Eran los mejores amigos. Desde pequeños, siempre habían estado juntos. Él siempre la protegía y ella siempre era su apoyo más fiel. Uña y carne. Prácticamente hermanos. Se cubrían las espaldas y se consolaban siempre.
Ella siempre tenía una sonrisa preparada para él. Él a cambio siempre la recibía con un abrazo. Pero el tiempo pasó. Y ya no tenían los mismos sentimientos de antes. Cada vez que ella salía con un chico, él se moría por dentro. Como una flor se seca en el desierto. Cada vez que alguna chica tonteaba con él, el corazón de ella daba tal vuelco que hasta dolía.
Un día, ya no podían aguantar esa llama que llevaban dentro y que cada día les quemaba más. Se confesaron su amor mutuo. Se besaron solo por unos segundos. Pero fueron los mejores segundos de su vida.
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Mil y una noches de lectura. ©
AléatoireSi lo que quieres es una corta historia antes de irte a dormir, para leer en el autobús o simplemente porque te aburres, éste es tú libro ideal. ¿Te atreves a abrirlo?