PARTE VEINTICINCO

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Se despertó en mitad de la madrugada, dormitó sólo media hora y eso gracias al alcohol.

Se sentó en la orilla de la cama y observó a Bin recostado a su lado, dormía boca arriba.

El cuarto le daba vueltas, seguía muy tomado. Mantuvo los ojos cerrados y trató de calmar los mareos.

"No es broma" se dijo. "Si me levanto me caeré".

Se rió él solo.

Abrió los ojos y miro otra vez a Hong Bin, sus bonitas facciones le habían hecho muy popular en la universidad y lo habían mantenido rodeado de una buena reputación, era también muy rico y famoso por su buen gusto para vestir. Leo se preguntó si a él lo verían como a alguien digno de ser admirado.

Se rascó la cabeza y se levantó despacio para ir al baño, necesitaba orinar.

Recordó lo que pasó esa tarde, a su cabeza llegaron las imágenes de Won Sik, se veía cansado y sucio. Su caminar era pesado y parecía que tenía una enorme resaca, pidió que al menos no consumiera drogas, solo alcohol. Sería difícil para él pensar en que en verdad fuera un drogadicto que tuviera esa dependencia tan fuerte por algún barbitúrico, jamás conoció a nadie que tuviera problemas como esos, a Hong Bin le encantaba tomar, bebía cada que podía pero sabia que controlaba ese gusto, de Won Sik no sabia que tanto dependía de consumir, "Espero que no sea nada más allá de una etapa en su vida" "Te ayudaré si es necesario". Pensó.

Salió del baño y se recostó con cuidado a un lado de su amigo para no despertarlo aunque sabia que era imposible ya que no daba señales de despertar al menos el día de hoy.

Cerró los ojos y esperó que el movimiento del mareo que sentía se detuviera en cualquier momento, la boca le sabia a cacahuates y al alcohol. Tragó saliva esperando poder relajarse.

Volvió a quedarse dormido.

***

Despertó con una resaca horrible y muchas ganas de vomitar. Se levantó de golpe de su cama para chocar con un Hong Bin que parecía que estaba desmayado sobre la alfombra de su cama. Le dio risa verlo en el suelo pero sus ganas de vomitar le impidieron seguir burlándose.

La noche había sido muy divertida y agradecía que podría confiar en su amigo al que debía ayudar a despertar, era obvio que no irían a clase pero hoy harían su sueño realidad al lograr reencontrarse con Won Sik.

Se lavó los dientes una vez que sacó de su estómago todo aquello que bebió y comió. Se repitió una y otra vez que sería la última vez que tomaría de esa manera.

Salió a la habitación y se agachó ante el cadáver de Bin que roncaba ligeramente, nada comparados con los ronquidos de Ravi que resonarían muy fuerte. Sonrió al recordarlo.

-¡Hey! Se que la noche estuvo genial pero debes largarte a tu casa.

Lo movió pero sólo se quejó.

-Por favor, no hables tan fuerte. Déjame dormir.

Se puso boca abajo para volver a dormirse.

-Demonios Hong Bin, despierta.

Se levantó y le dio ligeras patadas con las que reaccionó. Éste se paró y vio como sus ojos lo fulminaban con la mirada y que a duras penas se pudo sentar en la orilla de la cama.

-Estoy muerto. Si eres mi amigo dame los sedantes más fuertes que tengas, la cabeza me va a explotar.

Leo sólo se rió.

-Hoy es el gran día Hong, podré estar con él. Confío en ti para que todo salga bien. -Se sentó a su lado y lo abrazó por los hombros. -No sabes cuanto te lo agradezco.

A Hong Bin esa forma cariñosa de hablarle sólo le dieron escalofríos. Estaba claro que su relación estaba fortaleciéndose y no quería quedarle mal, haría su mejor esfuerzo.

-Esta bien querido Leo, prometo no fallarte.-Estiró los brazos por encima de su cabeza y bostezo al mismo tiempo. -Hoy lo verás.

Leo se levantó de la cama.

-No es por importunarte pero deberías ir a tu casa para bañarte y cambiarte, con ese aspecto que traes puede que crea que eres un borrachín que le miente.

Hong Bin se rió tapándose la boca con ambas manos para después oler su aliento.

-¿Cómo nos dejaste tomar tanto? Leo eres el mayor y deberías poner el ejemplo.

-Ya lárgate.

Su amigo levantó las manos en forma defensiva y se encaminó a la puerta.

-Ponte más feliz, hoy te reencontrarás con tu amorcito.

Leo estaba escogiendo ropa de su closet cuando escucho éso. Tomó la caja con uno de sus relojes y se lo aventó a un Hong Bin a mitad de la puerta que se pudo salvar del golpe gracias a que cerró en acto reflejo para dejar en total soledad a su enojon amigo.

Taek escuchó la risa del otro resonando en el pasillo.

Leo entró en la regadera con el sabor amargo del alcohol y la cabeza doliendole. Se quito la ropa con apuro y deseó que su estómago se estuviera quieto, no sabia si sentía náuseas por su exceso en la bebida o eran los nervios de saber que ese día en la noche, estaría de frente a Won Sik, su querido Won Sik.

Una carcajada que resonó en el baño le avergonzó. Se tapó la cara con ambas manos y se rió bajito de su forma de comportarse. Estaba realmente emocionado de reencontrarse con el. Se mantuvo debajo del chorro del agua relajadose y sintiendo como la vida le regresaba.

Pensó en el simple plan, Hong Bin iría hasta la casa de Won Sik y esperaría a verlo para hablar con él, le daría la dirección del departamento que le regalo su abuelo cuando cumplió 18 años y que les prestaría para que Leo pudiera esperarlo ahí.

-Solo unas horas más. -Se dijo. -Unas horas para estar juntos.

 -Unas horas para estar juntos

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TORTURADonde viven las historias. Descúbrelo ahora