Me encontré una vez más en mi habitación de Boston. Ya sola, con la calma interior sabiendo que mi hermana se encontraba muy estable y que mi familia la acompañaba. También, porque sabía que las cosas con Camila estaban mucho mejor que antes.
Tomé mi bolso y las llaves de mi auto para dirigirme hacia la universidad, hoy vuelvo a entrenar después de varias semanas... He ido al gimnasio y también sali a correr por la playa cuando tuve tiempo para eso. Pero realmente me sentía fuera de estado.
Al llegar al estadio Sam y Steph vinieron corriendo hacia mi y me abrazaron... un abrazo que pareció un tackle ya que terminamos las 3 en el pasto, mis dos mejores amigas encima mio.
-Cómo estas? Como va todo? Como está Taylor? - Mis dos amigas preguntaban a la misma vez mientras me ayudaban a levantarme del suelo.
-Ey, calma. Esta todo muy en orden, la que no está bien soy yo porque se que mañana me va a doler hasta para respirar. - Dije mientras íbamos caminando hacia los vestidores.
-De verdad nos alegramos mucho. El entrenador supo entender todo, no hay problema para nada. Se lo explicamos miles de veces y él ya a la quinta vez de haberle dicho todo el problema cambio su cara de enojado a cara de comprensivo...
-Gracias Steph, eso de verdad es un logro.- Reímos las tres.
Después del entrenamiento, el entrenador me llamo para que me siente con él en la banca.
-Buen entrenamiento Jáuregui, ya no veía la hora que te incorpores al equipo. He estado atrasando el partido de local de la final sólo porque no te tenía en la lista. Pero necesito que entrenes y que te esfuerces, vi que tu muñeca te dolía. No has tocado un palo en Miami? - Preguntó arreglando su gorra.
-Gracias, coach. Y no, no he tocado un palo en esos días pero si corri y fui al gimnasio.
-No es un problema, Lauren. Y me alegro que todo este bien. - Hizo una pausa y miró como los ayudantes de campo ordenaban el sitio de entrenamiento. - Ah y otra cosa antes de que te vayas. Dentro de dos semanas empiezan los campus de entrenamiento de la selección nacional. Te quiero fuerte, voy a entrenar a parte con vos, Mewis y McCaffrey. Así que también necesito que estudies porque vas a tener que faltar un poco a clases. Eso está bien?
-Esta perfecto! Muchas gracias. Nos vemos luego. - Me levanté del asiento.
-Oh, espera. - Me abrazó y yo me sorprendí. - Se por lo que pasaste. Mi hijo menor falleció de un accidente de auto hace cinco años. Me alegro que tu hermana esté muy bien. - Se soltó del abrazo para mirarme a los ojos. - Le he hablado todas las noches a Noel para que cuide a tu hermana.
Al escuchar eso, lo abracé más fuerte y mis lagrimas salieron sin más. El dio tres palmadas en mi espalda y me señalo con la cabeza la salida para que me vaya.
Después de ducharme me fui a mi departamento de nuevo. En mi celular tenía dos mensajes. Uno de mamá y otro de Camila. Sonreí.
Mamá: Buen día Lolo, todo bien en casa. Ya dejé a Tay en fisioterapia. Te queremos.
Camila: Hola Lern! Que tengas un lindo día. Te quiero.
Contesté a ambos y agarré los libros... de verdad tenía que esforzarme estudiando si quería recibirme pronto y también tener mi nombre en una camiseta de los Estados Unidos.
A eso de las nueve y media de la noche, mi computadora estaba pasándome música por Spotify y yo mientras cocinaba un revuelto de verduras.
Cuando todo estaba listo me senté con mi plato en la mesa y en ese instante una videollamada de Camila por Skype figuraba en la pantalla de mi computadora.