Capítulo 15

806 60 4
                                    

—Elliot apareció flotando a la mañana siguiente a 3 km de nuestro punto inicial. Un chico lo trajo a la orilla. Estaba pálido y parecía que no podía respirar. Tenía morados en su cuerpo cuando lo vi tirado sobre la arena. Ni el chico ni yo sabíamos cómo proceder y lo mejor que pude hacer fue subirlo a la parte trasera del carro.

Escuchar aquello me hace replantearme la situación del ojiazul. Hasta ahora di por obvio que fuese un exterminador que buscaba matarme las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana antes de que aprendiera a contenerse un poco, pero ¿Qué tanto le había ocurrido a él esa noche? 

—Intenté llevarlo al hospital en la camioneta de mamá, pero cuando llegamos él ya no estaba detrás.  Su cuerpo había desaparecido —toma mis manos— Luego de ese incidente no pude olvidar y mi único consuelo fue hacerte sentir orgullosa donde quiera que estuvieses. Quería que supieras que la próxima vez que tuviese la oportunidad de ayudar no me quedaría cruzada de brazos. Y empecé con medicina en la universidad a la que tú querías ir, fue allí donde me topé de nuevo con Evan.

Asiento sin saber qué decir. Lamento que haya tenido que pasar por tanto remordimiento, pero me alegra que esté estudiando y que haya seguido con nuestra promesa de ingresar a la universidad a pesar de todo. Le sonrío al recordar aquello y noto que se relaja un poco. Ha estado muy tensa, tal vez le parezca extraño que haya estado demasiado tiempo callada.

— ¿Y tú? —la miro confusa—¿Qué fue lo que pasó contigo?

La pregunta me toma de sopetón y clavo mi mirada en el suelo. Juego con un puñado de arena tratando de formar algo creíble. No es como si pudiese decirle toda la verdad a ella. No es necesario que más gente se rompa la cabeza pensando en todo lo que sucede.

—No puedo recordar lo qué pasó antes —siento su mirada analítica sobre mí—, según los que me encontraron...mi cuerpo estaba flotando mar a dentro con un gran golpe en la cabeza —me apego lo más que puedo a algo creíble teniendo en cuenta lo que me ha contado sobre Elliot—. Estuve en estado de coma por un año —se sorprende y me siento culpable— Cuándo desperté lo primero que hice al recordar algo fue venir hasta aquí y tuve la suerte de encontrar a mi padre. Él me daba por muerta y se alegró mucho al verme —finjo estar contrariada— A diferencia de ti, para mí no se siente como un año.

—Me alegra que lo hayas encontrado. Tu padre pasó muchos meses encabezando brigadas de búsqueda y se negaba a dejar esta playa porque creía que ibas a regresar.

Eso no me toma desprevenida, es algo que he tenido en cuenta desde el inicio. Papá durante un año trabajó y buscó sin descanso por mí y justo cuando parecía tirar la toalla aparecí. Lo sé porque aún recuerdo las cajas de mudanza cuando regresé esa noche. Él se hubiera ido de todas formas sino me hubiese presentado.

—Lo sé. Al día siguiente nos mudamos a unas cuantas ciudades de aquí y empezamos allá de nuevo. Desde entonces todo ha ido mejorando, pronto podré ir a la universidad y tal vez nos veamos seguido.

Ivanna me sonríe y no puedo evitar devolverle el gesto. Ambas hemos pasado muchas cosas juntas este último año. No sé qué tanto podré seguir viéndola, pero agradezco haberla vuelto a ver, incluso si fuese por última vez.

Ella se levanta de la arena y me brinda una mano. Tiene una sonrisa en su rostro que extrañaba ver.

—Entonces arriba, enana. Tenemos que volver, nuestros machos deben de estar aburridos sin su razón de existir.

Ella da un manotazo a su cabellera larga para darle más intensidad al momento y sonrío. Sigue siendo ella, su esencia está ahí, pero de una forma diferente.

—Lo que tú digas, Avatar. Lo que tú digas —respondo fingiendo mala gana.

Estallamos en risas y nos encaminamos hacia las fogatas. Casi se siente como aquella noche.

SIRÈNEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora