Ella llegaba a casa todos los días de la escuela.
Lloraba.
Se encerraba en su cuarto.
Sufría en silencio.
Las marcas de sus muñecas mostraban su dolor.
Ella mentía a sus padres.
Les decía que eran arañazos.
Que se había caído.
Que lloraba porque se le había metido algo en los ojos.
Las burlas.
Las críticas.
Era demasiado para ella.
Todos los días oía el típico corrillo de: ''Fracasada'' ''Estúpida'' ''Bicho raro''.
Era como algo que la atormentaba día y noche.
Le quitaba el sueño.
Las ganas de respirar.
Todo.
Otro día más.
Más cortes en sus muñecas.
Más pañuelos usados en su cubo de basura.
Más mentiras.
Menos ganas de vivir.
Todo era en vano.
Inútil.
Cada día lo mismo.
Las bromas pesadas.
Las zancadillas.
Los insultos.
Mucho que aguantar para tan poca edad.
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Mil y una noches de lectura. ©
DiversosSi lo que quieres es una corta historia antes de irte a dormir, para leer en el autobús o simplemente porque te aburres, éste es tú libro ideal. ¿Te atreves a abrirlo?