Hoy, por primera vez, me toca asistir junto a mi esposo, a una reunión de alphas. Estoy un poco nerviosa, mi barriga se empieza a notar un poco, pero no demasiado. Todo el día preparándome para le reunión de Alphas.
En una hora salimos para la reunión, así que me pongo a maquillarme después de que Rubí y Marie han terminado el peinado. Cuando termino me pongo el vestido de esta noche. Y también las joyas. Aunque esta vez solamente unos pendientes, el vestido es de cuello así que un collar no podría lucirlo.
Una vez terminada de arreglar me dirijo a la entrada, donde mi marido ya me espera. Cogemos el coche y nos dirigimos a la reunión. Cuando llegamos estoy un poco nerviosa, es cierto que todos estuvieron en nuestra boda y en la posesión de poder pero esto es complicado, aquí tratan problemas y demás. Me preocupa porque, hasta donde he podido entender, Luca forma parte del consejo, por ser uno de los más fuertes, y con él otros cuatro alphas. La verdad es que me preocupa que tenga que irse a solucionar algún conflicto, no me gustaría que me dejara en la manada sola, sin él, sin su compañía, sin su protección y menos ahora que estoy embarazada.
Intento relajarme, se que los nervios no son buenos para el bebé. Así que respiro profundamente y, agarrada del brazo de mi marido, nos adentramos al edificio para llevar a cabo la reunión.
Me sorprendo al entrar, debo decir que no me esperaba que fuera tan grande y acogedora.
Somos los últimos a llegar, así que nos dirigimos a nuestras sillas y tomamos asiento, Luca me observa, desde que le dije de mi embarazo que no me quita la vista de encima.
- Antes de empezar, me gustaría presentar de nuevo a mi compañera, mi mujer y la Luna de mi manada. - Luca se dirigió a todos - Una vez presentada, damos por iniciada la reunión.
Pasamos horas debatiendo miles de problemas, y no había forma de solucionar el más importante.
- A ver, por favor señores, es imposible no encontrar una solución adaptada a todos, no nos iremos hasta que quede resuelta la disputa entre el Alpha Andrés y el Alpha Juan Miguel. Señores, es posible que esta solución sea anticuada, pero ¿por qué no delimitar las zonas? de esa manera no habría más problemas de traspaso, aunque sigo pensando que el hecho de que no quieran que otras personas pasen a su territorio es estúpido, nos llevamos todos muy bien, pero ustedes son los únicos que no se llevan, los que siempre dan problemas y terminan organizando estas reuniones para al cabo de dos días volver a estar igual o peor.
- Jamás voy a llevarme bien con este hombre, me robó mujeres de mi manada. Eso no lo voy a perdonar nunca. - Saltó en Alpha Juan Miguel
- Pero a ver, ¿Qué culpa tengo yo que tus mujeres tuviesen sus mates en mi manada? Mujeres de la mía también se mudaron a la tuya. Reconoce que lo que te molesta es que TU hermana encontrara en MÍ a su mate. - le respondió el Alpha Andrés.
Siguieron discutiendo, y yo cada vez me encontraba más molesta.
- Cariño, lo siento, pero si no quieres que me levante y les arranque esa cabeza que tienen de adorno, disculpa, voy a salir a tomar aire.
- Amor, tranquila, de verdad no te preocupes, ve a fuera, Nathan estará allí, no quiero que vayas sola, eres lo más valioso de mi vida y en tu vientre llevas el fruto de nuestro amor. Cuídate y cualquier cosa que Nathan me avise y saldré rápidamente. - me dio un beso en los labios y me acompañó hasta la puerta.
Al salir me encontré con Nathan y Teo.
- Supongo que has notado mi malestar y por eso has venido ¿no? - le pregunté a Teo.
- Pues sí, quería saber que te tenía agitada, pero creo que puedo entender porqué estás así. Esos licántropos que están discutiendo llevan años haciendo eso, no creo que nunca se solucione. Les conozco porque antes viví cerca de su territorio, y te digo flor, que son dos tipos insoportables.
Estuve cerca de dos horas con ellos fuera, decidí entrar, no sé porque pero me sentía nerviosa. Al entrar entendí porqué. Luca estaba en una esquina, con su labio sangrando y mirando al Alpha Juan Miguel de mala manera. Todo el mundo fijó su vista en mí. Me acerqué a mi marido, toqué su labio y ya casi estaba curado.
- ¿Quién ha sido? - Mi mirada hablaba por sí sola. Me giré a mirarlos a todos, Luca no me respondería pero ellos sí. - He preguntado que quién ha sido que le ha pegado a mi marido y quiero una respuesta ahora mismo.
Todos miraron a Juan Miguel, me acerqué a él, se puso recto, quizás pensó que me intimidaría, pero fue todo lo contrario. Me acerqué a él, y cuando estaba delante de su cara, mi puño impactó directo en su nariz. Cayó al suelo sujetándose la cara, su nariz sangraba. Todo el mundo ahogó un grito al ver lo que había hecho. Me agaché y acerqué a su cara.
- Si te atreves a volver a ponerle una sola mano, un solo dedo o a tocarle un solo pelo de nuevo a mi marido, te aseguro que tendrás que abandonar tu puesto como Alpha porque te convertiré en Luna, ¿te ha quedado claro?
Él solamente asintió, me levanté y volví junto a mi marido, que me miraba serio, pero en sus ojos podía ver claramente la diversión y el orgullo que sentía por mí.
- Señores, no me siento bien, estoy cansada y eso para mí, en mi estado, no es bueno, por lo que les ruego aclaren esto ya mismo para que, junto a mi esposo, pueda irme a mi hogar a descansar.
Todos volvimos a nuestros asientos. Una vez sentados en nuestros lugares, empezó de nuevo toda la discusión. Al cabo de una hora de escuchar las mismas tonterías, me cansé de todo este lío infernal.
- Se acabó - me puse en pié y todo el mundo cerró la boca - Miren señores, no sé cómo funciona este rollo del consejo y todo esto, pero me tienen agotada, llevamos horas aquí intentando solucionar, perdón por la expresión, toda esta mierda. Así que si se me permite, les aconsejo que delimiten sus terrenos, construyan una muralla, una pared, pongan una valla para delimitar sus propiedades o lo que ustedes vean conveniente, pero déjense de tanta historia. Nos han hecho venir para perder el tiempo, no aceptan ninguna solución y yo solo veo que lo que quieren es matarse. Lunas, siento lo que voy a decir, pero les aconsejo que, junto a toda su manada, encierren a estos dos tipos en un cuarto juntos, y dejen que terminen lo que empezaron hace años. Les aseguro que terminarán comiendo en la misma mesa, porque son tal para cual, son tan parecidos que les irrita eso del otro. Así que hagan lo que les dé la gana, pero no metan a los demás en sus disputas. Los aquí presentes tenemos mejores cosas que hacer que aguantar los berrinches de dos hombres que no han sabido madurar. Con su permiso - me giré hacia Luca - ¿Podemos irnos? No he comido y me encuentro fatal. - Y como si no tuviese suficiente, me mareé, suerte de Luca que me cogió a tiempo.
- Cariño ¿estás bien? - Luca me miraba preocupado - Bien señores, ya han oído a mi mujer. Ella les ha dado la solución. O lo arreglan o se encierran en un cuarto hasta matarse. La verdad es que ha sido la única que ha tenido la valentía, para decirles lo que llevamos años pensando. Ahora, me despido de todos, pero mi mujer es mi prioridad y no se siente bien.
Luca me cogió en brazos y me llevó hasta el coche. Se subió conmigo en la parte de atrás y Nathan y Teo delante.
- Cariño, debo decir que no me esperaba que reaccionaras así. Llevábamos años aguantando estas disputas y no sabíamos cómo solucionarlo sin que hubiese una guerra por medio.
- No te preocupes, en realidad, lo he dicho todo porque me sentía cansada de oír lo mismo durante horas, necesitaba que terminara pronto porque quería irme. - le miré a los ojos - ¿Te importa si me duermo en tus brazos hasta llegar a casa? Cuando lleguemos despiértame, que muero de hambre. Te quiero - le besé los labios y me acomode en sus brazos.
- Descansa mi reina bella, yo me encargaré de todo.
Cerré mis ojos, me dejé llevar por morfeo y ya no supe más de mí.
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Propiedad Del Alpha
Fantasy¿Alguna vez has pensado que todas esas historias que has leído en tu vida pudiesen volverse realidad de un momento a otro? Yo tampoco lo creía hasta que me paso. Esta es mi historia, yo una chica cualquiera con un hombre lobo que llegó a mi vida pa...