Capitulo 14

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Jueves a la noche, ya casi madrugada. Camila y yo nos acostamos a mirar películas y al terminar, nos pusimos a charlar. Eran agradables nuestras charlas si soy sincera. Ella de a poco empezó a mostrar el lado dulce que tenía guardado y ya no estaba tan molesta conmigo.

Con su cabeza en mi pecho, sus brazos rodeando mi cintura y su mano acariciando mi estómago, el plumón de mi cama por encima de nuestras piernas, que estaban entrelazadas, una mano mía en su hombro y la otra detrás de mi cabeza. Era la posición perfecta.

-Cuando papá se fue de casa todo fue oscuro para mi, ver a Sofi no entender la situación de casa, primero ver que tu hermana mayor se va y después ver a tu padre irse, no verlo durante la cena y que tu mamá empiece a tener una depresión por unos meses, es demasiado para una niña como ella. Yo no podía escucharla llorar por las noches por teléfono, escuchar que me cuente como le dolía escuchar a mi mamá llorar a través de las paredes de las habitaciones... Después la economía de nosotros empezó a bajar a bajar y a bajar... Mi padre solamente se limita a pagar nada mas que la renta de la casa, luz, gas, esas cosas, nada más... No fue bueno, estuve mal mucho tiempo hasta que decidí que debía hacer algo por mi familia. Empecé a trabajar medio tiempo en la librería, hasta que me di cuenta que mi cuerpo no daba para ambas cosas, estaba cansada en las clases y también en el trabajo, estaba fallando los exámenes de todas las materias, mi cabeza era un lío, las chicas quisieron ayudarme como pudieron, yo no quería pero en secreto Ally organizó algo así como una feria de cosas dulces cocinadas por ella, después Normani bailó fuera de un par de edificios importantes en New York para ver si conseguía algo de propina y Dinah vendió un par de vestidos, gigantografías de Beyonce que tenía guardadas en su casa, para conseguir un poco de dinero. Al ver todo eso mi corazón se partió y estoy eternamente agradecidas con ellas por hacer eso... - La voz de Camila se rompió un poco y mi corazón empezó a hacerse pequeño, por ser tan hija de puta de no haber sabido nada de esto y no estar presente para ella para poder ayudarla. - Entonces el dinero que juntas habían conseguido para mi, más el dinero que conseguía yo trabajando empezó a ser poco para las tres. Ahí fue que decidí dejar la universidad para poder trabajar tiempo completo en la librería, me pagarían mucho más y podíamos estar bien las tres. Sin el imbécil de mi padre. - Se quedó en silencio, agarrando fuerte mi camiseta.

-Camila, si tan solo hubiera sabido. Dios, me podrías haber dicho, podría haber ido, podría haber ayudado.

-No. - Me cortó. - No podía romper tu burbuja, veía por las redes sociales y diarios escolares que tu éxito iba creciendo y no quería dar pena, ni robar tu valioso tiempo.

-Tu bienestar es más importante que mi éxito Camila. Tu situación fue horrible.

-No importa ya, de a poco pude salir de esto. En fin. Y vos? Tus detrás de escena? – Preguntó levantando la cabeza para mirarme directo a los ojos.

Yo no tenía mucho que contar, mi vida nunca fue interesante. Entonces me digne a levantar los hombros y a fruncir los labios.

-La verdad es que el tras de escena es lo mismo que muestro frente a las cámaras. – Reímos por la expresión.

-Hay algo que... Hay algo que siempre quise preguntarte y nunca me atreví. – Dijo pensando.

-Preguntame. Seguramente debo tener una respuesta.

-Te acordas el día que me llevaste a tu casa para presentarme como tu novia frente a tu familia, y apareció Brad en medio de todo... Dijiste cosas. Cosas como que él te maltrataba, o algo así. Nunca hablamos al respecto. Y está bien si no queres hablar ahora, sólo que estoy un poco curiosa.

Me estremecí, nunca lo había hablado con nadie. Quería borrar a toda costa toda esa etapa de mi vida y lo estaba logrando muy bien. Pero, Carol, la psicóloga siempre me dice que es mejor sacar todos tus miedos y malos recuerdos afuera para poder enfrentarlos de una vez. Así que tome coraje y empecé a hablar.

-Bueno, empezamos a ser novios el anteúltimo año de la secundaria. Él era el típico chico que todas morían. No era mariscal de campo, ni capital del equipo de básquet, pero era muy pero muy apuesto, tenía una banda que tocaba en el garaje de su casa y su padre es muy conocido por la agencia de autos importados en Miami. Un día, luego de una clase de física que nos tocó ser pareja, él se acercó a mi casillero y me pidió salir. Yo, como no tenía nada que hacer, dije que sí. Poco a poco empezamos a hablar más, a vernos más, y yo me dejaba llevar también por los comentarios de mis amigas. "Vamos Lauren, es Brad, moriría por tocar esos rulos mientras me besa". O "Lauren, por Dios, sabes lo bien que te va a hacer ser la novia de Brad? Es como ser la primera Dama de esta segundaria". Me besó un día, me regalaba cosas, era un amor, poco a poco empece a sentir algo, muy mínimo pero lo sentía. Me encantaba sentirme importante y con poder, era una idiota en realidad pero me gustaba que la gente al pasar por el pasillo me de una mirada. – Reí por acordarme la situación. – En fin, me pidió ser su novia, acepté, al mes me presentó con su familia, a los tres meses lo presenté con la mía. Mi madre lo amaba. Pero cuando se enteró de mi beca de la universidad todo cambió. El se puso mas agresivo, me decía cosas como "para qué vas a ir, si sos una inútil?" o "Lauren, deberías apreciar todo lo que hago por vos, mierda, no serías nadie si no fueras mi novia". Yo no decía nada, pero me dolía. A veces me arrinconaba en las paredes de la escuela cuando nadie estaba en los pasillos para decirme que debíamos ir al baño para "satisfacerlo", yo no quería tener sexo con él. Entonces debía ir al baño para tocarlo y cosas que no quiero recordar porque él era mi novio y eso se suponía que hacían los novios... verdad?

Terminé de decir y Camila se sentó en la cama, mirándome fijo. Con nada más que la luz de la luna alumbrándonos, podía notar su cara roja.

-Ese hijo de puta. Debería ir y cortarle las pelotas.

-Por suerte, encontré al amor de mi vida y todo cambió para mí. - La interrumpí. Luego le di un corto beso en los labios y ella se puso a horcajadas de mí.

-Nadie debería hacerte eso Lo, me alegra poder ayudar con eso.

-Yo no fui capaz de ayudarte, pero prometo estar de ahora en adelante. – Le prometí dándole un beso en la nariz, como solía hacer. Ella cerró sus ojitos e hizo que ambas nos recostemos, ella encima de mí.

Y así, escuchando nuestras respiraciones y latidos del corazón, yo acariciando su cabello y ella haciendo pequeños patrones en mi brazo izquierdo... sanándonos mutuamente de a poquito, nos quedamos dormidas.


MCDH: Cambios.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora