Horas más tarde, en mi departamento, ya estaba vestida: mis típicos jeans negros cortados en las rodillas y un top blanco. Mi celular sonó, era Camila.
Camila: Cenamos juntas esta noche?
Lauren: No. Esta noche tengo fiesta con el equipo.
Camila: Oh. Estás segura? Que tengas linda noche amor.
No le contesté. Me miré frente al espejo, me puse perfume y esperé a que Steph, Sam y Patt estén listos para ir juntos en el auto de Stephanie.
Llegamos a eso de las diez de la noche, la fiesta se realizaría en el tercer piso del club, donde estaban las oficinas y también un SUM enorme (Salón de Usos Múltiples), decorado con luces de neón violetas, como nuestra indumentaria como equipo, barras para pedir alcohol, un DJ, mesa dulce y telas blancas para darle el toque.
Pasaban muchachos de esmoquin sirviendo en bandejas bebidas como también snaks. Realmente era una fiesta. Ya todos estaban ahí: cuerpo técnico, jugadoras, equipo de kinesiologos y también nuestra propia prensa.
Lo primero que hice fue agarrar una copa de champan y me la tomé de un solo trago.
"Wow, cabeza de balón. Tomatelo con calma." Me dijo Steph sonriendo. Estaba muy linda vestida, llevaba puesto un vestido ajustado al cuerpo color vino.
"Será una gran noche, lo presiento." Le dije sin más.
Compartimos algunas charlas con el grupo, nada referido al juego ni al torneo, pero sí sobre nuestras vidas personales, nuestros gustos en diferentes cosas... Para eso estaba la fiesta, para tratar de unir al grupo, conocernos.
Los tragos pasaban en mi mano y rápidamente se terminaban. La música estaba increíble pero después de bailar un poco con mis compañeras decidí sentarme en un sillón individual color blanco, podía decir por la forma en cómo las palabras salían muy torpemente de mi boca que estaba borracha. Me quedé ahí sola por unos minutos, disfrutando la música y mirando todo a mi alrededor, todos parecían estar pasando un buen momento.
Maddie se sentó al lado mío, con una copa de vino blanco en su mano derecha, me sonrió.
"Además de ser increíblemente buena jugando, también eres buena bailando ¿Quién lo diría?" Dijo riendo, con las mejillas rosadas.
"Hey, no me mientas. Sólo es cuestión de saber mover las caderas." Hice una cara graciosa, porque obviamente estaba hablando cosas sin sentido. "Cuando era pequeña mi madre me mandó a clases de baile hasta que me decidí por el deporte."
"Wow, el pasado oscuro de Lauren Jauregui."
Levanté los hombros y sonreí.
"Bueno, creo que necesito tomar aire. He tomado tantas copas que me está haciendo efecto." Le dije a la colorada y me levanté con dificultad.
"Te acompaño." Me tomó del brazo y nos dirigimos hacia la primera puerta que nos llevaba hacia el pequeño balcon.
Tomé la barandilla con ambas manos y miré el cielo, que estaba bastante estrellado. A mi lado, Maddie sacaba un cigarrillo de un pequeño paquete y se lo colocaba en los labios. La miré fijo, estaba realmente muy linda: un jean negro ajustado a las piernas, una camisa a cuadros azul y encima de ésta una campera de cuero. El cabello lo tenía hacia un costado y la luz de aquel balcón mostraba las pecas que tenía en las mejillas. Se había maquillado muy timidamidamente, un poco de rimmel en las pestañas y gloss en los labios.
"¿Qué tengo?" Notó que la estaba mirando y sus mejillas se pusieron rojas de la vergüenza.
"Nada, sólo te estaba viendo. Estás linda." Admití. Maldita sinceridad del borracho.