Capítulo 7

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Miércoles. Otra notita. Esta vez, antes de ir a trabajar. Estaba el sobre en frente de la puerta, y en la Marie también había uno.

Ahora no puedo leer la nota, la dejaré para cuando venga a la noche. También tengo que hablar con Marie, me tiene que explicar qué es eso de que el viernes estuvo con uno de los adonis y no me lo comento en ningún momento.

La misma rutina de siempre. Dejo a mi princesa y me voy al trabajo. A las 7 de la tarde salgo y me voy directa a casa. Al llegar encuentro a mi pequeña aun despierta jugando con Marie y con Jared, su hermano mayor.

- ¡¡¡Mami!!! - Me encanta que Jared me reciba de esa manera. Como mi pequeña aun no habla.

- Hola princesa de mamá - Le contesto. El hace pucheros así que modifico la frase - Hola princeso de mamá.

Marie está intentando no reírse demasiado, pero no lo consigue. Siempre es lo mismo, así que está acostumbrada a ello. Jared es 3 años mayor, siempre ha sido un hermano más para mí.

Me acerco a mi princesa y la cojo en brazos para comérmela a besos, literalmente, menos mal que me he quitado el brillo de labios, recuerdo una vez que no lo hice y la llené de brillo. Me río sola y Marie y Jared me miran, en los ojos de Jared puedo ver una ternura única, que desde que se enteró de mi embarazo, siempre le acompaña cuando me mira.

- Estaba recordando el día que la llené de brillo de labios.

Ahora son ellos los que ríen.

Después de darle de cenar a la princesita de la casa y cenar nosotros, Jared se despide y se va, entonces encaro a mi querida amiga con mi sobre y veo que ella saca el suyo.

- ¿Qué tal si me lo cuentas de una vez, amiga?

- Bueno. El viernes cuando estábamos en el pub, después de que te fueras para casa, se acercó a mi uno de los guaperas del grupo, Nathan, y nos pasamos la noche bailando hasta que se hizo demasiado tarde y me despedí de él, pero me dijo que me quería acompañar hasta casa y yo le dije que no, pero no me hizo caso, en fin, con él vino el cabecilla del grupo. Y bueno, el lunes en casa de tus padres, después de que te fueras a perder por la reserva decidí salir un ratito yo también y me lo encontré en la playa.

No me lo podía creer. ¿Me estaba diciendo enserio todo eso?

- Bueno, pues yo creo que el de mis notitas es el cabecilla que los acompañó hasta la casa el viernes, me lo encontré el lunes en la reserva después de ver a un enorme lobo de color negro con reflejos plateados.

Marie me miraba como si se me hubiese caído un tornillo de dentro el cerebro. Saque mi ordenador y le enseñe las fotos de ese lobo.

- Dios mío. ¿Y no te hizo nada de nada? ¡Wow!

- Pues por muy loco que parezca no, me caí y torcí el tobillo y parecía como que a él de verdad le preocupase.

Nos decidimos por abrir los sobres y dentro encontramos otra carta un tanto romántica. Decía miles de cosas empalagosas que hacía ya mucho nadie me decía. Lo bonita que soy, lo bien que me veo con los trajes del trabajo, y miles de cursilerías más, que me llegaron al fondo del alma.

Decidimos hacer ver que aun no sabíamos quiénes eran, pues ella tenía el número de Nathan y si quería le podría avisar ahora mismo, pero decidimos esperar para ver hasta dónde eran capaces de llegar.

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