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35 //Confesando algunas verdades//

Chiquis, perdón que no conteste los comentarios y no me digáis que os tengo abandonadas/os, solo os digo algo, y no exagero, hablo con mi madre una vez a la semana porque hasta coger el wathsap me da pereza de lo cansada que estoy.

Llego a casa  a las 5 de la tarde (me levanto a las 6.30 de la madrugada cada dia) y cuando llego tengo que hacer comida, limpiar, lavar ropa, tender, colocar la habitación, bañar a mis hijos y además estudiar... no puedo, aunque quiera, dedicaros mas tiempo, de verdad lo siento :( Pero eso no quiere decir que no os quiera, mi amor por cada uno de vosotros sigue siendo infinito (L) 

Tom llegó a casa, tiró las llaves sobre el cenicero metálico decorativo que estaba sobre la encimera mientras que, con la otra mano, se iba desajustando la corbata.

-¡Hasta que al fin llegas!- Reclamó el castaño a su espalda.- Te he preparado algo, aunque la verdad es que ni te lo mereces... ¡Tomi! ¿Qué te ha pasado?- La voz de Patrick se crispó al ver los golpes en la cara del rubio y la sangre que había en su labio.

Este se sentó en el sofá quitándose la chaqueta mientras Patrick le desabotonaba la camisa buscando más heridas.

-Por dios...- Se llevó una mano a la boca.- Te han dado una paliza, ¿quién ha sido? ¡¿por qué te han hecho esto?! 

Al castaño se le saltaron las lágrimas mientras, desesperado, palpaba la piel de su prometido, intentando comprender qué había sucedido.

-Negocios.- Respondió este sin más.

-¡Estoy harto! ¡Tom se acabó!- Rugió hecho una furia.- Me importa una mierda el dinero, tu padre y todo lo demás, vayámonos de aquí, los dos solos, lejos de este lugar.- Patrick se arrodilló en el suelo agarrándole las manos.- Por favor, se que te pido demasiado, pero hazlo por mí.- Rompió a llorar con más intensidad.- Te lo suplico, haré lo que quieras si nos vamos... Tomi...

Tom sentía muchísimo dolor y lástima de ver así a su pequeño, pero no podía hacer más.

Tiró de sus manos sentándole sobre sus piernas, este se hizo un ovillo acurrucado en su pecho mientras acariciaba con sollozos las marcas de la paliza.

-Peque, escucha...

-No quiero escuchar, quiero que nos vayamos.- Una lágrima bajó por sus mejillas, tenía las pestañas empapadas.- Te lo ruego.

-No puedo irme de aquí amor, mi padre tiene pruebas y si desaparezco iré a la cárcel.- Confesó con pesar.

Patrick se aferró a su cuello mirándole directamente a los ojos.

-No tienes por qué, podemos escapar, cambiar de identidad, tenemos mucho dinero, será fácil.- Intentaba convencer al mayor a cualquier precio y de cualquier forma.

Tom sonrió con ternura, sentía tanto amor por su niño, pero por más que hubiera intentado enseñarle lo dura que era la vida real, le faltaba muchísimo por aprender.

-Mi vida...- Negó con la cabeza.- Esto no es una película, ni un libro.- Suspiró.- Estamos en la vida real, y en la vida real, el dinero se rastrea por el código que lleva en el impreso, además, los cambios de identidad...- Soltó una carcajada.- Cielo, hay cosas que el poder y la riqueza no pueden comprar, como por ejemplo, la libertad.- Patrick estalló en lamentos mientras que Tom le abrazaba fuertemente.- Torres más altas que yo han caído cariño, aunque me duela decirlo, pero mi esperanza es que mi padre caiga antes que yo.

-P-Pero... ¿tu padre? no lo entiendo... sé que no os lleváis bien, aun así nunca imagine que fuera tan grave Tomi.

Ambos tenían los dedos de sus manos entrelazados.