Capítulo 31

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Pasó casi una semana desde el atentado. Desperté de noche, supongo que pocas horas después de dormirme, pues aún no amanecía. Miré a mi lado, Luca dormía plácidamente. Estaba mucho más tranquila, dormir con mi marido me había dado la paz que mi cuerpo tanto anhelaba. Con cuidado me levanté de la cama y me acerqué a la ventana, me encontraba desnuda.

Me quedé mirando el horizonte y como el sol hacía acto de presencia. Me giré y contemplé el cuerpo del maravilloso marido que tenía.

Decidí que lo mejor sería hacer el desayuno, al menos eso me mantendría ocupada.

Bajé a la cocina y me puse manos a la obra.

Al rato bajó Luca, supongo que llamado por el olor de la comida con mi pequeña princesa en brazos

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Al rato bajó Luca, supongo que llamado por el olor de la comida con mi pequeña princesa en brazos.

Mientras nos acomodamos en las sillas, le di a mi pequeña su biberón, a medida que pasaba el tiempo cada vez estaba más espabilada, ya sujetaba ella sola su biberón y empezaba a querer comer con las manos.

Después de desayunar, nos subimos a cambiar a nuestra habitación, en una hora empezaría el juicio de Polonio en la plaza del pueblo. Debíamos vestirnos para la ocasión, en color negro porque el resultado sería negativo de todas las formas posibles por atentar contra mi vida.

Me metí a bañar, Luca se quedó con la pequeña Leire, luego la vestiría. Para mí un vestido negro y para Luca un traje negro y gris, acorde con lo que pasaría en unos minutos. Ya tenía 12 semanas de embarazo, como pasan los días.

 Ya tenía 12 semanas de embarazo, como pasan los días

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