PARTE VEINTISIETE

661 96 8
                                    

Solo una vez lo había golpeado y fue cuando la relación de amistad con Ken se hizo más fuerte, aquel día N se puso celoso de que sonriera y jugara mucho con él. Ese vez le soltó 3 puñetazos, uno en la cara y dos en el estómago, esos últimos le sacaron por completo el aire de sus pulmones.

Y tanto era el amor que le tenía, que perdonó esa estúpida reacción hacia él por que por ese tiempo estaba cegado en todos los sentidos, pensó que lo había merecido por estar más al pendiente de su nuevo amigo que de su querido novio.

Pero esta ocasión fue diferente, estando en la calle, N le arrebato de la boca el cigarro que aventó al suelo y al mismo tiempo le dio una sonora y vergonzosa cachetada. Se llevó la mano a la mejilla y se atrevió a mirarlo con odio ante su tonta acción.

-Jamás vuelvas a tocarme.

Su fiera mirada saco de sí a N que no creía que el dócil Ravi estuviera revelándose.

-Parece que el muchacho ha cambiado. Regresemos a la casa.

Lo tomó del codo y comenzó a empujarlo hacia la avenida.

-¡Que me dejes!

El grito ronco de Ravi fue suficientemente fuerte para que N lo soltara y se hiciera a un lado.

-Maldición Ravi, ¿Qué demonios ocurre contigo?

-Estoy harto de ti y de mi por ser tan cobarde. Es una mierda como vivo como para seguir en lo mismo. Quiero alejarme de ti pero no puedo, quiero que te alejes de mi y tampoco lo haces. No quiero seguir estancado.

La garganta se le secó al ver que N se mantuvo callado, observándolo sin ninguna expresión en su cara, pero no espero lo que le dijo después.

-Hay formas extrañas para amar Ravi y esta es la mía.

El chico moreno acortó la distancia entre los dos y se acercó lo suficiente para tomarlo por la cara y besarlo.

Ese beso tomó por sorpresa a Woon Sik quien no supo que hacer. Sintió la pequeña lengua jugar entre sus labios haciendo que por instinto la suya se uniera al jugueteo.

Se besaron apasionadamente en medio de la calle.




-Perdón por la cachetada.

Entraron al cuarto de Ravi abrazados dándose besos.

-Te estás haciendo viejo, tu golpes no duelen.

N le quitó la playera con cuidado y le besó el hombro vendado.

- Eres un idiota.

Se apretaban uno contra el otro a la vez que mantenían sus caras pegadas.

Ravi desabotono la camisa de N para poder besarle el cuello provocando en el otro una sensación de calor en el vientre.

Se dejaron llevar poco a poco por las caricias y cayeron sobre el colchón murmurando palabras de un viejo amor.



N sabía de que manera controlarlo ya que la expresividad y las emociones del mas joven tenían un interruptor. Aprovecho la oportunidad y lo guió por las sendas del placer. Anhelaba volver a acostarse con él.

Ravi dejó que ese hombre al que odiaba se montará encima de él para chuparle algo más que los pezones. La cabeza la traía volando entre la sensación de la lengua de N y el pequeño rastro de cordura que comenzaba a traerle de vuelta esa voz de su conciencia.

Ambos se conocían muy bien como para no darse cuenta, se estaban utilizando y a ninguno le importó.

El mayor fue dando largos y profundos besos en el torso de Ravi quien solo lo veía, fue bajando lentamente hasta llegar a sus pantalones que desabotonó en un impulso rápido. Los bajo junto con su bóxer para ver el miembro de su ex amante, ya tenia bastante que no tenían relaciones, no desde que lo abandonó a su suerte durante unos meses que él se juntó con otro muchacho que conoció y que le gustó más que Ravi a quién deshecho de su vida, estaba arrepentido por eso, pero podría hacer que las cosas cambiaran.

Se metió la mitad del pene de Ravi en su pequeña boca, el otro solo suspiro de forma sonora, también deseaba acostarse con N porque a pesar del pasado, le seguía gustando mucho. Sus brazos y piernas largas junto con el color canela de su piel siempre le fascinaron, le encantaba la manera en que siempre se la chupó incluso mas que nadie que lo hubiera echo antes, adoraba los gemidos que soltaba en cada una de sus embestidas y se volvía loco al ver sus expresiones faciales. 

Aún lo amaba...

Estaba a punto de correrse cuando de su inconsciente surgió un rostro pálido con una preciosa sonrisa enmarcada por dos pómulos sonrojados después del beso en ése cuarto de hospital que dio inicio a una accidentada e inconclusa relación, también rondo por su cabeza el nombre de esa cara: Taek Woon.

Se levantó de golpe y tomo por los hombros a N quien seguía succionando y llenando de saliva su entrepierna, para detenerlo. Se sentó correctamente en la cama para tomarse la cara entre las manos y lograr tranquilizarse.

-¿Estás bien?

La oscuridad del cuarto parecía mas negra que antes, sus ojos ya no veían a N, solo pudo escuchar su pregunta perderse entre el sonido de su respiración entrecortada. 

-Deberías irte.

Sintió dos manos que lo abrazaron por detrás aferrándose a su cintura. N le beso la espalda con tranquilidad.

-Me quedaré para que terminemos lo que estamos haciendo.

Una de las manos que lo tenía sujeto se dirigió hasta su aun despierto pene al que encerró entre esos delgados dedos y siguió masturbandolo.

Ravi no hizo mas que concentrarse en esa sonrisa brillante de su memoria.

N acelero la presión de su mano y deseó que se volteara y lo tomara de una buena vez, necesitaba que lo penetrara. Trató de excitarlo dando pequeñas mordidas en su cuello, algo que siempre lo prendía, pero parecía que Ravi tenia la cabeza perdida en algún lugar que no era su casa, su habitación, su colchón o él. La erección que mantenía desapareció.

Dejó de tocarlo y se acostó molesto en la cama.

-En los viejos tiempos, ahorita ya estaría gritando de placer y no aquí deseando asesinarte por dejarme con ganas.

-Deberías irte. -Repitió.


TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora