PARTE TREINTA Y TRES

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Durante la privacidad de la noche los hombres se convierten en animales.

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-Tus labios son perfectos. Me encantan.

Lo tomó del cuello y lo acercó con mayor fuerza, a Leo parecía no importarle el exceso de dolor sobre de él ya que no quería que se detuviera.

-Tengo miedo.

Ninguna voz jamás le excitó tanto como la suya, quería poder escucharlo para siempre.

-Iré despacio, mereces que sea especial.

Ravi se metió entre las piernas del tembloroso Leo que estaba acostado con los brazos estirados hacia él, se dejo llevar por su deseo y se acercó permitiendole que lo abrazara por el cuello para después poder meterle la lengua hasta donde pudo, sus bocas se llenaron de saliva que hizo brillar sus labios.

-Me encantas Taek Woon.

-Me encantas Won Sik.

-Me encanta que me digas por mi nombre, es sexy.

El mayor se mordió el labio.

-Tócame.

Won Sik lo levantó en brazos como si se tratara de una novia y caminó hasta la primer puerta que se encontró. La abrió a duras penas debido al peso del otro quien solo se reía y escondía su cara colorada en el cuello de Ravi al que le dio besos y pequeños mordiscos.

Por suerte para ambos, era una recamara.

Caminó los últimos pasos y dejó caer despacio a Taek quien no le permitió escapar y lo mantuvo agarrado del cuello para atraerlo hacia sí y besarlo.

Los dedos del más chico se movieron rápido hasta la camisa del otro que comenzó a desabotonarla despacio, deseaba verlo desnudo, saber que tan blanca era su piel y que tan dulce sería besarla.

Won Sik no tenía prisa por terminar esa noche, veía sus propias manos quitar esa tela innecesaria del cuerpo de Taek y también echaba una mirada a la cara preocupada de su amado. Lo observaba mientras seguía mordiéndose el labio y sus ojos bailaban alrededor de el. Tal vez y lo imaginaba pero temblaba un poco al roce de sus dedos.

Leo tenía miedo, si. Pero no de Ravi si no de lo que sería tener relaciones con un hombre, con una mujer es fácil suponer quien sufriría la penetración, pero entre ellos dos se le complicó, su cabeza se preguntaba quien sería. Le dio vergüenza imaginarlo, pero sólo pensaba en preguntar aunque eso podría implicar hacer sentir incómodo a su amado quien demostraba lo excitado que estaba al desabotonarle la camisa despacio mientras sus ojos ardían en llamas.

Le quitó la camisa y lo observó. No podía creer lo que veía, esa piel era perfecta al poco brillo del cuarto. Los pezones eran un poco oscuros, el abdomen plano pero ligeramente marcado, las clavículas se marcaban demasiado y eso lo llevo a recostarse sobre él y besarla. Beso también su cuello y dio ligeros mordiscos que hicieron hacían suspirar a ese hermoso cuello. Una de sus manos comenzó a recorrer el pecho desnudo apretando toda esa deliciosa piel desnuda.

Dejó el cuello y alzó la vista hacia Taek quien tenía los labios semi abiertos y las mejillas aún más rojas que antes. Un poco de sudor se veía en su frente y los ojos le pedían que no se detuviera. Le mordió el labio superior en un intento por tranquilizarse, sabía que su querido era virgen, lo notaba en el modo en que suspiraba cuando lo tocaba, en el temblar de su cuerpo y en que no lo había tocado a él para nada.

-¿Tienes miedo?

Ravi se levantó de la cama y se paró enfrente para que pudiera verlo desnudarse frente a él. Se quitó el suéter, el cinturón y poco a poco se desabotono su propia camisa dejando que Taek viera su cuerpo.

-Si, si tengo miedo. -Se levantó para sentarse en la orilla de la cama sin despegarle los ojos. -Pero no quiero que paremos, quiero llegar hasta el final sólo que tendrás que ayudarme.

Won Sik se sentó a su lado.

-Pero si es demasiado tu miedo debemos parar. No quiero que tu primera vez sea mientras sufres más de lo que disfrutas.

Leo agachó la cara.

-¿Cómo sabes que soy virgen? Que vergüenza. -Y se tapó la cara con ambas manos.

-Te acabas de delatar más. -Le bajó las manos de la cara y las sostuvo entre las suyas. -Pero es fácil suponerlo, tu cuerpo te delata.

-Que horror, ya estoy bastante grande y me da pena decirlo. Pero mi vida me llevó a preocuparme por otras cosas más que pensar en sexo. Soy un perdedor.

A Ravi le salió una sonrisa de los labios. 

-No lo eres, sólo tienes suerte al poder decidir con quien y cuando poder perderla. Y si me lo permites me encantaría ser el primero.

-Tus palabras suenan pesimistas. Sólo dime ¿Tienes mucha experiencia?

Leo levantó la mirada para verlo y lo que se encontró no le gustó, Won Sik tenía los ojos perdidos con una sonrisa amarga. Quitó el agarre que tenían y lo rodeo con los brazos para darle un beso en la mejilla que hizo que Ravi regresará de sus pensamientos. 

-Más de la que quisiera.

-¿Podemos hablar sobre eso? Me ayudará a relajarme.

Su mente comenzó a debatirse entre decir la verdad o mentir un poco para que no se viera el desorden que era su vida, pero muy dentro de él sabía que hablar sobre quién era en realidad lo haría perder a éste hermoso hombre y no quería que eso pasara.

-No creo que sea el momento.

-Confía en mi por favor, cada que trato de hacerte hablar sobre ti, te cierras en negaciones o cambias la conversación hacia mi o incluso como ahorita, me dijiste que no quería perderme y que me advertías sobre lo que pudieras llegar a contarme, pero en vez de que me contaras, te abalanzaste sobre mi y me besaste de forma acelerada. Interrumpiendo otra vez tu historia.

Se quedaron en silencio por un momento que pareció una eternidad.

-No te quiero perder.

Ésta vez la voz de Won Sik era una súplica y Taek se dio cuenta.

-No me importa tu pasado, yo te quiero junto a mi.

-No te quiero perder. -Esa frase le salio con la voz cortada. -No tienes idea de quien soy. No te quiero perder.

Que repitiera tanto eso le hizo sentir miedo. "¿Qué podía ser tan malo como para hacerlo tan vulnerable?"

-Confía en mi, todo estará bien. Soy un hombre adulto.

Se miraron con cariño, estaba comenzando un amor tan fuerte que ninguno de los dos lo sintió en ese momento.

TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora