Eran las doce del medio día del viernes, la departamento de Lauren estaba totalmente tranquila ya que las dos amantes estaban durmiendo, acurrucadas.
Todo muy tranquilo, hasta que Stephanie y Samantha entraron al departamento, viendo que no había ningún ser despierto en el lugar, prendieron la televisión y pusieron fuerte un canal de música, como solían hacer cada vez que Lauren se olvidaba de los viernes familiares que tenían y se quedaba dormida.
Fueron hacia el pasillo donde estaba la habitación de la ojiverde y vieron la puerta cerrada, al asomarse vieron a una muy dormida Lauren, abrazando el cuerpo de una joven morena, no pudieron ver la cara ya que esta estaba entre el pecho de la ojiverde y las sabanas. Las amigas se miraron con los ojos bien abiertos.
-Mierda, Lauren está con compañía, deberíamos irnos o... - Miró preocupada Steph a Sammy.
-O deberíamos hacer pasar vergüenza a Lauren. - Sammy sonrió a la más pequeña.
POV Lauren:
El sonido de la música se escuchaba muy de lejos... Música. A la mañana. Camila seguía a mi lado.
MIERDA, VIERNES. VIERNES DE ALMUERZO FAMILIAR CON STEPH Y SAMMY.
CAMILA ESTÁ ACÁ. LO OLVIDE POR COMPLETO.
Miré a Camila que tenía los ojos cerrados fuertemente.
-Lauren qué caraj- Fue interrumpida por mis amigas entrando por la puerta.
Ambas llevaban delantales de cocina, Steph tenía en su mano izquierda un guante de cocina y Sammy tenía una olla.
-BUENOS DÍAS LAURENZO ES HORA DE DESPERTAR, BUENOS DIAS QUIEN QUIERA QUE SEAS TAMBIEN ES HORA DE DESPERTAR. - Gritaron ambas.
-Mierda pueden marcharse? - Dije molesta sentándome en la cama.
-Como pudiste olvidarlo? Podrías por lo menos haber avisado. - Sammy me miró con ojos tristes.
-Lo olvide, sí? Pueden dejarme despertar como una persona normal?
Ellas no escucharon y se sentaron en el borde de mi cama, ansiosas por ver quién era la chica a mi lado. Se quedaron bastante sorprendidas cuando vieron quién era realmente.
Steph me miró extrañada y ambas se largaron a la cocina sin decir más.
Después de unos minutos, cuando ya estábamos vestidas y aseadas, con Camila fuimos hacia la cocina, ella no había dicho ni una sola palabra. Supongo que ella sigue con ese humor de mierda en las mañanas cuando no se despierta como es debido. Las chicas ya tenían la comida hecha. Pasta.
-Bueno, lo sentimos Lo. No sabíamos que vos... ella... ya sabes. No avisaste. - Se disculpó la más pequeña con nosotras dos.
-Sí, eso. No lo sabíamos. Pero queremos hacer las pases, por eso hicimos una pasta buenísima. Soy Sammy. - Se acercó la rubia hacia Camila y le tendió la mano. Camila la miró timida y tomó su mano.
-Soy Camila. - Sonrió.
-Soy Steph pero creo que ya nos conocemos. - Dijo mi amiga y sonrió.
-Ah sí, la pequeña rata novia de Lauren. - Contestó Camila, divertida.
-Ey, como sabes mi sobrenombre?
Nos sentamos a comer en paz, con música de fondo. Mis amigas siendo amigables con Camila. Por fin un poco de paz en mis días.
-Sabes Camila. - Dijo Sammy después de tragar lo que estaba comiendo. - Al principio nos caías como la mierda, le hiciste daño a Lauren.
-O Lauren te hizo daño. No importa. - Cortó Steph.
-Pero hablando es como se entiende la gente, y sos buena onda. Está bien enamorarde de ella Lo. - Yo las mire con los ojos bien abiertos. Señal para que dejen de hablar. - Oh, te estamos avergonzando Laurenzo.
Camila rió y acarició mi mejilla.
-No hay de que preocuparse, nos hicimos mal, pero estamos tratando de recuperarnos. - Dijo Camila antes de tomar un poco de pasta.
-Necesitamos que recuperes del todo a Lauren, hablando en serio... Ella estos últimos meses estuvo... bastante perdida. Ya sabes, ataques de ansiedad y pastillas para dormir. Ella hace tiempo ya no era la Laurenzo que conocimos hace unos años. - Dijo Steph, mirando a los ojos a Camila, quien me miró extrañada rápidamente, luego de escuchar a mi amiga.
Yo no había contado esto a Camila, lo había pasado por alto. Y no quería que se entere, pero al ver la preocupación de mis amigas no pude enojarme con ellas.
El almuerzo había pasado, de vuelta Camila y yo solas, sentadas en el sillón mirando un documental de perros bebés, con su cabeza en mis piernas y mi brazo en el respaldo del sillón.
Ella se sentó y me miró.
-No sabía que la habías pasado así Lo. Te sentís mejor? - Preguntó preocupada.
-La pasé mal, pero teniéndote a mi lado todo está bien.
-Por qué las pastillas?
-De noche no podía pegar un ojo, dormía y me despertaba asustada, viendo si mi sueño de tenerte dormida a mi lado era real. Mucho tiempo estuve así, hasta que decidí que esos sueños me hacían mal y mientras menos dormía mejor iba a ser. Cuando no te veía ahí, mis ataques de pánico venían a mi y me quedaba sin respiración.
Ella al escucharme me abrazó y me dio un suave beso en mi pómulo izquierdo.
-Todo eso no volverá a pasar. No voy a dejar que nada malo te pase, porque te amo Lauren. - Susurró.