Capítulo 33

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Hoy 16 de diciembre toca decorar la casa para la navidad. Luca ha traído el árbol, una caja con bolas, unas luces... 

Empezamos con el árbol, y quedó maravilloso

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Empezamos con el árbol, y quedó maravilloso. Le pusimos las luces, después las bolas y para finalizar Leire puso la estrella. Como ya casi cumplía el año, la pequeña estaba súper espabilada. También decoramos la chimenea, así que quedó un comedor hermoso.

Pusimos regalos de plástico debajo, hasta la semana que viene que será en realidad navidad

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Pusimos regalos de plástico debajo, hasta la semana que viene que será en realidad navidad. Mañana había quedado con mi cuñada Bonnie, con Marie y Rubí para salir de compras. Mis padres junto con los de Luca, Nathan y el padre de Marie irán por su cuenta y los chicos irán juntos.

No sé muy bien que comprarle a Luca, pero alguna cosa se me ocurrirá.

También tenía que pensar en el menú. Tenía varias ideas para la cena del 24. Mi madre se encargaría de la cena del 25 y la comida del 26 y mi suegra por la comida del 25 y la cena del 26. Así lo había repartido para que no hubiese enfados ni nada.

Para el 24 a la noche, pensé hacer un poco de entremeses y como plato principal pollo al horno.

Por la tarde, decidimos salir a comprar los regalos para navidad.

Paseamos durante horas, nos recorrimos todas y cada una de las tiendas que habían abiertas. Encontré regalos para todos.

******LISTA COMPRAS******

Luca: cajita, chaqueta y colgante

Leire: chaqueta, outfit y juguete

Mamá: colonia, conjunto y reloj

Papá: colonia, conjunto y reloj

Hermano: colonia, conjunto y reloj

Suegra: colonia, conjunto y reloj

Suegro: colonia, conjunto y reloj

Cuñada: colonia, conjunto y reloj

Después me dedico a observar varias cositas para bebés. Me enamoro de algunas cositas, pero como aun no sabemos el sexo pues no puedo comprar nada, para el mes que viene ya podremos saberlo, y tengo muchas ganas.

Cuando llegamos a casa, estoy agotada así que decido darme un baño relajante en el maravilloso jacuzzi que tenemos para mi maridito y yo. Marie se queda vigilando a la pequeña Leire, y de paso espera a que llegue Nathan.

Cojo mi maravilloso libro de mi autora favorita Megan Maxwell y me dispongo a tener una lectura tranquila y relajada mientras dejo que los chorros de hidromasaje me destensen todo el cuerpo

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Cojo mi maravilloso libro de mi autora favorita Megan Maxwell y me dispongo a tener una lectura tranquila y relajada mientras dejo que los chorros de hidromasaje me destensen todo el cuerpo.

Me decido por la novela Oye, morena, ¿Tú qué miras?

La verdad es que soy súper fan de esta maravillosa escritora

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La verdad es que soy súper fan de esta maravillosa escritora. Sus novelas son magníficas, tienen muchos detalles y te transportan a un mundo maravilloso. Sus historias enganchan muchísimo.

Mientras voy leyendo me voy sumergiendo en la historia y me olvido de lo que me rodea. Hasta que mis pequeñajos se mueven demasiado y eso me hace saber que mi marido, y padre de los dos angelitos que llevo conmigo, está en casa. Por lo que me contó la madre de Luca, es normal que los hijos sepan cuando sus padres están cerca y que se vuelvan revoltosos. Decido poner el marca páginas y dejar el libro de lado, se que no voy a poder concentrarme más. Cuando vuelvo a acomodarme, aparece Luca, quitándose poco a poco la ropa, y haciendo que mi boca se seque al imaginar lo que puede pasar de ahora en adelante dentro de este jacuzzi. Mi maravilloso y guapo marido se acerca como si fuese a cazar una presa, me muevo automáticamente hacia delante dejando un hueco justo detrás mío, donde él se acomoda y, abrazando mi cintura, me mueve para que me acomode entre sus piernas. Aunque sé que no podemos hacer nada porque Leire está en casa con Marie y Nathan, mi cuerpo me reclama mi dosis diaria de amor.

- No te preocupes por la peque, está con mis padres que nos esperarán en su casa para cenar, así que no te preocupes por nada y disfruta porque es lo que pienso hacer yo.

Sus manos se dirigen a mis hombros, masajeando mi cuello y destensando las cervicales, después bajan suavemente por mi cuerpo hasta mis pechos que con el embarazo están mucho más sensibles, así que no puedo evitar que un gemido escape de mi boca, provocando que Luca siga masajeándolos y bese mi cuello, llevo el pelo recogido en un moño alto, por lo que mi cuello y la marca quedan por completo el descubierto. Así que aprovecha para besar, lamer y morder mi marca, haciendo que múltiples gemidos salgan de mí sin yo poder frenarlos.

Una de sus manos abandona mis pechos y se dirige a mi sexo, pasando primero por mi barriga y dejando algunas caricias. Luego su mano baja hasta mi entrepierna y empieza con pequeñas caricias que me hacen jadear, entonces sus dedos viajan a mi botón del deseo y suelto un fuerte gemido acompañado de un tirón de su pelo que él acompaña con un gruñido por mi acción, poco a poco siento en mi espalda, la dureza de su miembro ya listo para hacerme gritar de placer, nunca lo hemos hecho en la bañera, si en la ducha de mi antiguo hogar, pero jamás dentro de una masa de agua.

Sobre mis rodillas y apoyándome en el borde del jacuzzi, dejo que mi marido me haga el amor como solo él sabe y como a mi tanto me gusta. Cuando acabamos, decidimos salir del agua, terminamos en la cama donde de nuevo hacemos el amor entre besos y caricias. Después de tres inmejorables orgasmos, siento mi cuerpo desfallecer, así que me tumbo encima de mi amor y dejo que mi respiración se regule mientras él me acaricia la espalda. Estamos en plena dicha postcoital.

Miro la hora, nos quedan 15 minutos para la cena en casa de sus padres, así que, con todo el dolor del mundo hago que Luca se levante y juntos nos vestimos entre arrumacos y demás. Llegamos a casa de sus padres, tenemos una cena tranquila y con muchas risas. Cuando mis ojos se cierran solos igual a los de Leire, decidimos que es hora de volver a casa, nos tumbamos en la cama sin nada de ropa y abrazados nos dormimos para mañana empezar otro día mas.

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