Últimamente siempre soy la última.
La que saca la peor nota. La que los profes nunca sacan a la pizarra. La que los vecinos nunca la saludan. La que sus amigas nunca la invitan a quedar. La que siempre tiene que decir algo para que sepan que sigue ahí. Escuchando y observando.
Dicen que a veces no viene mal estar solo. Pero es horrible estar siempre solo. Estoy acompañada, sí. Pero sola a la vez. ¿De qué sirve estar rodeada de mil personas si para ellos eres un cero a la izquierda? De nada. De eso sirve.
Es muy enfermizo sentir esa sensación de vacío. De ser necesitada. De que alguien te pregunte si estas bien. Por qué no fuiste a clases. Y ahí es donde empiezo a pensar. A reflexionar. Y eso me lleva a la pregunta que muchos se hacen. ''Si me muero hoy, ¿quien se dará cuenta mañana?'' Solo escuchar esa pregunta hace que entre en pánico. Porque todos queremos ser recordados. Queremos que se note nuestra ausencia. Pero, ¿y la mía?¿Quién la notaría?¿Quién lloraría por mí?¿Quién iría a verme a la tumba todos los días? Lo peor es que se la respuesta: nadie.
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Mil y una noches de lectura. ©
RandomSi lo que quieres es una corta historia antes de irte a dormir, para leer en el autobús o simplemente porque te aburres, éste es tú libro ideal. ¿Te atreves a abrirlo?