Capitulo 36

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Amanecí en la cama de Camila, un rayo de sol entró de la ventana directamente a mis ojos. La morena seguía durmiendo abrazada a mí, con la boca ligeramente abierta y el cabello despeinado. Podría mirarla horas y seguir pensando que es la persona más tierna de este planeta.

Anoche decidimos que era buen momento para estar solo nosotras dos, en la cama, buenas películas y mucha comida... obviamente.

"Buenos días hermosa." Le daba pequeños besos en la punta de la nariz. "vamos, no vas a dejar que tu novia espere a que el oso dentro de ti se despierte. Necesito comer."

"Acaso me dijiste oso?" Dijo al fin, con la voz rasposa incorporándose en la cama.

"Bingo, logré que te despiertes. Buen día Camz." Le di un beso en los labios y luego me dirigí hacia el baño. "te espero en la ducha."

Escuché un pequeño gruñido, pero rápidamente la tenía a mi lado quitándose la ropa.

Una vez que nos duchamos, preparamos el desayuno para ambas y nos pusimos a comer en aquel viejo sofá.

"Estaba pensando en traer a Taylor unos días aquí conmigo... ya sabes, para pasar tiempo con ella." Le dije mientras masticaba un poco de mi cereal.

"Ay amor, me parece buena idea. Extraño a ese pequeño ser. Podríamos llevarla a muchos lugares y mostrarle la variedad de sushi que hay en esta isla."

"Por qué jamás hiciste eso conmigo? Sabes que amo el sushi."

"Ella es mi Jauregui favorita. ¿Qué puedo decir?" Ambas reímos y seguimos comiendo. Ella su tostada con queso encima y yo mi cereal con leche.

"Nos vemos hoy a las 8 en el restaurante de siempre para cenar con las chicas?" me preguntó la latina.

"Claro, me haría bien ir a bailar y pasar un buen rato" dije dándole un beso en los labios.

Más tarde mi día siguió bastante normal. Fui a mis terapias, cada día estaba más impaciente por empezar a hacer más actividad física, pero sabía que debía esperar para que el resultado sea el que yo quiero. Estaba viendo todo para que Taylor viniera unas cuantas semanas conmigo para que podamos estar juntas antes de que empiece con mis verdaderos entrenamientos. Así que le escribí un mensaje.

Lauren: ¡Hey! Pequeña idiota... ¿Estás ahí?

Tay: ¡Vaya! Pero si es la idiota mayor. ¿A qué debo el placer de tu mensaje?

Lauren: A que tengo una idea para que pasemos un poco de tiempo juntas.

Tay: ¡Cuenta!

Lauren: ¿Te parece si vienes unas semanas a quedar conmigo?

Tay: ¡WOW! ¿En serio? ¡Claro! Me encantaría.

Lauren: Que bueno porque Camila quiere verte.

Tay: Es obvio, soy su Jauregui favorita después de todo.

Lauren: Cállate. Te mandaré todos los detalles de tu vuelo cuando termine de verlos. Hablamos luego. Te amo idiota.

Luego fui a un centro comercial, quería ir a comprar unos discos, unas chaquetas y pasé a comprar unas cosas para llenar el refrigerador y la despensa de mi casa.

Después de comprar todo lo que necesitaba, me fui a casa, me dolía un poco la cabeza y me sentía cansada. Cuando llegué, acomodé todo en su lugar, me tomé unas pastillas para el dolor de cabeza y caí rendida en mi cama.

No sé durante cuánto tiempo estuve durmiendo, pero me desperté por el insistente sonido de mi celular. Abrí mis ojos y estaba oscuro, tomé mi celular de la mesita de noche y vi que tenía 22 llamadas perdidas. 7 de Camila, 3 de Ally, 5 de Dinah, 3 de Steph y 3 de Sam. Tenía muchos mensajes de todas ellas y la mayoría eran el grupo que teníamos todas. Justo en ese momento me entró una llamada de Dinah.

MCDH: Cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora