— ¿Estás segura de esto?
— ¿La verdad? No.
Ella lanza un lamento.
—Vamos, no te eches para atrás —le suplico —No puedo hacer esto sola.
— ¿Y qué tal que nos perdemos?
— ¿Olvidas que seguiría teniendo el collar?
Ella hace un chasquido con su lengua.
—Anda, di que sí. Sólo puedo hacer esto contigo.
— ¿Por qué no se lo pides a Elliot?
—Porque ese tonto no me dejaría.
Ella se ríe.
—No comprendo porque se tratan así. ¿No podrían decirse "Amor, cariño, tesoro, querida" como en la televisión?
Me encojo de hombros.
—No sé, así me gusta decirle. Él sabe que lo amo.
Ella da un gritito de alegría y se recuesta sobre la cama.
—¡Amo ver a personas tan enamoradas! —da un gran sonrisa y suspira.
La miro nerviosa. De alguna forma la televisión la ha influenciado. ¿Así de nervioso se habrá sentido mi padre mientras yo crecía?
—Okay, no esperaba eso. ¿Qué han estado viendo ustedes dos exactamente? —interrogo.
—Pues aunque el príncipe sea un grosero y se queje de mis elecciones, hemos estado viendo películas románticas. Elliot fue muy amable al conseguirme algunas, dijo que las había alquilado.
—Ay, este Elliot. De seguro sólo te hizo caso para hacer enrabietar al príncipe.
—Lo sé, eso lo hizo más emocionante. Sé que se llevan bien, pero son demasiado altivos para reconocerlo.
Me río a carcajadas.
—Tú sí que sabes darte cuenta, ¿eh?
Se sonroja y baja la mirada.
—Gracias.
—Ahora. No me cambies el tema... ¿Me vas a acompañar? —vuelvo a suplicar.
—De acuerdo —suspira de mala gana.
—Ánimo, no será tan malo —abro la puerta —Ahora sígueme sin hacer ruido. Los chicos están jugando abajo.
Ella asiente y me sigue.
— ¡Sí! ¡he anotado! —se lanza al sofá— ¿Quién es el rey? Ajá, yo lo soy. ¡Toma eso perdedor! —grita satisfecho. Nosotras nos escondemos detrás del sofá.
—Erick, yo no haría eso si fuera tú.
— ¿Oh, por qué, señor equipo perdedor?
—Porque no puedes dejar de jugar sólo para festejar. Recién has matado a uno, podrían...—se escucha una explosión de fondo—olvídalo, ya estás fuera.
— ¿¡Qué!? —grita él.
Ahogo la risa. Ni siquiera mi suerte de principiante fue tan rastrera.
—Vamos —le susurro a Ondina para que me siga.
— ¡Eres un tramposo! ¡Yo te gané! —se queja el futuro rey.
Agarro el brazo de Ondina y la jalo hacia abajo para que se agache. Podrían vernos.
—Oye, claro que no. Tú fuiste quien dejó los controles y se puso a festejar. Deberías estar más atento.
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SIRÈNE
خيال (فانتازيا)¿Cómo te sentirías si tu identidad vacila constantemente? ¿Si no tienes ni idea de lo que pasa a tu alrededor? Así es como se sentirá nuestra protagonista, constantemente perdida en medio de dos mundos, y como si no fuera poco, algo la persigue, alg...