PARTE TREINTA Y OCHO

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-Si, pero por favor no creas que soy estúpido. He bajado mi consumo durante mucho tiempo... no pienses mal.

Volvió a beber de la botella. Mostraba un nerviosismo bastante perceptible.

Leo sintió el corazón en la garganta, podía ver como le costaba tratar de mantener la calma. Sabía que no había sido correcto preguntarle tan directo y menos si quería escuchar la verdad y no respuestas apresuradas.

-Ven, desayunemos.

Dio media vuelta y regreso con paso lento a la cocina. Ravi lo siguió con la cabeza agachada. "Eres un idiota" "Ve despidiendote" se repitió hasta llegar al comedor.

Desayunaron en silencio mientras pensaban sobre todo. No tenían ni la más mínima idea de como avanzar ahora, les costaba demasiado trabajo siquiera alzar la cara para ver algo más que el plato de comida que cada uno tenía de frente.

Taek era torpe en poder tener empatía con las personas, su personalidad fría lo había llevado a ser bastante desconsiderado y egoísta con los sentimientos de la gente. Le daba igual ser hiriente con sus acciones ya que sólo se preocupaba por él. Tenía todo lo que quisiera y por tal motivo nunca se interesó en fijarse en el mundo que le rodeaba.

Por el contario, Ravi poseía una personalidad que lo ponía por debajo de sus necesidades ya que siempre ha deseado que toda la gente que quiere sea feliz a pesar de que el no lo fuera. Se desvivia por hacer sentir bien a los demás olvidándose de lo que deseaba o incluso complaciendo a todos. Era vulnerable y bastante manipulable. Muy fragil y tonto.

Diferentes.

Comer en silencio no le gustó a ninguno de los dos.

El primero en romper el silencio fue Leo.

-Won Sik... no pienso mal.

Pero incluso cuando habló, Ravi no levantó la vista. Estaba avergonzado, era obvio para el asegurar que este día las cosas debían revelarse. No podría mantener oculto su pasado y menos su presente. Pero estaba temeroso del resultado al sincerarse.

Suspiró antes de hablar.

-Deberías. No soy nadie digno de ti.

Leo estiró la mano de forma sorpresiva y tomó la de Ravi quien no tenía el valor para verlo a los ojos.

-Mirame.

El otro quitó despacio la mano y las bajo hasta su regazo para comenzar a tronarse los dedos.
Para Leo eso fue una bofetada, sintio como si un muro se estuviera formando entre los dos.

-Por favor, mirame.

Ravi agachó aún más la cara y poco a poco fue alejándose de la mesa. Se podía ver como si quisiera huir de ahí, salir corriendo hacia la calle y tomar un respiro.

-Prometimos intentarlo, prometimos confiar uno del otro... me rompes el corazón. -Leo se alejó también de la mesa y volteó un poco su cuerpo ocultando su rostro. Sintió la cara caliente y los ojos acuosos.

Ver a Won Sik ser así de repente le dolió. Era como si le mostrara que jamás podrían dar el siguiente paso y era frustrante ya que tenerlo ahí había sido la felicidad más grande en su vida.

-¿Lo ves? Soy un idiota. No te merezco, deberías alejarte de mi.

-Esa respuesta es tonta. No decidas por mi. Estoy bastante grande para saber que merezco o que no.

-Pero no es justo que alguien como tu este con la escoria que soy.

-Jamás lo sabré si sólo ocultas tu vida. No se nada de ti, sigues hullendo cada vez que profundizamos.

Ravi rechisto.

-Soy una porquería de persona. Es todo lo que necesitas saber.

-Tal vez y si lo seas por la manera tan cruel que eres conmigo. Yo quiero estar contigo sin importarme quien seas. Te quiero a ti por la manera en que me haces sentir... estoy seguro de que... -Se interrumpió antes de terminar.

Y unas traicioneras lágrimas salieron de sus ojos.

Esta vez la bofetada la sintió Ravi. Dirigió sus ojos a la figura de Leo que ocultaba su rostro entre sus manos mientras sus hombros temblaban de forma casi imperceptible.

-¿Por que querrías a alguien como yo?

Un latido irregular atacaba su pecho.

Taek se tranquilizó antes de hablar. No podía verse tan frágil, jamás lo había sido, debía ser fuerte a pesar de sentir que algo importante desaparecería.

-Tienes una sonrisa que descongelo mi corazón y es suficiente razón para querer a alguien como tu.

Se armó de valor y lo encaró. Se miraron y de inmediato lo sintieron, estaban enamorados.

Los ojos llorosos de Taek le removieron en su interior algo que creyó había muerto, su corazón se aceleró tan rápido que imagino que se desmayaria.

Se levantó y camino hacia él para rodearon con sus brazos.

-Deja de ser cruel. -Susurró Leo.

Ravi abrazó con aún más fuerza al delicado Taek.

De la garganta le saldría un grito si no decía lo que sentía.

-Soy adicto a las mentafetaminas desde los 15 años, mi adicción al principio fue terrible, pero con el paso del tiempo me fui haciendo más dependiente a otras sustancias por lo que yo mismo me ayude a bajar el consumo. También existe alguien que me enseñó que la vida es mejor sin esas estúpidas drogas pero me llevo a lugares más oscuros que me mostraron la porquería que vive en este mundo. Taek Woon, también soy prostituto... se escucha tan mal como se vive.

Abrazo con más fuerza a Leo quien parecía haber entrado en un transe ya que no se movía y menos decía nada. Sentía que si lo soltaba desaparecería dejando sólo su brillo ante los ojos.

La garganta se le volvió a secar y las manos comenzaron a temblarle.

-Yo no soy cruel, la vida lo es.

Los brazos de Leo rodearon su cintura y oculto el rostro en el pecho de Ravi. Esa acción le dieron más valor para seguir hablando.

-Ahora lo sabes, sabes quien soy y la vida que llevo. No dejaré de consumir al igual que no dejaré de prostituir mi cuerpo, es de la única forma que he podido sobrevivir todo este tiempo. Pero tampoco quiero perderte.

El silencio parecía eterno.

-A veces, terminas odiando a quien amas, pero no me malentiendas. Será difícil el camino pero quiero intentarlo Won Sik, quiero intentarlo.

TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora