SIRÈNE

Capítulo 16

Me levanto agitada en medio de la oscuridad y mis manos se aferran a mi cama. Algo en el sueño que he tenido me ha puesto nerviosa. Mi cabeza palpita demasiado, duele mucho.

Intento moverme pero siento una cola bajo mi cadera. ¿Por qué se siente tan extraño?

Trago en seco por un momento. Mi corazón late muy rápido y la cabeza parece quererme estallar. Esto no me había pasado antes, estoy segura que algo me ha pasado, pero ¿Por qué no puedo recordar lo que hice ayer?

Un sonido familiar de una cola abriéndose paso en el agua hasta mi habitación me distrae y por acto reflejo me tiendo de nuevo en la cama, fingiendo dormir. No sé qué me pasa ¿Por qué estoy nerviosa?

—Sirène, cariño, es hora de despertar. Hoy va a ser un día espectacular.

Escucho la voz de mamá  y me incorporo de un coletazo fingiendo una gran sonrisa en mi rostro, como siempre suelo hacer.

— Buenos días —la saludo apenas entra. Ella deposita una burbuja de LeQuarks en la habitación y todo se ilumina.

Me sonríe en respuesta.

— ¿Estas lista? —me pregunta contenta y la miro extrañada— Hoy te voy a llevar al trabajo, ¿lo recuerdas?

Asiento y luego sonrío. ¿Cuándo me dijo aquello? ¿Por qué no recuerdo nada? ¿Qué día es hoy?

—Nadando —me apremia y me dirijo a la zona de aseo.

Doy una última vista a mi reflejo después de crear una desviación de la luz solar con mi collar sobre el pedazo de diamante incrustado en la pared. Esto se siente familiar, pero no dejo de sentirme intranquila.

Suspiro y observo mi reflejo. Mi mirada delata mis emociones, estoy turbada, no comprendo lo que sucede. 

Un pequeño extracto de un recuerdo llega a mi memoria y me acuerdo de mis amigos. ¿Cuándo veré a Ondina, Coral y Will de nuevo?

Respiro profundo y me concentro en calmarme, no sé cuál habrá sido mi sueño, pero no logrará arruinar este día, para mi madre es importante. Doy una última mirada al collar extraño que poseo, tiene la forma del escudo real. No recuerdo desde cuando lo poseo. ¿De dónde lo saqué?

—¡Sirène! —vuelve a apremiarme desde la zona de estancia y bufo inquieta.

—Estoy lista, madre —anuncio mi llegada a la zona común y ella me sonríe.

—Te vez hermosa —asiento con una sonrisa y nado hasta su lado. 

Ella me recibe con un abrazo y un beso en la cabeza.

—No tienes porque estar nerviosa. Todo irá bien, preciosa.

Regala una sonrisa tranquilizadora y con su cabeza me hace una seña para que la siga. Mientras nadamos mamá revisa unos cuantos informes, y yo la observo. Hay algo que me inquieta en ella, pero no sé qué es. Pero debe ser solo cosa mía, hoy he despertado muy sensible.

Jugueteo nerviosa con mis dedos y me recuerdo que debo lucir tranquila cuando llegue al palacio. No quiero darle una mala impresión a su majestad, estoy segura que le habrán llegado comentarios sobre mi pequeño accidente de hace un año y necesito redimirme; por mi madre. No pienso dejar que mi error la haga avergonzar para siempre.

El guardia deja pasar a mamá con una sonrisa y yo copio su gesto, pero él no me la devuelve, en su lugar me mira extrañado, sus ojos viajan de mi cabello a mi nariz y viceversa. Aquello me preocupa aún más. ¿Sabrá lo que me pasó? ¿Me reconoce?