PARTE CINCUENTA Y CINCO

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A Hyuk se le salió la respiración.

Pensó que mentía, el único novio que le conoció fue N y Ravi le había platicado poco de lo que sufrió con él. De éste hombre le había hablado casi nada, solo sabía que quería comenzar de nuevo ya que estaba conociendo a alguien, pero nada más. Ni siquiera los llegó a ver juntos.

-Ah, mmmm. Hola. -Lo miró de arriba a abajo, desconfiando, pero no tenia alternativa. -Debes firmar con la chica de la recepción.

Leo tosió y solo le asintió.

Se dio media vuelta y con paso lento se acercó a la enfermera que desde que había entrado no le despegó los ojos de encima.

-Vengo de parte del paciente Kim Won Sik, por favor dígame ¿Cuál es su situación?

La mujer lo miraba embelesada y con cierto nerviosismo le pasó el formulario a llenar.

-El paciente entró desmayado y con el pulso cardíaco bajo, el doctor comentó que es asunto de drogas y alcohol, pero no ha informado nada más. Por favor, firme hasta el final. ¿Usted qué es del paciente?

Sus ojos se mostraban muy emocionados de ver a alguien tan bien parecido como Leo, sonreía mucho y coqueteaba.

-Es mi pareja. -Contestó de tajo dejando el formulario sobre el escritorio y dándose media vuelta para regresar con el chico, ignorando a la enfermera que había dejado de reírse de inmediato.

-¿Dónde conociste a Ravi? -Preguntó el pequeño una vez que se sentó junto a él.

-No estoy de humor para hablar, ¿Sabes donde está la cafetería?

Hyuk le hizo una mueca de desagrado y con voz fastidiada le contestó.

-Camina derecho sobre éste mismo pasillo, te llevará a otra sala de estar, ahí hay una máquina de café.

-Perfecto, regreso rápido. Si el doctor sale, por favor márcame y vendré de inmediato. No dejes que se vaya hasta que yo esté de regreso.

-Sí jefe.

Era un hospital sencillo, pequeño. Los pasillos por donde caminó estaban atiborrados de personas esperando y enfermeras caminando apuradas chocando con la gente y entre ellas mismas. 

Su paso era lento y demandante. Sus pulmones exigían más aire del normal y eso le hacía doler la cabeza, los sedantes seguían en sus sistema y le pedían que se recostara y durmiera un poco, pero el miedo lo mantenía de pie.

Llegó a la máquina que buscaba, se compró un café americano que sabía mal y uno más para el chico. Regresó de nuevo a su lado y le entregó la bebida. Sólo recibió un seco "gracias".

No se dijeron nada, ni siquiera se voltearon a ver. Hyuk sacó su celular para escribirse con alguien y él solo quedó quieto escuchando el ruido a su alrededor mientras se concentraba por no entrar en pánico, ya llevaba ahí mas de media hora y ningún doctor se les había acercado.

Se imaginó lo más probable que hubiera pasado, un lavado de estómago, resucitación, paro cardíaco...

Su mente voló por todas esas posibilidades, no sabía realmente nada de como se atendía una sobredosis de lo que consumía Ravi, pero estaba seguro que si había sido grave ya que tenían un buen rato esperando y nadie les decía lo que pasaba, estaba muy nervioso.

No quería perderlo.

-Sí, ¿Diga? -La voz de Hyuk lo hizo reaccionar. -No soy yo ¿Quién habla? -Leo volteó la cabeza para verlo hablar desde el teléfono de Won Sik. -Ah ya, cálmate, no me grites. Tuvo una sobredosis... por que... no encontré tu número... no lo sé, nadie me ha dicho nada... no es de tu incumbencia... si... por que... en el del norte... si, ese mismo... ¿Ken? ni idea... no vengas, todo está bien... demonios, haz lo que quieras... si... ajá... si. -Y colgó.

Hyuk volvió a guardarse el teléfono en la bolsa de su pantalón y se giró para mirar al fantasmagórico "novio" de Ravi al sentir su mirada.

-¿Quién era? -Preguntó Leo.

-No estoy de humor para hablar. -Dijo Hyuk contestando lo mismo que le había dicho cuando le preguntó qué dónde conoció a su Ravi.

El mayor solo rió ante la forma tan infantil del chico, no quería enojarse ni hacer un escándalo, no tenía las fuerzas, solo pensó en tranquilizarse y esperar, quien fuera que hubiera llamado, al parecer, iría al hospital, tal vez un amigo, un conocido, tal vez el chico con el que lo vio acostándose...

La garganta le ardió.

Los minutos se le hicieron eternos sentado ahí, quedándose dormido por segundos y despertando de golpe al ir entrando en un sueño profundo. La madrugada llegó rápido y con eso mucho frío en la gran recepción. Solo había salido del hospital con una gabardina larga y negra y una camisa y pantalón de vestir, pero ninguno era de tela gruesa. Se levantó para darse algo de calor justo cuando un doctor muy alto salió de una de las tantas puertas disponibles, los miró rápido y llamó a Leo.

-¿Es usted conocido del sr. Kim?

Leo caminó de prisa a su encuentro mientras Hyuk se guardaba el teléfono y se levantaba.

-¡YO SI! ¡Yo soy su novio!

La suave pero autoritaria voz de quien gritaba ésto, estaba entrando por la puerta principal con paso veloz para acercarse ante un Leo y un Hyuk totalmente sorprendidos. Ambos miraron al chico moreno de ojos fieros y caminar seductor pasar junto a ellos y ponerse frente al doctor que lo miró con indiferencia.

-Esta bien, escúchenme los tres. El joven no tuvo una sobredosis pero estaba aún muy drogado cuando lo trajeron, le hicimos un lavado de estómago para controlar la congestión alcohólica que es por eso que se desmayó. No hay peligro, no es nada grave. Tiene que quedarse hasta que recupere la conciencia y saque la droga de su sistema. No es necesario que se queden los tres, el sr. Kim está fuera de peligro pero sí les recomiendo que le busquen ayuda con respecto a su adicción.

-¿Cuando podremos pasar a verlo? -Preguntó N quien miraba al doctor y le daba ligeros vistazos a Leo.

-Hoy no, déjenlo dormir y en cuanto despierte, una enfermera les avisara para que puedan verlo. Eso es todo, si necesitan algo más, no duden en buscarme.

Los tres chicos se quedaron en silencio.

Hyuk solo giró los ojos y volvió a sentarse sacando de nuevo el celular ignorando a los dos mayores que estaban parados uno frente al otro, mirándose con curiosidad, con asombro y un poco de repulsión.

TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora