Forks. Primeros días de noviazgo de la Agente Especial del FBI Isabella Swan con el autoconfeso vampiro Edward Cullen.
Los dos días siguientes fueron tan maravillosos como aterradores. Edward y yo apenas si nos separamos en clases; en la escuela todo el mundo asumió que éramos como mínimo pareja y con toda probabilidad amantes. Unas cuantas personas incluso se consideraron con derecho a opinar al respecto. Mike, por ejemplo, me dijo que Edward era aterrador y que me miraba como si yo fuese algo comestible. Tanto su cara como la forma en que lo dijo me causaron un ataque de risa, sobre todo por lo peligrosamente acertado que estaba.
Jessica, por su lado, intentó interrogarme, lo cual otra vez casi me hizo reír. Interrogatorios no eran mi especialidad, pero sabía cómo manejarlo. Creo que fui lo suficientemente evasiva como para no darle demasiado material de chismorreo. Todo esto era peor al saber que Edward estaría "escuchando" cada palabra que saliera de mis labios a través de la cabeza de Jessica.
La familia de Edward se mantuvo cuidadosamente apartada. Rosalie me fulminó con la mirada un par de veces, lo cual no me causó un infarto de puro miedo por muy poco. Por muy hermosa y femenina que ella fuese, algo en su expresión me convenció que era el tipo de persona que no parpadea al dispararle a alguien a sangre fría... o que mata al modo vampírico sin remordimientos. Emmett, que era el que más me atemorizaba por su impresionante tamaño, no me prestaba mayor atención, o en todo caso me miraba con un poco de curiosidad, como intentando comprender qué había visto Edward en mí. Jasper no parecía muy feliz de verme pasar tiempo con Edward, pero lo noté más irritado con él que conmigo. Alice me sonreía cálidamente cuando, muy ocasionalmente, coincidían nuestras miradas.
Durante esos dos días hablé bastante con Edward. Me confió unas cuantas cosas, por ejemplo qué y cómo cazaban (cuando le hice ver que no estábamos en temporada de osos, su sonriente respuesta fue que las leyes regían sólo la caza con armas). También me preguntó muchas cosas sobre mí, y le contesté de buena gana. Sin mencionar nunca nada remotamente relacionado con la investigación, por lo demás fui siempre muy sincera. Bah, en rigor sólo había omitido las tres cuartas partes de lo que mi vida en Phoenix, de modo que no tenía por qué sentirme culpable, ¿no?
Estos días estaban siendo maravillosos al pasar tanto tiempo con Edward. Yo ya era tan Edwardependiente que no alcanzaba a recordar cómo había sido capaz de vivir diecisiete años sin él.
Pero también era aterrador darme cuenta, en los escasos momentos en que él no estaba cerca de mí y yo alcanzaba a pensar con algún grado de racionalidad, que mi objetividad estaba dejando mucho que desear. Que hacía días que no le pasaba reportes a Sheila, y que la excusa de que no estaba cien por ciento segura en mis suposiciones ya no era válida. Que si yo no le escribía nada, a más tardar a través de las escuchas telefónicas Sheila sabría todo y yo me ganaría un llamado de atención al no haber movido un dedo para informarle. Estaba traicionándola, ocultando información.
Pero mil veces peor que el sentimiento de no estar haciendo bien mi trabajo, era el de estar traicionando a Edward. Intentaba olvidarme de todo cuando hablaba con él, y solía no ser difícil abstraerme del resto del mundo, pero en cuanto recordaba aunque sea por un instante que Fred estaba escuchando todo lo que decíamos, me daban náuseas.
Aún así, preferí seguir siendo una espía doble en lugar de alejarme de Edward... o renunciar al FBI. Mi vida era un solo gran desastre, más que de costumbre, y eso ya es decir...
El jueves Billy Black, un amigo de mi padre de toda la vida, se pasó por casa junto a su hijo Jacob. Edward acababa de dejarme en casa y se alejó lo más rápido posible, murmurando algo sobre "complicaciones". Sólo con verle la cara a Billy estuve completamente convencida que él sabía la verdad sobre los Cullen, que creía en las leyendas y que desde luego no aprobaba mi relación con Edward. Bajo toda la mueca de desagrado, ojos entornados y leves bufidos, me pareció detectar sin embargo preocupación por mí y eso me enterneció de cierto modo. Jacob seguía tan felizmente ignorante de la verdad e incrédulo de las leyendas como antes, y eso por mí estaba perfecto.
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Swan, Bella Swan
FanficTras despertar del sueño de 16 horas posterior al regreso de Italia, Bella tiene muchas explicaciones que darle a Edward, empezando sobre por qué hay una pistola bajo el suelo de su habitación y por qué Charlie le inyectó una droga para despertarla...