Todo empezó en segundo de la ESO. Esperaba que me tocara con alguna de mis amigas, pero por desgracia no me tocó con ninguna. Estaba super deprimida. ¿Qué iba a hacer? Para colmo era tímida.
Una amiga mía me dijo que su prima estaba en mi clase y que le podría hablar porque ella tampoco conoce a nadie y es igual de tímida.
El primer día vi a la prima de amiga. Era casi igual de alta que yo, con pelo rubio oscuro y los ojos más azules que había visto jamás. Le tenía una envidia extrema. Siempre había querido tener ojos azules.
Empezamos a hablar. Hablaba con ella más bien para no quedarme sola, y ella creo que también. Pero poco a poco empezamos a hablar con más frecuencia. Por WhatsApp, por Twitter, empezamos a quedar...
Tan solo habían pasado dos meses y ya la consideraba mi mejor amiga. Ella sabía escucharme. Me comprendía. Me apoyaba en todo. Jamás pensé que alguien pudiera ser tan imprescindible para mí.
Pasó el tiempo. Y con cada día que pasaba cada vez quería más a esta tonta que era mi amiga. Acabó convirtiéndose en la hermana que nunca tuve. En esa persona a la que sé que podría llamarla a las tres de la madrugada y vendría corriendo a consolarme.
Ella dejó de ser mi amiga, para convertirse en mi hermana.
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Mil y una noches de lectura. ©
De TodoSi lo que quieres es una corta historia antes de irte a dormir, para leer en el autobús o simplemente porque te aburres, éste es tú libro ideal. ¿Te atreves a abrirlo?