Capítulo 28

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Cierro la puerta cuando él entra y enciendo la lamparita al lado de mi cama. Elliot toma asiento a mi lado, en el suelo.

—Elliot, ¿Sabes lo que pasó el sábado cuando me besaste?

—Sí, lo sé. Los tentáculos vinieron por ti, no debí besarte, pero eso ya no importa.

—Sí, sí importa. Cada vez que me beses los guías hacia nosotros —niego confundida al tener en cuenta algo —Aunque, no comprendo por qué no pasó nada en el portal.

—No éramos nosotros, no los de esa época, en cierta forma éramos intrusos, supongo.

Niego.

—Eso no tiene sentido. Por supuesto que soy yo. Elliot, cuando estuve allá abajo y encontré ese portal, sólo yo puedo entrar y tal vez verlo —guardo el pequeño secreto de que tal vez Erick pueda hacerlo— No solo eso, sino que entré dos veces —concluyo.

— ¿Y qué tiene eso de malo? No entiendo.

—La primera vez que entré, vi la noche de mi reclamo. Te vi a ti en el agua junto a mí y vi tu miedo. Esa cosa intentó atacarme aun cuando te tenía inconsciente. Era obvio que sabía que estaba ahí.

—Eras tú —balbucea y lo insto a seguir —Creí que había imaginado ver a una réplica exacta de ti al lado de un perro —sus ojos se abren— ¡Blue! ¿Cierto? —asiento.

Así que él también recuerda a mi perro, ahora sabe hasta su nombre y sé que eso es a causa de que comparte mis recuerdos.

—La segunda vez que entré vi lo que pasó ese sábado, pero desde otra perspectiva. Creo que la brecha se abre de acuerdo a las preguntas internas, yo deseaba saber quién era y eso de alguna forma influyó para que después pudiera volver. La cosa es que llegué a casa. Elliot, papá es el malo.

Mi revelación le cae como agua helada y niega sin poder creérselo.

—Pero es tu padre, él te quiere mucho, he visto el cariño que te tiene. Incluso me amenazó para que me alejara de ti. Créeme, nadie nunca me había amenazado, a mí, ¡Un Myers!

Ruedo los ojos. Preguntaré por aquello después.

—Él en serio te quiere —insiste.

—Eso lo sé. Pero él extraña a mamá también. Nos vendió —mis ojos escuecen y trago para evitar llorar.

— ¿Cómo está eso de que nos vendió?

—Yo no sé cómo lo consiguió, pero lo vi a través de la ventana. Él estaba hablando con los tentáculos, estaba dispuesto a entregarme a cambio de volver a tener a mamá —mi voz se rompe y me detengo en abrupto— Fue un poco antes de que nuestro beso alertara donde estábamos.

Elliot me abraza y me aferro a él.

—Elliot, yo se la quité. Mi nacimiento hizo que se separaran.

Las lágrimas ruedan de mi rostro.

—Pero para ella simplemente fui su salvación. Su manera de pasar la responsabilidad a otra sirena. Fuimos una salida egoísta para ella.

Elliot me abraza más fuerte y besa mi nariz. Sé que le gustaría besarme, pero él sabe que no debe hacerlo. Lo ha entendido.

—Yo creo que debemos esperar.

— ¿Esperar qué?

—El señor H me dijo algo como eso la noche que te llevaron.

Alzo mi cabeza y le suplico con la mirada que me diga.

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