Mil y una noches de lectura. ©

43. La arcilla también se rompe.

Eran los mejores amigos. Él era su escudo. Ella era su hombro sobre el que llorar. Estaban hechos de la misma arcilla. Parecían hasta hermanos. En las buenas y en las malas se apoyaban mutuamente.

Todo iba bien. Ellos seguían igual de felices que siempre. Pero algo cambió. Él hizo algo que iba a romper ese hermoso vinculo de amistad que había entre ellos.

Y es que lo peor que le puedes hacer a una chica, es tratarla como basura. Él cambió y ella lo vio. Él ya no era el mismo de antes. Su ropa había cambiado y sus modales también. Ahora era el típico chico maleducado e idiota de todos los institutos.

Ella no quería que alguien así fuera su amigo. Alguien que jugaba con los corazones de las chicas. Que hacía pellas para ir a fumar. Que pasaba de todo.

Él empezó a burlarse de ella. A decir que seguía igual de sosa que siempre. Que así jamás hará más amigos. Se enfadó. Era una chica delicada y tímida, pero de carácter fuerte y no iba a dejar que alguien como su ya ex amigo, la tratara así.

Ahí se acabo. El fin de la amistad más pura de todas. Ahora solo son simples conocidos. Los típicos que se saludan por los pasillos del instituto y apartan la mirada. Todo cambió.