me llamo Hong Bin y soy el mejor amigo del hombre que salvaste el día de ayer. Por el que tienes esa horrible herida.

Ravi le dio una sonrisa.

—¿De Jung Taek Woon? creí que él vendría a verme.

—Se esta cambiando en la otra habitación y me pidió que tu hicieras lo mismo, fui a comprarte ropa, ahora que te veo creo que sí le atiné a la talla.

Le estiró las manos con las bolsas llenas, las tomó con miedo y las puso sobre la cama revisando sólo un poco, ninguna era su estilo.

—No puedo aceptarlas ya que no tengo dinero para pagarlas. Me pongo la bata que me dieron y listo.

Hong Bin resopló.

—Son gratis, regalo de agradecimiento así que báñate y arréglate, te verá en la cafetería a las 8 pm. Él es super puntual y se irrita mucho si lo hacen esperar.

Se despidió sin formalismos y salió dejándolo solo.
Sacó toda la ropa que le habían comprado, era bonita. Escogió lo que más se acercaba a su estilo, la camisa negra con el pantalón de mezclilla y unos tenis negros, lo demás lo devolvió a las bolsas y se fue al baño a tratar de arreglarse para ese chico rico.
N

o porque fueran de diferentes clases sociales, debía verse desarreglado.

o porque fueran de diferentes clases sociales, debía verse desarreglado

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TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora