2 |APLB 1|

34.5K 1.8K 179
                                    

Capítulo 2

Esa misma tarde debía estar presente en un almuerzo con Matías y su familia. Después de pensar en mil escusas para poder faltar, incluso llegué a pensar que era el momento indicado para terminar con todo. Debía confesar la verdad y luego soportar las consecuencias. Ya imaginaba la decepción que iba a leer en las miradas de sus padres y de su hermana Melisa. Ella y yo nos habíamos hecho muy amigas pero de seguro no iba a perdonarme por lo que le había hecho a su hermano.

A pesar de todas las posibles soluciones, terminé dejándole un mensaje a Matías, avisándole que no me sentía bien y no podía ir. Había sido fácil imaginar y suponer, pero supe que al llegar en frente de ellos, me quedaría muda. Como también supe que, después de recibir el mensaje, Matías vendría a verme. Lo conocía muy bien.

***

Tan sólo había pasado media hora y oí que tocaban en la puerta de mi cuarto. Me sorprendió comprobar que era él. Es decir, había venido mucho más rápido de lo que hubiera imaginado.

—Mat...

—Hola. Tu madre me dejó entrar. Espero... espero que no te moleste.

—No ¿cómo crees? Sólo que me sorprende verte. Tan pronto.

— ¿Pensabas que iba a dejarte sola al saber que estabas mal?

En las circunstancias actuales, cualquier prueba de amor actuaba como un puñal. Quedé viéndolo sin parpadear hasta que conseguí elegir una manera de reaccionar. Me dabas ganas de llorar y pensaba que explotaría. Terminé exhibiendo una sonrisa esforzada, tan falsa que hasta pensé que me llegaría a sospechar algo.

—Y bien... ¿Qué fue lo que te pasó? —se interesó

En ese instante, todos los pretextos existentes en el mundo desaparecieron de mi mente y llegué a elegir algo realmente estúpido.

—No, yo... ¡Cosas de mujeres! Ya sabes. Digo, no lo sabes... Pero...

Caray. Obvio no iba a tragarse el cuento.

—Creo que entiendo. —respondió sonriendo levemente— Y supongo que es uno de esos días cuando no quieres ver a nadie ¿cierto?

—No digas eso, yo sí quería verlos. Sólo que...

— ¡Disculpa! No estaba insinuando eso.

De la nada, los recuerdos de la noche anterior volvieron a acosarme. Las manos de José tocando mi piel, nuestros cuerpos guiados por el deseo, el y yo actuando sin control alguno. Aún faltaba recordar lo más importante: la razón que me había llevado a entregarme a otro, la explicación de todo esto.

— ¿Qué puedo hacer para que te sientas mejor? —preguntó Matías, mudando mi atención en él

—Tenemos que hablar. —confesé, para luego arrepentirme

—Que seria... Bueno, claro. Dime.

A veces lo justo podía resultar imposible también. Aunque sabía que no podía ocultarle lo sucedido, no lograba decir nada. Era como si ya no tenía voz o capacidad para articular palabras. Terminé abrazándolo muy fuerte y sentí como él buscaba protegerme con su cuerpo.

—Aquí estoy por ti. —avisó— Siempre.

—No me dejes nunca. —le pedí horrorizada por la posibilidad de llegar a perderlo

—Nunca.

Después de superar aquel momento, le pedí que se quedara y nos pusimos a hablar. Incluso hablamos de los últimos planes de la boda, de lo que quedaba por hacer. Sentí que ya nada era igual, el entusiasmo ya no existía debido a la culpa que ahora me acompañaba. Había llegado a fingir cosas, mientras que por dentro me moría lentamente.

¿Aún planeamos la boda? © |  LIBROS I & II COMPLETOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora