Propiedad Del Alpha

Capítulo 11

Después de la estupenda tarde que pasamos en el parque, Luca nos acompañó hasta casa y después se fue. Pasé toda la noche pensando en ese beso que me dio en la cocina, ¿y cuando entraba en ella? Dios mío que calor tenía de solo pensar que tuve ese cuerpo tan cerca del mío, pero entonces me reprendo por lo que estuve a punto de hacer, ¿pero qué me pasa? ¿Porque mi cuerpo actuó de esa manera? Son tantas preguntas sin respuesta que tengo en mi cabeza.

Llegó el día de la cena, dios mío... que nervios tengo. Marie vino para ayudarme a arreglar la casa, mientras que yo me ocupe de la cena, ella se encargó de decorar el comedor y de escoger la ropa y también de vestir a Leire.

La cena estaba casi hecha. Deje a Marie vigilándola mientras yo me fui a la ducha y a vestirme, Leire estaba lista y hermosa, eran las 7 de la tarde y habíamos quedado a las 8. Nunca en mi vida había estado tan nerviosa por tener una cena con alguien, pero es que Luca me volvía loca, desde el beso de ayer en la cocina no podía dejar de pensar en él, en su cuerpo, sus labios, todo lo que me hizo sentir en tan poco tiempo. Sentía unas ganas increíbles de volver a repetir ese beso, sentía que necesitaba su contacto, su cercanía, lo necesitaba a él.

Llegó la hora, Marie se despidió de nosotras y se fue a su piso recordándome que al día siguiente vendría para saber todo lo que había pasado. El lunes me tocaba volver al trabajo así que debía aprovechar mis últimas horas de libertad. Sonó el timbre, abrí la puerta y allí estaba él, tan guapo como siempre, vestido de forma más bien formal, y con una sonrisa que me quitó todo el aire que tenía en los pulmones. Me moví a un lado y le deje pasar. Nos saludamos con dos besos y mientras me dirigí a la cocina a por la botella de vino para servirla durante la cena, Luca se dirigió a hacerle carantoñas a Leire.

Estaba tan nerviosa, durante la cena, reímos y hablamos sobre todo un poco. La verdad es que conseguí relajarme un tanto.

- Y dime Luca, ¿a qué te dedicas?

- Pues ahora mismo, estoy terminando mis estudios para ser empresario, como ya sabes mi familia tiene un hospital, pero yo no sirvo para esas cosas, así que decidí que lo mejor sería ponerme a estudiar algo que si fuera un poco con mi personalidad, así que me decanté por administración y gestión de empresas y también por contabilidad. Me hago cargo de las cuentas del hospital y todo lo referente a los números y así de paso, voy cogiendo un poco de experiencia, pero me gustaría, en un futuro, montar mi propia empresa, mi hermana menor quiere dedicarse al mundo del marketing, de manera que posiblemente la ayude con ello.

- Vaya, me has sorprendido mucho, es increíble de qué manera piensas más en tu familia que en ti mismo.

- Y tú, ¿a qué te dedicas en la empresa en la que estás trabajando?

- Pues, soy la secretaria del jefe, así que ya te imaginarás, me pasó el día entre papeles, enviando correos, rellenando agendas... etc., pensaras que no es algo súper guay, pero es lo que a mí me gusta y estoy bien con ese trabajo.

El resto de la cena pasó de forma amena, seguimos conversando de cosas relacionadas con el trabajo y demás. Llegó la hora del postre, pero tuve que llevar a la pequeña a dormir porque se había hecho demasiado tarde. Al volver serví el postre, muy diferente a la idea que tenía en un principio, me decanté por algo más fresco que un pastel, un rico helado de frutas casero con sirope de fresa y nata. Nos lo comimos entre más risas y charlas sobre la familia. Luca, tiene tres hermanos más. Bruce, el mayor, que fue quien atendió a Leire en el hospital, después está su hermana Kata, ella es enfermera en el hospital también, pero está de baja por maternidad, después va Luca y al final su hermana menor Bonnie que está terminando el bachillerato. También me contó sobre su amigo Nathan, el chico que le enviaba las cartas a Marie, si, al final lo descubrimos, aunque se presentaron los dos en nuestras casas para confirmarnos. Es increíble que de verdad estén interesados en nosotras.