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Capítulo 7

Lo que me había contado Marcos me estaba dando vueltas. Y no porque de pronto comenzaba a dudar de Matías o a pesar lo peor de él. Todo lo contrario. Aún sabiendo que él también había engañado, para mí seguía el hombre perfecto. Eso era lo que me mostraba día tras día, sus hechos, la manera en la que me trataba, como si yo fuera la cosa más importante de su vida...

Pero ahora temía que en el fondo, él estaba viviendo su propia tormenta. Su forma de ser escondía debilidad, miedos y quién sabe qué más. Había una parte de él que yo no había llegado a conocer. Era eso lo que a mí realmente me angustiaba. No me daba miedo de salir herida por algo que terminaría haciéndome, más bien me preocupaba pensar que él iba a lastimarse solo.

***

La necesidad de saber más no me dejaba en paz. El colmo era que mientras yo le ocultaba algo tan fuerte, me empeñaba en saber todo sobre él. Y ni se lo preguntaba directamente. Busqué a su hermana Melisa, con la esperanza de que ella conociera esas cosas que yo no sabía aún.

—Que sorpresa verte por aquí. —admitió Melisa, mientras me invitaba que la siguiera hacia el salón

—Necesitaba hablar contigo.

Volteó a mirarme, alzando una ceja ante mi tono tan serio.

—De Matías. —añadí nerviosa

— ¿Tienen problemas? ¿Pasó algo? ¿Qué...

—No, no, sólo...

Callé. No sabía cómo abrir el tema, tampoco como justificar la información que había llegado a conocer. De ninguna manera podía meter a Marcos en problemas.

—Sí, pasa algo. Mírate, estás preocupada.

—Quiero que me cuentes cómo era tu hermano antes de conocerme. —solté

— ¿¡Y eso!?

—Sí... por ejemplo, sus relaciones pasadas... como fueron, como... Mira, hay cosas que no puedo preguntarle. No quiero que se sienta incómodo.

—Las mujeres sí que somos curiosas ¿verdad? —soltó una risa— Y conociendo a Matías, dudo que te haya contado mucho sobre ese aspecto de su vida.

— ¿Qué quieres decir...?

Lo oí maldecir entre dientes. No entendí su reacción, tampoco me atreví insistir.

—No te contó nada... ¿cierto? Con razón me lo vienes a preguntar...

—Pues... sí, casi nada. O sea, sé que tuvo relaciones amorosas pero no conozco detalles...

Eso había sido cierto, pero nunca me había llamado atención, hasta la confesión de su amigo.

—Hay cosas de las que no está muy orgulloso que digamos... —señaló

Esperé que continuara, suprimiendo mis ganas de hacerle preguntas.

—Te va a impactar lo que sigue. —advirtió— Pero se trata de su pasado, no hay nada de qué preocuparse. ¿OK?

—Bueno.

—A los dieciocho años tuvo una relación que le dejó marcas... En una fiesta, terminó engañando a su novia y ella lo descubrió. No pudo, ni quiso perdonarlo. Matías trató de recuperarla pero fue inútil. —calló un instante— Luego prometió no volver a acercarse a las mujeres, por miedo a volver a hacer daño. Le costó mucho trabajo perdonarse lo que había hecho.

—No me dijo... —reconocí

—Ni creo que se atreva decírtelo. Mira, él trata de esconder sus defectos, trata de ser ese hombre que se dedica en hacer feliz a su pareja. La verdad es que cometió un error, pero ese error lo hizo madurar, lo convirtió en un hombre que toda mujer desearía a su lado. Porque sus cualidades no son falsas. Sólo que sus defectos están bien guardados.

— ¿Por qué cometió aquella infidelidad?

—Dice que fue demasiado débil, no logró resistir ante la tentación. Es que había una chica que andaba tras de él y esa noche logró su objetivo. Además Matías había tomado, aunque bueno... eso no justifica sus acciones.

Sus últimas palabras se impregnaron en mi mente. Según ella, la bebida no justificaba una infidelidad, entonces tampoco justificaba la mía.

—Ahora no quiero que te hagas escenarios. —añadió— Matías apenas tenía dieciocho años... Ahora es todo un hombre, aprendió de sus errores y...

—Descuida. —interrumpí— Y además... mira, el Matías que yo conozco no parece capaz de matar una mosca. Yo aún trato de asimilar que de verdad pudo hacer lo que me contaste.

Juntando la información que tenía de ella y de Marcos, me quedó claro que tenía a mi lado un hombre maravilloso. Débil ante su miedo de herirme, pero fuerte por haber hecho tanto esfuerzo para superar sus propios errores. Increíble por haberme entregado lo mejor, sin dejarme ver que en el fondo había cosas amargas que lo acosaban.

—Si mi hermano se entera que hablé, me mata. —soltó algo divertida

—Yo no quiero causarte problemas... no hablaré con él sobre estas cosas.

—Tú tienes derecho a saber. Y no me importa que se enoje, pues si no habla de una vez, alguien tiene que...

—Yo lo entiendo. —señalé

— ¿No estás enojada con él?

—Sólo trató de protegerme...

Tal vez la verdadera razón por la que no estaba enojada, era mi infidelidad. Matías había evitado decirme cosas de su relación anterior, yo evitaba confesarle que lo había engañado. Ambos teníamos secretos, pero era obvio cuyos eran peores.

—Igual, de alguna manera te mintió. —contestó Melisa— No trato de justificarlo, pero lo hizo por miedo. No quiere perderte. No quiere volver a perder.

—Créeme que entiendo perfectamente.

—Que bueno. —replicó sonriendo

¿Aún planeamos la boda? © |  LIBROS I & II COMPLETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora