PARTE TRECE

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En las noches nos sentimos más solos, más miserables, más muertos...

Taek Woon bajó de su auto cargando algunas bolsas con comida que compró en el mismo restaurante de anoche

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Taek Woon bajó de su auto cargando algunas bolsas con comida que compró en el mismo restaurante de anoche. Entró con apuro al hospital y pasó sin detenerse hasta el elevador.

Won Sik se peinaba el cabello lo mejor que podía, no tenía gel o cera para acomodarselo, al final le quedó un look bastante bueno. Salió al cuarto y sobre la cama estaba su celular sin vida, la batería se terminó y no contaba con ningún cargador. Esperó que al menos nadie lo hubiera extrañado.

Tocaron a la puerta y su pecho saltó del susto, se acercó a la entrada y vio como se abría.

La cara de Taek Woon era hermosa, los ojos brillaban a la escasa luz de la estancia y sonreía mostrando los dientes. Ravi se quedo quieto al ver lo seductor que era, su olor inundó la habitación y lo hizo sentir feliz, estúpidamente feliz.

Leo tenía el estómago revuelto y las piernas se le aflojaron cuando lo miró, se quedó quieto al ver lo atractivo que era.

Sólo se sonreían.

Ravi reaccionó primero.

—Llegas temprano ¿Nos quedamos aquí o vamos a la cafetería?

Taek entró un poco más al cuarto.

—Afuera hace frío y no quiero que además de tu cabeza, te enfermes de gripe por mi culpa.

Ravi asintió y pidió ayudarle con las bolsas, caminaron torpemente hasta la sala y dejaron toda la comida en la mesa.
Se sentaron uno frente al otro.

Se escuchó una risa nerviosa del más chico.

—Bueno entonces comamos, me pediste que no comiera mucho y ahora veo por qué —señaló el exceso de paquetes llenos de diferentes platillos.

—Se me fue de las manos el pedir algo en especial, no sabía que te gustaría así que pedí lo mas cercano a lo que pediste ayer y salio todo ésto.

Se sonrieron divertidos, Taek Woon seguía nervioso por lo que destapó una sopa y se la ofreció a Won Sik.

Ravi pensó en eso, no se conocían para nada. Un par de palabras intercambiadas, sonrisas y miradas no te daban plena seguridad de conocer al otro.

Tal vez comenzando por lo básico ayude.

—Soy Acuario, mido 1.83, peso 60 kg. y soy sangre tipo O —sirvió con desinterés un poco de arroz en su sopa.

Leo se tapó la boca y rió en silencio, le encantaba que fuera tan espontáneo, pero sabía perfectamente que era lo que hacía.

—Soy Escorpio, mido 1.85, peso 63 kg. y también soy sangre tipo O.

—Vaya —contestó Ravi —. Tenemos tanto en común.

Y rieron nuevamente.

Comieron callados unos momentos mientras acomodaban y abrían todos los paquetes, picaban y comían de todo. La mirada de cada uno de repente se encontraba con la del otro, haciéndolos sonrojar.

—Sé que con el tiempo recordaré éste día y me preguntaré porqué no te pregunté más cosas sobre ti —la voz de Ravi fue triste y Leo se dio cuenta.

—Puedes preguntar lo que quieras, lo sabes, no hay problema.

"¿Sería un buen momento?"

—Quisiera saber por qué eres tan amable, espero me entiendas, lo agradezco, pero al ser tu un chico con bastantes recursos, es raro para mi que quieras compartir cosas como estas con alguien como... yo.

Leo miraba el vaso que tenía lleno de refresco. Tal vez era demasiado apresurado comentar la verdadera razón que comenzó hace... 1 día, lo tomaría de loco, ¿Cómo enamorarse de alguien tan rápido? Won Sik saldría corriendo.

—Soy un hombre agradecido con las personas que me ayudan, pero tu eres diferente. Me ayudaste de una manera significativa. Estoy aquí frente a ti no sólo para darte las gracias por algo que podría llamarse un accidente, porque para mi se convirtió en algo más.

Taek estaba presionado y no sabía de que manera se lo tomaría, tal vez una forma rápida sería menos impactante.

Continuó hablando al ver que Won Sik no decía nada.

—Quiero que sepas que durante el tiempo que he vivido, no me encontré a nadie como tu. Haz quedado en mi mente de forma especial, me agrada mucho tu compañía, eres divertido y sacas de mi la sonrisa que nadie más ha podido. Conoces una parte de mi que nadie ha visto, ni mis padres.

Ravi se sintió incómodo, pero feliz. Sabía a qué se refería con lo de mostrarle un lado a alguien que nadie más conoce.

Identificarte con una persona es difícil, pero es placentero si esa misma persona entiende tus sentimientos.

—Yo, me siento igual. De donde vengo es imposible encontrarse a alguien como tu. Me has abierto los ojos a una nueva experiencia... me gustas Jung Taek Woon.

"¿Que otra daba si se lo decía o no? ¿Para qué quedarse con el sentimiento?"

Ravi bajó los ojos hacia su plato. Se sintió avergonzado pero liberado.

Se escuchó la risa de Leo.

—Creí que sería incómodo, pero me ganaste. Tu también me gustas Kim Won Sik.

El menor se relajó, sus palabras lo emocionaron, era un pequeño triunfo.

Se levantó para sentarse a su lado, Leo se quedó expectante a lo que hacía. Lo tomó de la mano y se la besó con ternura, después, le besó la mejilla.

A Taek le dieron escalofríos esas acciones, se sentía bien, cálido. Se miraron unos minutos a la vez que se sonreían. Apretaron sus manos y al final se abrazaron. Ambos sintieron felicidad, de esa que no se olvida fácilmente.

—Es rápido —susurro Leo —. Pero me encanta.

Ravi le tocó el rostro y acarició su mandíbula, se acercó para besarlo tan dulce y delicado. Sus labios juguetearon un rato antes de permitirse tocar sus lenguas. El frío de la habitación se volvió aire caliente. El beso era desesperante tal y como si fuera el último.

Sin despegar las bocas, Ravi habló.

—Es rápido, pero el sentimiento es intenso y eso es suficiente para dejar que fluya ésto. Podemos detenernos ahora y olvidarlo. Seguir nuestras vidas como si no nos hubiéramos conocido. Tu decide.

El mayor se separó del beso, lo miró. Siendo tan joven y pensando tan maduro. Eso lo atraía más a él.

—Olvida lo que piensas, estoy dispuesto a continuar. Me gustas mucho y no dejaré que nada se interponga.

La noche llegó dando paso a una fría brisa.

No fue suficiente advertencia.

No fue suficiente advertencia

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TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora