PARTE VEINTISEIS

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Ravi y Ken hablaron unas horas más antes de regresar a la casa.

Recordaron viejos días del pasado y planearon un futuro que para Won Sik se veía imposible. Su amigo le dio la idea de ayudarlo a buscar a Taek Woon para que hablaran y Ravi pudiera pedirle perdón por desaparecer sin siquiera avisarle. Sería lo menos que podría hacer ya que lo extrañaba, deseaba verlo para tocarle las suaves manos o para oler el perfume que transpira su cuerpo. El sabor de sus labios aun lo tenia grabado en la memoria, quería con todas sus ganas poder verlo sonreír.

Entraron a la casa cuando la noche estaba más oscura. Estaban las cortinas corridas por donde se veía la luz de la lámpara encendida, eso significaba que N seguía ahí.

Ken entró a la estancia haciendo ruido con los zapatos mientras iba a sentarse en el sillón donde N dormitaba. Ravi fue a su cuarto y se aventó al colchón donde pudo sentir el cansancio de una noche de juerga, quería mucho dormir y estaba consiguiéndolo cuando las risas de Ken lo interrumpieron. Se escuchaba que hablaba por teléfono con su nuevo novio.

Lo ignoró y nuevamente cerró los ojos y se dejó ir a través de sus sueños, pero la herida en la cabeza comenzaba a incomodar.

Ahora sentía el dolor en su cabeza, debía limpiar la herida y revisarla pero no tenia dinero para ir con un médico.

"Si trabajo una noche podría sacar dinero para eso". Se dijo mientras abría los ojos para ver el despintado techo.

Estaba cansado pero aun era buena hora, buscaría a algún cliente y daría sus "servicios" solo para poder bañarse en el hotel donde se quede y en la mañana ir al médico más cercano.

Aun sin quererlo, se levantó de la comodidad de la cama y fue al pequeño baño que era un centro de infección por lo sucio que estaba. Lavó su cara y cuello, se quitó la camisa y con un trapo húmedo limpió lo mejor que pudo su pecho y axilas. Se cambió la ropa interior y saco de lo último de su armario, un conjunto de ropa semi limpio.
Se cambió despacio en medio de la oscuridad, odiaba salir tan tarde pero necesitaba estar bien para Taek.

No quería que viera lo que en verdad era, no aún.

Vió los jeans que estaban bastante gastados y la playera de tirantes verde oscuro que usaría con una sudadera para el frío de la noche y sus clásicas botas negras. Se miró en el espejo roto del baño y vio las grandes ojeras que enmarcaban su rostro.

"Me veo del asco".

En la sala N ya había despertado y miraba la pantalla de su celular mientras tecleaba a gran velocidad.

-¿A donde vas a esta hora?

Ravi camino hacia él y se sentó en el viejo sillón que rechino.

-A trabajar, no tengo nada de dinero y necesito revisarme la cabeza, me sigue doliendo.

-Pídeme dinero, no tengo problemas con prestarte lo que necesites.

N hablaba sin dejar de ver el celular, parecía que chateaba con alguien. A Ravi ya no le daban celos como en otro tiempo donde ese tipo de actitud hacía que ambos terminarán peleados.

-Ya te debo demasiado.

N se rió.

-Eres un estúpido. -Y bajó el celular hasta su regazo y volteo a mirarlo. -Me debes la vida, ¿Qué diferencia harían unos dólares más?

El teléfono vibró por lo que N regreso a su antigua labor ignorando nuevamente a Ravi que se levantó y caminó hasta la puerta.

-No soy ningún estúpido.

Salió al patio donde seguía Ken hablando con alguien. Solo se despidió con la mano e hizo un ademán de que regresaría. Su amigo le sonrió y le mando un beso.

Era imposible poder prostituirse en la calle, debías ir a bares y esperar a que alguien se diera cuenta de quien eras para poder conseguir clientes, o ser trabajador en casas de citas y solo esperar. Para él era más fácil, solo caminaba por ciertas calles y miraba a los hombres a los que pensaba pudiera conseguir un cliente. Si la mirada era aceptada, le hacía ademán para acercarse e iniciar una conversación en la cual le decía de que trataba el asunto del coqueteo con él. Nunca fallaba, tenía buen ojo en saber quién aceptaría pagar por una noche de su placer.

Caminaba por un lugar diferente, esta vez no quería alejarse mucho de la zona comercial donde estaban algunos hoteles baratos y centros médicos, por eso estaba ahí esa noche.

Se detuvo en un callejón que daba con el área de restaurantes. Sacó de su pegado pantalón una cajetilla de cigarros y trató de prender uno, el aire se lo impedía. Se movió para cubrir la llama pero en su intento chocó con un joven que provocó que su cigarro callera al suelo.

Ambos se agacharon al mismo tiempo para recogerlo cuando sus miradas se encontraron.

-¿Qué haces aquí? ¿Me seguiste?

Era facil ver la decepción en los ojos de Ravi.
N tomó el cigarro del suelo y se lo colocó en los labios.

-Te dije que me pidieras el dinero, ¿O es que te vendes por que te gusta?

El menor desvío la mirada hacia la gente que caminaba sobre la banqueta, gente feliz que paseaba enmedio de la noche comprando cualquier cosa que se les antojara. A él le gustaría poder hacer eso.

-Lo hago por necesidad, además tu muchas veces me lo has dicho: "soy un estúpido ignorante que solo sirve para ser usado".

Ravi dio un gran suspiro a la vez que lograba encender su cigarro. Ahora que ya no estaba obsesionado con él, veía como en realidad N lo hacía sentir una mierda para tenerlo controlado y funcionaba, hasta ahora.

-Exacto, eso eres pequeño Ravi así que regresa a tu casa y yo mañana te acompaño a que te vean eso.

Se sintió enojado al darse cuenta que durante tantos años fue objeto de burlas y malos tratos de esa persona que creyó lo amaba tanto como él lo hacía. Había sido un tonto, las cosas debía cambiar si quería ser libre.

-Esta es mi decisión, ya no quiero nada de ti, largate.


TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora