Capítulo 18

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Luca se acercó lentamente, acarició mis brazos bajando hasta mis caderas. Se abrazó a ellas y poco a poco, fue bajando la cremallera de mi vestido. Este cayó a nuestros pies, y quedé con el picardías blanco que las chicas me obligaron a comprar. Observé cómo las pupilas de Luca se dilataban y sus ojos se llenaban de lujuria al verme con ese traje.

Empiezo a despojarle de la ropa lentamente, deleitándome con cada parte de su cuerpo. Y aunque me gustaría hacerlo rápido, porque ya estoy en ropa interior, y me siento a morir por el calor que tengo, lo hago lentamente. Puedo notar a Luca nervioso, supongo que él también está ansioso, pero todo llega.

Le quito el saco del traje, después la pajarita, desabrocho el chaleco y poco a poco voy quitando uno a uno los botones de la camisa. Le quito los gemelos y bajo suavemente la camisa por esos hombros anchos y fornidos, paseando mis manos por cada uno de sus músculos. Cuando la camisa está fuera, me dirijo a la hebilla de su cinturón. La desabrocho y lo retiro por completo del pantalón. Deshago el botón y poco a poco bajo la cremallera. Entonces es mi momento. Le acerco a la cama y lo empujo para que quede tumbado. Su cara es de sorpresa, supongo que no se esperaba que me lanzara así. Le quito los zapatos y los calcetines. Mis manos se dirigen a la goma de sus bóxers y poco a poco los voy bajando junto con el pantalón. Mis manos suben lentamente por sus piernas, y le siento temblar entre mis manos, me siento una mujer dominante. Mis manos se dirigen directamente a esa parte tan masculina de su cuerpo. La acaricio suavemente, subiendo y bajando mi mano alrededor de su hombría. Lo oigo suspirar. Lentamente me acerco y lamo la punta, ha empezado a segregar el líquido pre seminal. Lo saboreo y paso mi lengua de arriba a abajo, Luca me coge el pelo. Me siento tan bien. Poco a poco introduzco su duro y caliente miembro dentro de mi boca y lo degusto. Consigo arrancarle un ronco gemido, lo que me indica que estoy haciendo bien mi trabajo. Poco a poco aumento el ritmo, según lo que me pide, es él quien lleva la voz cantante en este momento.

Al cabo de unos minutos, por fin mi trabajo da sus frutos, su cuerpo tiembla y se descarga en mi boca, no me importa y feliz me trago su simiente. Luca me aparta de su miembro, se acerca a mí y me besa. Nuestras posiciones se cambian. Ahora yo estoy debajo de su cuerpo. Sus manos acarician cada una de mis curvas, cada parte de mi. Me siento a morir de placer, sus manos, por allí donde pasan, dejan un calor tan grande, que siento que lo poco que llevo encima me asfixia. Poco a poco, mi marido, se deshace de la poca ropa que cubría mi cuerpo. Se arrodilla frente a mí, se dirige a mi pierna derecha, deshace los enganches y me baja la media de forma lenta y tortuosa, va dejando un rastro de besos desde mi muslo hasta el tobillo, y lo mismo con la otra pierna. Se acerca a mí, me coge la mano y me ayuda a sentarme, se dirige a mi espalda y poco a poco va deshaciendo el corsé, besando cada parte de mí, a medida que va quedando al aire. Cuando termina, vuelve a tumbarme en la cama, y se dirige a mi centro del deseo. Se acerca lentamente, me besa por encima de la ropa interior y siento como me humedezco por el deseo que recorre mi cuerpo. Posa sus manos en mis caderas, dirige sus dedos a los lados de mis bragas y con paciencia las va bajando. Cuando por fin están fuera de mí, se vuelve a posicionar entre mis piernas, acerca su rostro a mi centro, y lo saborea, siento como su lengua viaja entre los pliegues de mi zona íntima y yo me siento a morir, jamás nadie había visitado ese lugar. Debo agarrarme a las sábanas, y cuando su lengua toca ese pequeño botón del placer, mi espalda se arquea y siento que el aire me abandona. Luca mantiene mis piernas separadas con sus manos y sigue jugando conmigo. Siento como mi cuerpo llega al orgasmo a los pocos minutos. Debo morderme el labio inferior para no gritar cuando el orgasmo me arrastra hasta el cielo. Con mi respiración agitada, cojo su cara y la subo hasta unir de nuevo nuestros labios, saboreando mi propio orgasmo, pero me da igual, necesito sus labios mientras mi cuerpo se recupera de ese hermoso y devastador orgasmo. Cuando mi respiración se acompasa un poco, Luca se separa de mis labios, me sonríe y le devuelvo la sonrisa.

- Se que no es el mejor momento, pero debo preguntarte, - se acerca a mi oído y suavemente me susurra - ¿me darías permiso para marcarte?

No tengo que pensarlo demasiado, sé que es algo que necesita hacer, y estoy dispuesta a dejar que me marque.

- No tengo ningún problema en ello mi amor, sabes que soy tuya.

Vuelve a sonreírme, y me siento morir. De nuevo ataca mis labios, y yo feliz le devuelvo el beso. Sé que la marca no se hace hasta que no se llega al orgasmo en una pareja, lo que ayuda a que dure más y sea aún mayor.

Siento como Luca se coloca entre mis piernas, y poco a poco se va introduciendo dentro de mí, lo hace con ternura y con mucho cuidado, mi cuerpo se arquea y poco a poco se acopla a su forma, cuando por fin está dentro, me siento completa. Sus movimientos empiezan suaves, un vaivén tranquilo, que poco a poco va aumentando y con ello, nuestros jadeos y mis gemidos, sentirle dentro de mi es lo mejor. Empieza a coger un ritmo constante, fuerte, duro y conciso, me siento a morir, a este paso llegaré muy pronto. Sus movimientos aumentan la velocidad, dejando de ser tan profundos pero sin quitar el hecho de que me está llevando a la cumbre rápidamente. A los pocos minutos puedo sentir como mi cuerpo se prepara para estallar en el segundo orgasmo de la noche, Luca lo nota por lo que se acerca a mi cuello, y besa mi clavícula, allí donde irá su marca, yo solo puedo apartar mi cabeza para darle mejor acceso. Cuando siento llegar mi orgasmo y mi espalda curvarse para aferrarse más a él, mis piernas se cierran en su cintura y mis uñas se clavan en su fuerte y dura espalda, es en ese momento que siento sus colmillos adentrarse en mi piel. El orgasmo es devastador y no puedo silenciar mis labios, para retener el grito de placer que escapa de ellos.

- ¡Ahhhhhhh...............................!

Puedo sentir como en mi piel aparece la marca de Luca mientras aún tiemblo. Se siente un poco raro, pero no es doloroso.

 Se siente un poco raro, pero no es doloroso

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Siento como mis ojos se cierran lentamente. El cansancio me supera, y mi cuerpo me pide descansar.

Luca se acomoda a mi lado y me acerca hasta su pecho. Le abrazo y antes de que morfeo me lleve con él, levanto la vista y con todo el amor del mundo, miro a los ojos de mí, ahora marido, y le digo:

-Te amo con toda mi alma. Gracias por hacerme tan feliz mi amor.

Luca besa mis labios y me responde:

- Yo también te amo muñeca, descansa, la marca agota la energía del cuerpo. Tranquila, mañana estarás perfecta. Duerme mi bella reina, mañana será un día nuevo.

Y con esas palabras y los brazos de mi marido a mí alrededor, me dormí feliz.

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