Luego de aquella lesión en la concentración del seleccionado nacional y la visita de unos cinco médicos especialistas, confirmaron lo que no quería que suceda: la lesión es demasiado grave, mis ligamentos están rotos y necesito cirugía.
Los coordinadores y entrenadores se encargaron de todo; tanto como volverme a Boston sin necesidad de que yo mueva un pelo. También de todo el papeleo de la operación. También estaba Jeff, que se ocupaba de todo lo necesario. No estaba nada contento por mi contrato con futuros equipos de la "liga real". Pero sabía que las lesiones siempre aparecían en gente como nosotros.
Y ahora, una semana después de todo lo sucedido, me encuentro recostada en el sillón de la sala, mirando una película de terror que encontré haciendo zapping en la tv mientras como una rica ensalada de frutas hecha por Sammy.
Podía moverme, claro que podía, pero el dolor y la inseguridad de que se me salga la rodilla de lugar eran demasiadas, entonces me recomendaron moverme lo menos que pueda. Por eso mis amigas siempre estaban a mi lado ayudándome en lo que podían.
Se preguntaran que pasó con JJ después de que me hiciera lo que me hizo, ¿verdad? Bueno, luego de que mis dos amigas y Lexie insistieran en que lo había hecho apropósito, los entrenadores decidieron ver los videos del entrenamiento y notaron todo lo que sucedía, al día siguiente de irme de Kansas, JJ también regresó a New York, esta vez con una suspensión deportiva de 14 meses, por acción e intención antideportiva.
La operación va a ser el martes que viene, mis padres se enteraron de lo ocurrido y quisieron viajar para acompañarme pero les dije que no era realmente necesario. Y Camila... bueno, no quería contárselo pero me fue imposible no decírselo, he estado llorando demasiado
En fin, como contaba, estoy hace aproximadamente siete horas acostada en este sillón, hasta que fui interrumpida por el timbre. Solamente moví mis ojos de la televisión hasta la puerta, donde apareció Stephanie y detrás de ella Kristie.
-Hola cabeza de balón, te hemos traído un combo grande de Mc Donalds, sabemos que tu ansiedad sube y sube y sólo queremos que seas feliz. – Me dijo la más enana dándome un beso en la frente.
-Hola Kristie. – Saludé a la rubia. – Gracias por tomarse el tiempo de hacer eso, de verdad tengo hambre. Que tal todo? Como fue ese viaje?
-Muy lindo, aunque Steph tuvo que conducir unas 14 horas, pero esta todo en orden supongo. – La miré mientras se sentaba a mi lado. – Y también hablamos con su madre la mitad del camino, ya que la enana descubrió que su auto tiene llamadas con bluetooth. – Rodó sus ojos y de fondo Stephanie sonreía.
Yo simplemente reí, se veían muy bien juntas. Hace poco tiempo se sentaron ambas frente a Samantha y le han dicho la verdad de su relación; esta actuó con desinterés, pero todos sabemos muy bien que es muy celosa de su hermana y de su mejor amiga.
-Necesitas algo más? Que te ayude con la ducha? Que limpie algo? Que busque algo en la universidad? – Preguntó mi amiga mientras revisaba mis cajones en busca de algo.
-No, está bien, estoy comoda por el momento viendo películas malas. – Me encogí de hombros.
-Bueno, entonces nos vamos. Tenemos que ir a un partido de futbol americano. Cualquier cosa sabes que me podes llamar. – Dijo y ambas se despidieron con la mano. Les agradecí con una sonrisa.
Cerraron la puerta. De nuevo sola. No tenía hambre y estaba demasiado aburrida. Me acomodé mejor y dejé el plato con restos de helado en la mesita de cristal al lado del sillón. Cerre los ojos y al cabo de unos segundos me había dormido. No sé cuanto fue, pero sentí unos labios tocar mi frente. Abrí mis ojos rápidamente, asustada y me senté.
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MCDH: Cambios.
Fiksi PenggemarEsta es la continuación de "Mi compañera de habitación".