48. Internet no es tan malo.

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Un día cualquiera. Una red social cualquiera. Yo, una chica normal y corriente que solo buscaba hacer amigos y divertirse.

Un chico aparentemente alto, de ojos verdes, pelo rizado y rubio me envió una petición de amistad. La acepté.

Empezamos a charlar. Vivía en otra ciudad. Pero estaba cerca de la mía. Como a dos horas en coche más o menos. Era muy divertido. Siempre que me hablaba me reía muchísimo. Llegué a contarle cosas que jamás le había dicho a nadie.

Siempre que llegaba a casa estaba deseando hablar con él. No lo sé, era raro. Era como si cada minuto que pasara sin hablarle fuera un minuto perdido. ¿Acaso estaba enamorada?

Pasaron casi tres meses. Me desperté por la mañana y miré el WhatsApp. El corazón me dio no uno, sino mil vuelcos. Tenía un mensaje suyo. El más hermoso que jamás había leído en mi vida.

''Buenos días reina. Espero que hayas dormido bien y que cuando leas esto ojalá te saque una sonrisa, por que ¿sabes que? Amo tu sonrisa. Esa sonrisa hace que mi día mejore. Hace que me olvide de todos mis problemas. Que nunca se te olvide que te quiero mucho fea :')''

El corazón me latía muchísimo. Creo que iba como a mil pulsaciones por minuto. ¿Por qué me pasaba esto? Ya me había dicho cosas así antes. Pero ahora era diferente. Algo en mí había cambiado. Mis sentimientos.

Decidí aceptarlo. Porque ya no pude ocultarlo más. Amaba a este chico. A este misterioso muchacho que me mando esa solicitud de amistad hace tres meses. Los mejores tres meses de mi vida.

Después de dos semanas de relajarme y ordenar mis sentimientos, algo casi imposible, decidí lanzarme y decírselo. Decirle que le amo. Que jamás había encontrado a alguien como él. Que solo pienso en él.

Vio el mensaje, pero no contesto. ¿Acaso no siente lo mismo que yo?

''Ábreme la puerta que hace frío aquí afuera.'' Me dijo de repente por WhatsApp. ¿Que cojones? Fue lo primero que me vino a la cabeza. ¿Estaba de coña? Solo por seguirle la corriente abrí la puerta.

¡Estaba ahí, delante de mí! Apenas me dio tiempo a reaccionar. Agarró mi cabeza con sus hermosas manos y puso sus labios sobre los míos. El mejor beso de mi vida. Fue algo intenso. Pasional. Emocionante. En fin, es difícil de explicar.

-Llevaba esperando esto demasiado. -Me dijo al separar sus labios de los míos.

Pero yo quería más. Necesitaba más. Le agarré por el cuello de la camisa y lo atraje hacía mí. Le devolví el beso que previamente él me había dado.

Y puedo decir que no me arrepiento de nada. Porque ahora por fin siento que mi vida ha cobrado sentido.

Mil y una noches de lectura. ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora