Muerte violenta, regateo inusual

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Forks, afuera de la tienda de los Newton. 04:07 PM del martes 21 de mayo de 2006, pocas horas después de la charla de Bella con Mike.

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-Me preocupa. ¿Es normal que pase tanto tiempo sin que reaccione?

-No tengo idea, no es mi especialidad.

-No estará herida, ¿no?

-No creo. Al menos, no olí nada.

-Yo tampoco. Pero está muy pálida. Eso no suele ser buena señal.

-La policía está viniendo, y un ambulancia también. Ellos sabrán ocuparse.

Oí las voces, pero no pude encontrarles ningún significado. Ni siquiera entendí de qué estaban hablando, mucho menos supe descifrar quiénes eran.

-Ojalá Alice hubiese venido. Ella siempre sabe qué hacer –suspiró una voz que de pronto me sonó conocida...

-Está en Port Angels, no hubiese llegado a tiempo nunca. Fue suerte que pudo localizarnos –dijo otra voz conocida... ¿Jasper?

-Sí, por una vez no tomarnos las cosas tan a la tremenda fue bueno –admitió el otro vozarrón, y de pronto soltó una risita entre dientes. Un momento. ¿No era Emmett? -. Edward se querrá trepar las paredes cuando vea lo que le pasó por exagerado...

-... y Bella va a culparse, porque fue ella quien nos advirtió sobre los teléfonos –musitó Jasper, y de pronto sentí una mano fría en la frente.

-¡No podrá culparse por esto! –discutió Emmett, y pude localizar que su voz sonaba a mi izquierda-. Ni tampoco por lo que le pasó a Newton. Ella no le disparó.

-Claro que no –concordó Jasper a mi derecha, moviendo la mano de mi frente a mi mejilla derecha y luego a la izquierda-. Tenemos la prueba aquí mismo: ella acababa de llegar a la tienda, y además se desmaya al ver sangre. Nunca hubiese podido hacerlo, dejando de lado la cuestión que de todos modos Bella no va por ahí disparándole a la gente.

Con un considerable esfuerzo conseguí entreabrir los ojos en ese momento, y me llevó unos segundos comprender cómo y dónde estaba yo exactamente, ya que lo primero que vi fue el cielo gris. Luego, pude ubicar a Emmett a mi izquierda, en cuclillas, y mirando por encima de mí hacia delante; después localicé a Jasper a mi izquierda, arrodillado, y mirando por sobre su hombro hacia atrás. Comprendí con alguna sorpresa que estaba acostada en el suelo, con algo blando y de tela hecho un bollo bajo la cabeza, y algo más, también de tela, cubriéndome el torso. Mis brazos estaban colocados a ambos lados del cuerpo, y tenía las piernas levantadas, Emmett las sostenía por los tobillos con una sola mano.

-Ya vienen –anunció Emmett en voz muy baja.

-Ya era hora –murmuró Jasper-. Tener a Bella así no me gusta nada, y el olor no ayuda.

-Bella estará bien, tranquilo –prometió Emmett-. En cuanto al olor... No es muy apetitoso. Está casi frío y medio coagulado.

-Sigue siendo tentador –susurró Jasper en el más tenue hilo de voz.

-Sí –concordó Emmett en tono serio-. Es tentador.

Hubo una pasusa de un segundo o dos antes que Jasper volviese a hablar. Yo traté de ladear la cabeza, pero ese mínimo movimiento hizo que las náuseas y los mareos regresaran con renovada intensidad, de modo que preferí cerrar los ojos y limitarme a respirar lenta y regularmente.

-Gracias por no pedirme que me vaya –algo en el tono de voz de Jasper sugería una honda emoción, pese a que sonaba medido y controlado.

-Oh, vamos, tendrás tus momentos de flaqueza, pero eres más fuerte que esto, hermano –dijo Emmett, que me sonó un poco sorprendido-. No creo que ni en tus peores épocas hayas caído tan bajo como para tirarte al piso a sorber sangre medio seca.

Swan, Bella SwanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora