Hoy es nuestro último día en New York, ayer le pedí a Dinah si podíamos hacer una cena entre nosotras, y también le pregunté si podía invitar a Camila.
Necesitaba respuestas antes de irme. Si era necesario que me rompa el corazón para cerrar este capítulo, estaba dispuesta a aceptarlo.
Esta mañana después del desayuno nos dirigimos hacia la cancha donde se entrenaba, después de ver a esa rubia con Camila, no podía sacarle los ojos de encima, tenía que ver cada movimiento que hacía para poder ver que tipo de persona esta al lado del amor de mi vida.
Ella sin dudas es una tipa buena, su sonrisa era demasiado tierna y tenía muchas pecas que la hacían aún más tierna. Es bastante amable y lee bastante bien el juego. Puedo decir que estoy bastante enojada y celosa por eso.
Pero mi punto acá es, ¿Qué tiene esta chica que yo no tenga? Obvio, ella está cerca de Camila y yo no. Ella puede abrazarla por las noches y yo no, ella puede ofrecerle miradas de cariño cuando está triste y también puede hacerle regalos cuando se le cante. Yo no.
Camino al vestuario, después del entrenamiento, Steph se acerca a mi corriendo.
-Has visto a Sam? No la encuentro por ningún lado.
-Sí, se volvió al hotel. Esta mañana no se sentía muy bien y media hora después que empezaramos con los trotes le dijo al entrenador que se iba a ir ya que no tenía fuerzas para moverse. - Explique luego de tomar un poco de agua. Ella hizo una mueca.
-No lo sabía. Ojala esté mejor... Qué tal el ultimo entrenamiento? Yo estoy como si hubiera corrido durante diez horas con pesas en mis hombros. - Hizo cara como si estuviera llorando y yo reí.
-Estuvo bastante bueno, el entrenador nos hizo practicar lo aprendido en un pequeño partido entre nosotras.
-Y qué onda la novia de la perra?
-La perra vendría a ser Camila? - Reí.
-Sí, esa misma perra.
-Es agradable, le dicen JJ. Esta noche quizás nos encontremos con Camila. Necesito respuestas y sólo ella me las puede dar.
-Tené cuidado, cabeza de balón, no quiero que salgas lastimada. Todavía seguís siendo nuestra bebé.
Ally me pasó a buscar en su coche para ir a la cena en la casa de Dinah. Yo llevaba puesto un jean blanco roto en las piernas, bastante ajustado y tiro alto. Una remera gris que dejaba ver un poco mi abdomen y una chaqueta gris. Y unos zapatos negros viejos que había encontrado en mi valija. Me había maquillado a penas y mi largo cabello negro estaba con ondas. Así le gustaba a Camila, lo recuerdo bien.
Estoy bastante nerviosa para ser sincera, el camino a la casa de mi amiga resultó ser más largo de lo que pensaba y no hablaba demasiado con Ally, sólo respondía con "sí" y "no". Jugaba con mis dedos como acotumbre a hacer cada vez que me ponía nerviosa.
Ally estacionó el auto y la polinesia nos recibió en la puerta con una gran sonrisa. Al entrar pude notar en seguida un aroma agradable de algo muy rico que se estaba cocinando. Pero también pude notar a Camila sentada en el sillón de la casa, mirando muy atentamente un video musical de Ed Sheeran.
Ahí estaba, el amor de mi vida, no está haciendo nada pero se ve hermosa, tiene una falda negra y una camisa blanca en la cual se ve perfecta. Su cabello recogido en una cola de caballo alta. Y su perfume es el mismo de siempre.
Me quede parada en la puerta sin poder mover un pelo. Ella por fuera seguía hermosa, con los rasgos más definidos y se veía un poco más madura. Pero seguía siendo, por fuera, la misma chica de la que me había enamorado hace unos años atrás. Pero no, por dentro, ya no lo era.
