Aquella noche le hice caso, me fui de ahí con el corazón partido pero con la culpa a flor de piel. Le dí espacio, le di tiempo, quizás no demasiado, solo siete días que para mi parecían años.
Hace semanas que Camila desapareció completamente, no contesta mis mensajes ni mis llamadas, luego de mis entrenamientos visité su trabajo pero su compañero me dijo que simplemente pidió unos días libres porque no se sentía bien, Dinah no quería decirme cómo estaba, o dónde estaba ya que en su casa parece que tampoco está.
Esta tarde, tenía la tarde libre de entrenamiento. Hace tres horas que estoy sentada fuera del apartamento de la latina, tocando timbre sin conseguir respuesta. Estoy sentada con la cabeza apoyada en la fría pared, hasta que alguien se para frente mío.
"Oh, hola Lauren." Jess me mira un poco preocupada. "¿Estás esperando a Camila?"
"Sí." Digo a medias, parandome para quedar a su altura.
"¿Sabes? No se supone que te lo diga, pero te veo aquí cada maldito día. Ella se ha ido por unos días a Miami. Lo siento." Me regaló una sonrisa con los labios fruncidos.
"¿A Miami?" Dije sorprendida y ella asintió con la cabeza.
"Sí, ella está con un lío en la cabeza. No soy quién para decir nada sobre su relación pero lo que le hiciste le hizo mal. Me agradas Lauren y sé que yo no te agrado a ti, no quiero ofenderte al decir todas estas cosas pero Camila es mi amiga."
"No, está bien Jess, está bien. Te agradezco, fuiste más ayuda que Dinah..."
Ella me miró con preocupación en su rostro y abrió su apartamento. Yo tomé mi auto y me fui al gimnasio, tenía mi día libre, sí. Pero necesitaba descargar todo esto que estaba sintiendo dentro.
Horas más tarde Stephie y Sam estaban en mi casa, las tres tomando un café que la más alta hizo.
"¿No estarás pensando en volar hasta Miami, verdad?..." Dijo la rubia mirandome con el ceño fruncido.
"¿Qué quieres que haga? La estoy perdiendo, Sam. Todo por una estupidez."
"Yo creo que lo mejor es que esperes aquí, si ella se fue es para estar sola y pensar." Dijo la rubia pero Steph la miró mal y volvió su mirada a la mía.
"Escucha, cabeza de balón. Levanta tu culo y ve a buscar a la muchacha, no importa si está aquí, en Miami o en Rusia. La amas y la cagaste, debes hacer que te quiera de nuevo, que te mire con los mismos ojos. Vamos, te ayudo a hacer la valija y te vas inmediatamente en el primer vuelo que encuentres. " La más petiza se levantó de la silla, yo imitandola.
Estaba desesperada y claro, la gente desesperada toma medidas desesperadas. Estaba perdiendo al amor de mi vida, no voy a dejar que esto suceda... de nuevo.
Tome ropa sin mirar y puse todo en una pequeña valija, me dirigí hacia al aeropuerto para esperar dos horas y volar hasta Miami.
Llegué a eso de las tres de la mañana y tomé un taxi hasta la casa de mis padres.
Abrió mi papá, con una bata y pantuflas, tenía cara de dormido.
"¿Lauren?" Se sorprendió al verme. "Lauren hija¿Qué haces aquí? Pasa"
"Hola papá." Lo abracé y por un momento me sentí bien. Él parece que se dió que cuenta que algo andaba mal, entonces me abrazó con ambos brazos.
"¿Qué sucedio, Lolo?"
"Es Camila papá, la estoy perdiendo. Hice una idiotez y ahora estoy pagando." Comencé a llorar, hasta que escuché que alguien bajaba las escaleras.