Capítulo 25
Vi a Matías en la entrada, con los brazos cruzados. Su rostro no reflejaba celos, ni rabia. De hecho ni entendía lo que había ahí. Además su petición había sido en un tono bastante extraño.
José no tardó en seguir aquella petición, de una manera muy natural, como si lo que había hecho no tenía nada de malo. Como si no había estado a punto de besar a la mujer de otro hombre.
—Matías...
—Creo que tenemos que hablar.
— ¡No es lo que parece!
—Lo sé. —indicó muy tranquilo
— ¿¿¿Qué???
En vez de los esperados reproches y de la furia, recibí una mirada que no entendía. Tenía todos los motivos para desconfiar, para pensar lo peor y sin embargo él estaba muy tranquilo.
—Hay algo que debes saber. —aclaró
—Pues esta vez ojala sí me lo digas. En la mañana también me habías dicho que querías confesarme algo y...
—Sí, sí... Escúchame, por favor.
—Claro. —respondí
—Te puse a prueba.
— ¿¡Qué dijiste!?
—Y ya sé que hice mal pero... —suspiró— Estaba desesperado. La desconfianza me...
— ¿Qué prueba, Matías?
—Hablé con José. Le pedí que te mandara mensajes. Y le pedí que viniera hoy aquí. Yo sabía que iba a seducirte y... Vi y oí lo que acaba de pasar. Vi tu reacción...
—No lo puedo creer...
Nunca antes había logrado decepcionarme o herirme como lo había hecho ahora. En realidad nunca antes me había hecho daño. No supe si darle una cachetada o gritarle o huir. Terminé mirando esos ojos que ahora mostraban arrepentimiento y vergüenza. Pero no lograron conmoverme, no logré justificarlo u entenderlo.
—Primo, ahora creo que entendiste que esta mujer está loca por ti. —le dijo José— Que suerte la tuya. Mejor los dejo.
Tras dirigirme una última mirada, se fue del cuarto dejándonos solos. Volví a mudar mi atención en Matías.
— ¿Cómo pudiste?
—Perdóname... —pidió bajando la cabeza
—Ya sabía que no confiabas en mí pero jamás pensé que...
— ¡La desconfianza me cegó!
— ¿Y por eso mandaste a tu primo que me besuqueara y me sedujera?
—Quería...
—Querías ver con tus propios ojos si me acostaba con otro o no. ¿Verdad?
—Fue una estupidez. —reconoció
—En vez de decirme las cosas de frente, en vez de decirme como te sentías, preferiste actuar a mis espaldas.
—Elsa, no quería lastimarte, por eso no quería decirte que sentía y...
— ¿Crees que no me di cuenta? Tu actitud decía más que mil palabras. Además te escuché hablando con Marcos.
De pronto quedó callado.
—No debiste hacer semejante...
— ¡Por favor perdóname!
— ¿Y en José sí confiaste? ¿Qué tal si él pensaba inventar que yo había contestado esos mensajes?
—Lo que yo quería era ver si me confesabas que habías recibido los mensajes...
— ¿Y la escenita de hoy? ¿Era parte del plan? Me reclamaste el mensaje...
—Elsa, ya... Perdóname ¿sí?
—No.
Se acercó a mí y me tomó de la mano.
—Por favor... —insistió con voz quebrada
—El hombre perfecto que yo conocía no hubiera hecho estas cosas.
—Es que no soy perfecto, nunca lo fui. Y... en mis intentos de protegerte de mí mismo y de hacerte feliz, terminé cometiendo estupideces.
—Tienes que aprender que en una relación también aparecen los problemas. Tienes que aprender que fingir estar bien no es una solución. Tal como yo comprendí que no debo guardar secretos, porque tarde o más temprano saldrán a luz.
La decepción se había instalado muy cómoda en mi alma y no lograba borrarla. Y lo que más me decepcionaba era darme cuenta que no reconocía a Matías. Nunca hubiera pensado que planearía algo tan bajo.
—Es mejor que duerma en el apartamento de Adela esta noche.
—No. No seas tan dura conmigo...
—Necesito pensar... regreso mañana.
— ¿Pensar si me dejas o no? —preguntó angustiado
—Pensar en todo.
—Pero...
— ¡Por favor, Matías!
—Perdón... Te estaré esperando. —murmuró
Asentí, luego decidí irme. Dejé la casa sin mirar atrás,sin importarme lo que iban a decir de mí. Necesitaba ver a Adela, necesitaba sus consejos.
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¿Aún planeamos la boda? © | LIBROS I & II COMPLETOS
General Fiction¿Acostarse con otro justo en la despedida de solteras? Sin duda eso no estaría entre los planes de boda de nadie. Lo mismo hubiera dicho Elsa, pero al despertar a lado del primo de su futuro marido, comprueba que nada sale como planeamos. Con la bod...