FINAL

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Las palabras son escuchadas sin entender su significado.

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El sonido de las detonaciones alertaron a los hombres de In Soo que vigilaban los alrededores de la casa.

Se movieron de inmediato, debían estar seguros de que su jefe estaba bien.

Adentro, Ravi protegía con su cuerpo a Leo quien estaba entre la conciencia y la inconsciencia.

N no había bajado el arma, estaba decidido a matar a la última persona que lo separaba de su pequeño.

Su propia mente nublaba el deteriorado juicio que aún tenía. La realidad se le hacía una mancha borrosa que le impedía pensar con claridad, solo sentía el dolor apabullante de saberse odiado por la persona que tanto ama.

Vio a los dos amantes abrazados, rodeados de sangre y temblando. La fuerte respiración de su pequeño Ravi era lo único que podía escuchar. Caminó un paso más, el cuerpo tumbado boca arriba de lo que quedaba de In Soo tenía los ojos abiertos y uno de los disparos en la cabeza. Se sintió tranquilo de verlo muerto, al menos ya no sentiría esas manos bloqueado su garganta o esa lengua venenosa diciéndole lo estúpido e inútil que era...

Ravi alzó la cara y lo miró observar a su alrededor y después posar su ojo abierto en el.

-N, por favor. Déjame que puedan atenderlo, te prometo que me quedaré contigo. Lo prometo, solo ayúdame a llevarlo a un hospital... ¡No! Mejor llama una ambulancia, no hay que moverlo... Sirve que me quedo junto a ti. Por favor, te lo suplico... ayúdame.

Lágrimas caían del ojo de su pequeño, un poco de misericordia le oprimió el pecho. Ver lo que había hecho, hasta que punto había llegado. Sus celos y tormento por perderlo, verlo alejarse y tomar un rumbo en el que no estaba incluido, lo hicieron torturarse hasta que perdiera la cordura.

Nadie sabe cuanto han sufrido ellos dos para verse éste día, solo el cielo puede asegurar el pesar de ver a dos almas jóvenes destruirse por su amor.

Ravi se movió rápido en cuanto la mirada carente de expresión vieron el cuerpo de In Soo. Se levantó con la mano estirada hasta la pistola que continuaba apuntándolos y se la arrebato. N no puso resistencia, vio y sintió lo que su pequeño hacia sin detenerlo.

Colocó el arma entre sus dos manos y le apunto. N observaba por la ventana la noche que cada vez iba siendo más negra, el amanecer estaba cerca. Sus manos colgaban a sus costados mientras el eterno sufrimiento que lo acompañó desde que su padre lo abandonó, seguía haciendo ese zumbido en su cabeza, recordándole que esta solo y que jamás nadie lo amó.

-¿Creíste que era la única que traería? -Su mano se dirigió veloz a su espalda y sacó un revolver que levantó a la misma altura de la que Won Sik lo apuntaba.  

Las manos de Ravi comenzaron a temblar, estaba desesperado, no sabia que hacer. Por un lado Taek necesitaba atención médica y N... N parecía que el alma había abandonado su cuerpo.

El ruido de afuera los alertaron. Se escuchaban voces procedentes del patio y la entrada. Recordaron que no estaban solos y que los disparos de seguro fueron oídos por los ayudantes del matón que parecía ver el techo con interés, olvidándose de que debía respirar para parecer vivo.

Pero a Ravi no le interesaba el arma apuntándole sino importaba más Taek que estaba acostado de lado mientras él mismo se cubría la herida del abdomen, estaba quieto con la cara manchada de sangre y la boca curvada en amargura.

Se agachó a su lado sin quitarle la vista al distraído N.

Su manó tocó el rostro de su chico y le acarició el pómulo, estaba helado.

-Taek, Taek. -Susurró.

El otro abrió sus ojos, demostrándole que seguía ahí, esperando. Le sonrió y siguió acariciando ese precioso rostro que ahora se veía horroroso por la sangre secándose y el sufrimiento en esa mirada.

-Por favor N, tienes que ayudarme. Tu ocasionaste esto, tu...

-Yo no hice nada.

La carencia de vida en esa voz le dieron escalofríos. Se levanto y le apuntó con mayor decisión.

-N, mírame.

El rostro del moreno se fue desfigurando quedando en una sonrisa invertida y la pena que llenaron de líquido salado sus ojos que miraron a su amado Ravi, le hicieron sentir todo aquello que fue siendo ocultado por el odio.

Se miraron y ya no había nada. 

Una estela de rencor y compasión embargaban a los dos.

-Todo es culpa tuya, tu llevaste esto al límite. Te conozco perfectamente, lo planeaste por algún motivo, y aún sigo tratando de pensar cual era. Si querías hacer esta reunión para intercambiar con In Soo mi libertad a cambio de que se quedara con Taek en un intento estúpido por separarnos entonces, no entiendo por que matarlo. Estoy usando toda mi razón y poder de análisis para entenderte, tu lo querías hacer para que pudiéramos escapar juntos y vivir como lo hacíamos antes, pero yo no iba a querer, sabías que te odiaría por eso... así que... estoy confundido. ¿A donde querías llegar? ¿Qué final esperabas? estas...

-¿Loco?

Sentía la garganta como si un fierro hirviendo le estuviera quemando las cuerdas vocales.

-Sí, ahora si lo creo. -Lagrimas empaparon el rostro del pequeño.

-Harías bien en hacerlo, yo también lo creo. 

Leo dio un gemido que hicieron a ambos mirarlo, la sangre era más y no supieron si solo era suya o también de In Soo.

Ravi se agachó y volvió a abrazarlo olvidando que podría matarlos a ambos si se distraía, pero la piel de su novio estaba azul y parecía que ya no respiraba.

-¡Demonios! Ayúdame. Te lo ruego, hazlo y haré lo que quieras, pero no lo dejes morir. -Rogó Ravi.

N llevó una de sus manos a su cara y secó las pocas gotas que salieron de sus ojos.

-El plan sí fue matar a In Soo y solo vendría hasta acá a menos que le ofreciera algo realmente tentador, los estuvimos vigilando y supimos en todo momento donde estaban, yo quería acorralarlos y matarlos a todos... pero mi estúpido y tonto corazón que aun siente por ti lo que jamás murió, me detuvo. Ahora solo me queda esperar a que entren los hombre de In Soo y te vean con la pistola que mató a su jefe y hagan lo que yo no puedo hacer, por que me es imposible: matarte. Mientras, tu amado Taek Woon morirá desangrado. 

La frialdad con la que dijo todo eso le sorprendieron. No pensó siquiera que llegaría a dañarlo de esa manera.

- ¿Es en serio?

-Sí mi amado y viejo amigo. No encontré otra manera para poder olvidarte, no quería verte feliz a lado de nadie mas que no fuera yo. Solo matándote podré encontrar un poco de paz en esta martirio.

El ruido de las voces fue mayor, estaban cerca y Ravi lo sabía.

-Te amé como no tienes idea, cada día esperé a poder deshacerme de tus recuerdos marcados por el dolor de tu engaño pero solo hacías mas duradera la pena. No te fuiste, seguiste detrás de mi haciendo recordar esos sentimientos, y cuando creí que sería tu eterno esclavo, apareció él. -Ravi bajó la vista hacia su amado Leo. -Y me hizo volver a recordar eso que se le llama amor. No voy a permitir que tu me arrebates esa ilusión, no te permitiré hacerme miserable, por que he encontrado donde pertenezco y es a su lado, no te dejaré torturarme más con este falso amor que sigues profesando...

Ravi apretó el gatillo sin terminar de hablar.

El cuerpo de N cayó de espaldas haciendo un ruido seco. 


La puerta de la entrada se abrió de golpe dejando entrar a 3 jóvenes con aspecto de asesinos. Miraron la escena donde uno de los muertos era su propio jefe y a la vez, el cuerpo de su antiguo líder. Nadie más.


La mañana apareció como un presagio de buena fortuna.

Ambos salieron de esa casa, dejando atrás todo y desaparecieron con el sol ante un horizonte lleno de esperanza.


FIN

TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora