SIRÈNE

Capítulo 14

Las pequeñas piedras bajo mi calzado crujen con cada paso y de repente me encuentro incómoda en medio de todo esto. Hemos salido muy rápido de casa con la idea de volver al sitio donde comenzó todo, pero papá se ha detenido fuera del pueblo costero, junto a una formación de rocas cercanas al mar. Lo miro en busca de algo lógico, pero sus ojos están clavados en mí, la brisa suena a nuestro alrededor, ocasionando una melodía dentro de la cueva que me eriza la piel. Apenas hemos ingresado unos cuantos pasos, pero la oscuridad me aterra.

— ¿Te acuerdas del lugar que te mencioné? —niego. 

Papá ha hablado de muchas cosas en el camino, pero mi mente ha estado muy lejos del presente en estas horas. Él me hace señas con sus manos para que lo siga aún más adentro y mi corazón comienza a latir rápido. En serio detesto la oscuridad, me recuerda a aquella noche.

 —Cuando nos casamos tu madre me trajo aquí —detengo mis pasos y lo observo con cuidado. 

¿Mamá estuvo aquí antes?

De repente la idea de una oscuridad aterradora se desvanece. Este sitio de alguna forma participó en la historia de mis padres, me preguntó que le habría dicho mamá a papá en aquel entonces. ¿Qué secretos podrían guardar estas paredes?

—En ese momento no lo entendí, pero creo que esto te pertenece —levanto mis cejas por el asombro. ¿Desde cuándo le pertenece a alguien una cueva de roca?

Él voltea para verme. La luz aún entra un poco y golpea sobre la zona izquierda de su rostro, siento que me esta preguntando por respuestas, pero no puedo dárselas, para mí estas paredes son solo rocas, no conozco su verdadero significado. Ni siquiera sé qué hacemos aquí.

Padre bota aire de sus pulmones en un claro acto de desilusión y aquello me hace sentir responsable. Debería al menos intentar descubrir que hay más allá. Incluso si no encontrase nada sé que aliviaría el corazón abrumado del hombre que me ha brindado su amor y apoyo durante todos estos años.

Tomo la linterna que hay en su mano y doy unos cuantos pasos. Por un segundo dudo en avanzar al notar que papá no lo hace, su cuerpo ha dejado de moverse junto a mí. Me anima con un gesto de su mano y luego se marcha. ¿Qué podría tener esta cueva para que él me dejara sola? ¿Qué le habría dicho mi madre?

Mis dedos tocan el interruptor de encendido y pronto un camino lleno de rocas diminutas se deja ver ante mis ojos. Esto no luce natural, todas las rocas parecen tener el mismo tamaño. Fue hecho por el hombre. 

Las paredes dejar notar uno cuantos grafitis por doquier, probablemente hechos por parejas en medio de la noche. Formas irregulares lucen también en las paredes, como pequeños relieves a lo largo del camino y en el suelo pedazos de cristales de botellas de cerveza. Mi boca deja salir una sonrisa irónica. No creo que esto me pertenezca solo a mí.

Volteo una vez para mirar hacia atrás, pero ya no hay rastro de lo que era la salida. ¿Debería seguir avanzando? La calma impetuosa dentro de las paredes frías de repente se vuelve algo perceptible y mi cuerpo se vuelve a sentir ansioso. No sé que tanto haya podido ver antes aquí mamá o lo que pudiese significar para ella y papá, pero sin duda forma parte del pasado, si hubo señales aquí, han sido llevada lejos con el tiempo. 

Pero pienso en papá y lo mal que lo ha estado pasando en silencio durante todos estos años. Ha seguido esperando por su retorno a pesar de que su camino esté nublado y no tenga la certeza de que ella lo haga. Me gustaría decirle que mamá no muestra señales de recordarlo, que no la siga esperando más, no obstante soy consciente de que es lo único que lo mantiene a flote, su recuerdo. ¿Qué tan doloroso podría ser perder a tu amor?

Avanzo unos cuantos minutos más hasta que las marcas en las paredes desaparecen y los vidrios también, entonces parece que llego al final del túnel, pues la cavidad que antes lucía cada vez más angosta se abre en un espacio amplio y alto. A unos 10 metros frente a mi existe una pared de casi seis metros de altura y tan ancha como una sala de estar. Ahora incluso el mínimo paso retumba dentro de todo el lugar.